Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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 Lic. Prof. Yehuda Ribco (Av 6, 5762 - 15/7/02)

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BeShem H' El Olam

LaH' Haaretz UMeloa
Responsable: Licenciado en Psicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam

Rosh HaShaná

Rosh HaShaná en el Tanaj

" `vy vsit al hdbi tkalm lk `kl hyhy sdq arqm sdjl djab yiybsh sdjbv 

`kl hyhy hivrt

Y EL séptimo mes, al primero del mes tendrán santa convocación; ninguna obra servil harán; les será día de sonar los shofarot."

(Bemidbar 29:1)

 

"vngj `vyl hckb rpvs sdjb viqt 

bqiy yhl-al upsm avh larsyl qj yk

Toquen el Shofar en la nueva luna, En el día señalado, en el día de nuestra solemnidad.

Porque estatuto es de Israel, Ordenanza del Elokim de Iaacov."

(Tehilim 81:4,5)

 

 

Rosh HaShaná en el Talmud

"El Halel no se intercala en las oraciones de Rosh HaShaná. ¿Cuál es el motivo? Dice rabí Abahu: "Los ángeles servidores dijeron al Bendito Sea Él: "¿Soberano del universo, por qué Israel no te dirige himnos de alabanza ni en Rosh HaShaná ni en Iom Kipur?" Les contestó Él: "¿Acaso es posible que el Rey esté sentado en su trono y que los libros de la vida y de la muerte estén abiertos ante ÉL, y que Israel entone cantos de alabanza?""

(Rosh HaShaná 32b)

 

Rosh HaShaná en la Tefilá

"Purifica nuestros corazones para servirte con sinceridad. Porque Tú, oh H', eres la Verdad y Tu Palabra es la verdad y perdura hasta la eternidad.

Reconocemos tu supremacía H', Rey del universo, que santifica (el Shabat) e Israel y el Día de la Recordación".

 

Rosh HaShaná en la Hagadá

"Una vez, en la semana previa a Rosh HaShaná, un discípulo del rabí Mordejai de Nadvoma (siglo XIX) pidió autorización para retirarse antes del término de la clase.

El tzadik le preguntó: "¿Por qué te apresuras tanto?"

El hombre replicó: "Soy oficiante en los Iamim Noraim, y tengo que retirarme antes para hacerme tiempo para repasar las melodías, y afinar la correcta pronunciación de las oraciones."

El tzadik enseñó entonces: "El Majzor del cual vas a leer, es el mismo del año pasado. Las músicas no han variado mucho. Pero, ¡sería mejor que repasaras un poco tus acciones y que ordenarás las prioridades de tu vida un poco mejor!""

(Likutei Maharia)

Para comentar a la mesa del Shabat y del Jag...

Queridos Talmidim y Javerim, Shabbat Shalom, el tema de este comentario es:

  Preparando el alma.

"El joven leñador llegó puntual a su nuevo trabajo. Con ropas nuevas y su nueva y afilada hacha, listo para talar árboles.

A las cuatro de la tarde, cuando sonó el silbato, el muchacho fue al vestuario, para bañarse y arreglarse antes de volver a su hogar. Pero, antes de irse, alguien le anunció que el capataz lo quería ver en su oficina.

Ansioso el joven fue hasta allá, sin saber la causa por la cual el capataz lo llamaba...

El jefe lo felicitó, le dijo: "Veinte árboles en una sola jornada laboral es excelente. Le aseguro joven que su futuro en esta empresa será brillante si continúa con un desempeño similar."

Así que el feliz muchacho a la mañana siguiente se presentó puntual, y con alegría taló árboles hasta que sonó la sirena indicando el final de la jornada laboral. Contó los troncos y eran nuevamente veinte.

A pesar de que el jefe no lo llamó para felicitarlo, él estaba contento, sabía que había cumplido con su misión, y que además el buen concepto sobre él se debería mantener.

Y de manera similar ocurrió por una semana. Porque entonces, oh desgracia, el joven al final del día contó dieciocho troncos. ¡Cómo se angustió!

A la mañana siguiente no llegó puntual al trabajo, sino una hora antes, la cual aprovechó para talar con fuerza.

A las tres semanas, y a pesar de venir dos horas antes e irse dos horas después que los demás, el número de troncos apenas llegaba  a doce.

Al mes, y a pesar de estar hachando durante horas consecutivas, apenas alcanzaba a serrar cinco.

El agotamiento y la fatiga lo consumían. Pero él permanecía con constancia y empecinamiento golpeando troncos, pero, ¡oh miseria!, cuanto más se esforzaba, parecía que menos conseguía...

A los dos meses el capataz lo manda llamar.

El muchacho estaba tan cansado y embotado que no pudo pensar siquiera para qué era convocado en esta oportunidad.

El capataz le dijo: "Joven, hace dos meses lo felicité y le auguré un futuro brillante, pues su desempeño era soberbio. Y supuse que nos acompañaría en esta empresa durante décadas. Pero, lamento decirle que está despedido."

- ¿Cómo? ¿Por qué a mí? Mire a esos holgazanes que llegan siempre diez minutos después de hora, y que siempre cortan unos diez troncos, y que charlan y paran para almorzar, y que llegado el silbato ya están bañados y listos para irse... ¿Por qué no los despide a ellos?

- Joven. Estoy de acuerdo con usted, que sus compañeros no son ninguna maravilla como trabajadores, pero, al menos saben cumplir con sus responsabilidades, mal o bien, pero lo hacen. En cambio usted, esforzado joven, mire este único tronco que cortó hoy...todo desparejo, desprolijo, realmente inutilizable.

- ¿Qué más puedo hacer? ¿No es suficiente con trabajar veinte horas diarias, no tener descanso, ni siquiera saber si aún tengo familia? Todo el tiempo lo dediqué a esta empresa, y en verdad no sé por qué no puedo cortar árboles como al principio...lo único que yo sé es de mi cansancio y de mi enorme esfuerzo...

- Joven, déjeme ver su hacha.

El muchacho se la da. La mira un instante el capataz, y entonces le enseña al joven:

- Joven, en su próximo trabajo que consiga, en lugar de esforzarse y dejar la vida en cosas que no son necesarias, dedíquele algunos momentos a su hacha, porque, no olvide que si no la afila cada tanto, de nada le servirá..."

 

Cada semana tenemos un día para afilar nuestra hacha, nuestra alma, que es cuando llega el Shabat. Si no lo hacemos, entonces, todo lo que nos esforcemos durante la semana no tendrá verdadero sentido. Sería como tratar de cortar troncos con un hacha sin filo.

Y un período cada año tenemos la ocasión inmejorable de perfeccionar nuestra alma, de limpiarla de impurezas, de prepararla para dejarla lista y perfecta para enfrentar todo el bosque del año.

Ese período comienza en Rosh Jodehs Elul, se incrementa en los Iamim Noraim, y se continúa hasta Sheminí Atzeret.

Tenemos la oportunidad de preparar nuestras vidas para hacerlas completamente valiosas, sólo depende de cuánto tiempo nos queremos dedicar a perfeccionarnos, y cuánto queremos perder en golpear árboles sin conseguir nada.

 

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Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.

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