Semana Shabbat 25/4/98 - Nisán 29, 5758 - - Majar Jodesh
Alimentando la educación
Entre otros interesantes temas, esta semana la parashá se dedica a
tratar las leyes relativas a la impureza y pureza rituales, y a la
discusión sobre los preceptos relativos a los alimentos
prohibidos.
Según la tradicional explicación del Midrash sobre la
prohibición de ciertos alimentos, su finalidad no es educar o halagar el
paladar de la persona; o mantener una calidad superior de higiene en la
manufactura e ingesta de alimentos; ni siquiera por altruistas motivos
sanitarios; y mucho menos como régimen o dieta estética; sino que su real
función radica en la educación.
¿Cómo? ¿Prohibir alimentos es
educación?
Efectivamente, a través de la contención de los más
primarios impulsos humanos, como es el impulso a alimentarse, la Torá se
interesa en formar a la persona en el autodominio, es decir, en poder uno
mismo controlarse, en determinado momento, sin la necesidad de
intervención externa.
Entonces, cuando la persona tiene fuertes deseos
de comer comestibles sabrosos y abundantes, pero prohibidos, o por su
naturaleza o por su manufactura o por su presentación o por el tiempo en
que eso se da, puede sufrir por su insatisfacción, pero al mismo tiempo
aprende a crecer como ser humano.
En palabras sencillas, la Torá se
embarca en educar a la persona partiendo de lo más elemental y cotidiano,
para tratar de alcanzar lo más complejo y raro, la condición de santidad
de la persona.
Por ejemplo, quien fácilmente cae ante la tentación de
un sandwichito de jamón y queso, seguido de chocolote de leche, ¿está
realmente entrenado desde la base para, por ejemplo, no
codiciar?
Tomemos un ejemplo quizás más vulgar. Un jugador de fútbol
que no entrena durante la semana, que no cuida su alimentación, que ni
siquiera concentra antes de un partido, ¿rinde lo que se espera de un
jugador profesional?
La Torá nos convoca a competir en un campeonato bastante arduo, el de
ser mejores a cada momento.
Alcanzar la copa requiere
esfuerzo.
Llegar a lograr lo que dice esta semana el pasuk: "Porque Yo soy H', el Dios de ustedes, santos sean, porque Yo
soy Santo." (Vaikrá 11:44), es la coronación de los esfuerzos, la
victoria suprema.
Llegar a ser campeones implica trabajo,
concentración, autodominio, fortaleza, cumplimiento...
Es difícil, pero posible.
Es cuestión de
comenzar...
Licenciado en Psicología Prof. Yehuda Ribco - Nisán 5758
SerJudio.com
(En las citas de textos o parshanim, los comentarios entre paréntesis son nuestros y no de las fuentes)