Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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 Lic. Prof. Yehuda Ribco (Av 6, 5762 - 15/7/02)

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BeShem H' El Olam

Sefirat HaOmer

Ing. Carlos Schellenberg

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"Usfartem lajem mimajarat hashabat miom abiajem et Omer hatnufah sheva shabatot temimot tiinah"

Vaikrá 23:15

"Y habréis de contar vosotros desde el día siguiente de la festividad; desde el día en que hayáis traído el Omer para mecerlo, siete semanas completas, habrán de ser".

Este es el origen del precepto de la cuenta del Omer en este período, el cual es precedido cada noche por una bendición:

"Bendito eres Tú Hashem, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó lo referente a la cuenta del Omer".

Cuando el Beit Hamikdash existía físicamente, la noche del 16 de Nisán se realizaba la cosecha del Omer de cebada, con un acto festivo. El Omer equivalía a un décimo de Efá, lo cual equivalía a la cantidad de Man (Maná) necesaria para saciar a una persona. La misma era luego "mecida" por el Cohen hacia los cuatro puntos cardinales, hacia arriba y hacia abajo. Esto guarda el mismo significado que la "mecedura" del Lulav en Sucot en las seis direcciones del espacio físico, asociadas con las sefirot según el Ari, del siguiente modo:

SEFIRÁ

JÉSED

GEVURAH

TIFERET

NETZAJ

HOD

YESOD

DIRECCIÓN

SUR

NORTE

ESTE

ARRIBA

ABAJO

OESTE

 

Los días de Sefirat Haomer son un nexo de unión entre Pesaj, tiempo de nuestra liberación de la tierra de la estrechez, Mitsraim; y Shavuot tiempo de la Revelación de la Torá en Sinaí. Observamos que los capítulos 21 y 22 del séfer Vaykrá hablan en diferentes formas recurrentemente acerca del tema de la impureza y pureza. De alguna forma esto está relacionado con la transición del Omer. La primera ofrenda era de cebada, considerada como alimento para animales o cosecha gruesa, simbolizando la falta de refinamiento espiritual del pueblo en dicha instancia. Dice el Rabino Edery al respecto:

 

"La cosecha de trigo, sin embargo, es la cosecha fina que representa al hombre despojado de estas ideas, lo cual el pueblo de Israel logra exclusivamente mediante la grandeza de la Torá que transforma su vida, pues contiene preceptos dirigidos a lo intelectual y a lo emocional del ser humano, estableciendo normas que regulan toda su vida desde el despertarse hasta el acostarse, desde su nacimiento hasta su muerte, ayudando a devolver con pureza el alma pura que Hashem le ha insuflado. Tal vez estos cuarenta y nueve días que debemos contar individualmente, bendición mediante, representan el período activo de nuestra vida, por eso debemos contar nuestros días para que el tiempo sea nuestro y lo veamos como aliado y no como adversario".

Desde otro punto de vista los cuarenta y nueve días del Omer son una representación de un proceso más amplio. Así leemos en el Séfer Ietzirá (4: 15)

 

"Sheva iamim, sheva shavuot, sheva shanim sheva shemitot, sheva iovelot, veijal hakodesh"

"Siete días, siete semanas, siete años, siete períodos sabáticos, siete jubileos y el Palacio Santo"

Siete días: Se refiere a los días de la semana y también a los siete días de las principales Jaguim.

Siete Años: "Durante seis años sembrarás tu campo...pero el séptimo será un Shabat de reposo para la Tierra" Vaykrá 25:3

Siete Períodos: "Numerarás siete años sabáticos, siete veces siete años..." Vaykrá 25:8

Siete Jubileos: Así fue la duración del primer Templo.

Consecuentemente dice Shalom Shefer:

"A travéz de la totalidad del esquema de Mundos, Grandes Ciclos Sabáticos y el Gran Jubileo, circulan sucesivamente siete Grandes Corrientes de Vida (TSROR HAJAIM) emanadas del Principio Creador, las cuales originan los diversos reinos de la naturaleza, incluido el de los seres humanos y sus diversas subdivisiones. Cada etapa en que se subdivide este grandioso proceso cósmico, cristaliza en cada uno de los mundos a travéz de los cuales se suceden las Grandes Corrientes de Vida, alcanzando en cada uno de ellos la perfecta expresión de uno de sus múltiples aspectos hasta completarlos todos. En tal sentido, la creación del primer mundo de cada Gran Ciclo Sabático, responde a un modelo arquetípico destinado a perfeccionarse en los mundos sucesivos, luego de la correspondiente etapa de reposo; ello implica en un principio el descenso (IERIDA) a un plano condensado donde luego de la experiencia vital acumulada, se puede ascender (ALIA) nuevamente a un plano espiritual, o sea, más sutil y depurado".

Según algunos mekubalim hay siete diferentes períodos de creación, cada uno de siete mil años de duración. De acuerdo con Rabí Itzjak de Acco no de deben contar los años de tales ciclos como años físicos sino como años divinos. De acuerdo a:

 

"Mil años a tus ojos son como el día de ayer" Tehilim 90:4

Ya que un año cuenta con 365 días y cuarto un año divino equivale a 365.250 años físicos.

Esto implica que cada ciclo abarcaría 2.556.750.000 años terrestres. Si un período consta de 49.000 años, entonces siete serán 343000 años divinos; cuya duración en años terrestres será de 125.287.500.000 años: cifra que se halla muy cerca de la predicción científica acerca de lapso entre la expansión inicial y el colapso final del Universo material.


Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.

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