Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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BeShem H' El Olam |
LaH' Haaretz UMeloa - Semana Shabbat Vaiakel - Pekudei / Para, 13/3/99 - 25 Adar, 5759
Responsable: Licenciado en Psicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam
Comentario de esta semana a cargo del Ingeniero Carlos Schellenberg y del Lic. Yehuda Ribco
Vaiakel - Pekudei Shemot 35:1 - 40:38.
El tema principal de esta sección lo constituyen las ofrendas de los Bnei Israel, con las cuales Hicieron el Mishkán (Templo portátil usado por los Israelitas durante su travesía por el desierto en tiempos de Moshé). En la Haftará (sección semanal de los profetas) se narra algo análogo relativo a la construcción del Beit Hamikdash (Templo permanente inaugurado por el Rey Salomón) de Ierushalaim.
Dice Shimón Ben Elazar:
"Israel estará estricta y vigorosamente adherida a cualquier mandamiento por el que estuvo dispuesta a aceptar el martirio antes que profanarlo, aún miles de años más tarde en nuestro tiempo".
Este fue el caso de Hur, abuelo de Betsalel, constructor del Templo. Cuando algunos judíos insistieron en la construcción del becerro de oro, él trató de disuadirlos y de encauzarlos, explicándoles las graves consecuencias de sus actos. Esta oposición enfureció a quienes luego decidieron asesinarlo. Fue su nieto colmado de Sabiduría para realizar el Mishkán.
Encontramos otra acepción de ofrenda en la siguiente anécdota referida a Rabí Itzjak, padre del famoso Rashi, citada por el Rabino Mordejai Katz:
. "Rabí Itzjak era propietario de una gema única por su belleza La fama de su joya se difundió por doquier, e incluso el sultán supo de su existencia. Este envió rápidamente a sus emisarios con instrucciones de comprar la gema por una enorme suma de dinero. Cuando estos mensajeros hicieron su oferta, Rabí Itzjak se sintió abrumado. Se vio a sí mismo utilizando esa fortuna en la realización de incontables mitzvot y se sintió extraordinariamente agradecido a Hashem. De pronto, sin embargo, su rostro mostró una expresión de recelo.
¿Qué quiere hacer el sultán con esta gema?, preguntó.
Quiere convertirla en el ojo de su ídolo - fue la respuesta.
Nunca les daré esta gema para tal propósito, exclamó, y pidió a los mensajeros que se fueran."
Abreviando la historia, el Sultán idea una estratagema para obligar a Rabí Itzjak a venderle le joya, y éste termina tirándola al mar para evitarlo.
Vemos que así cómo los Bnei Israel donaron ofrendas para el Mahaseh Haheguel, también donaron cobre plata y oro, así como piedras preciosas para la construcción del Mishkán. La historia de Rabí Itzjak podemos aplicarla en muchos ámbitos. Él era el dueño de su gema, y no había nada de deshonesto en que la vendiera al sultán. ¿Porqué no iba con ello a ganar, honestamente, un dinero que podía utilizar para realizar mitzvot?
La gema del cuento, puede también ser el fruto de nuestro tiempo y de nuestro trabajo. ¿Qué hay más honrado que realizar un trabajo honesto y recibir ganancias de ello? Sin embargo Rabí Itzjak va un poco más lejos. ¿Adónde va esa gema y para qué va a ser utilizada? Por eso también seremos responsables.
Shabat Shalom
Carlos Schellenberg.
Queridos Talmidim y Javerim, Shabbat Shalom:
Para el Judaísmo el método utilizado para alcanzar un objetivo es tan importante como la misma meta. No entra dentro de la ideología realmente judía el suponer que el éxito en una misión es lo principal, y que el camino que se utilizó es algo anecdótico. Por el contrario, muchas veces el objetivo es en realidad el aliciente para que el judío transite por determinados carriles de comportamiento. Ejemplos abundan, cada cual puede pensar y escoger el que más le agrade...
Ahora bien, esta semana Moshé quiere dejar bien en claro este aspecto, pues en una breve prescripción ordena que durante seis días el judío debe laborar, más el séptimo (Shabbat) se abstendrá de toda labor. Y luego comienzan a describirse las innumerables instrucciones para la erección del Mishkán (Santuario), pues esta edificación es realmente el motivo central de estas dos parashot que leemos este Shabbat juntas.
Algunos de nuestros sabios, a partir de Vaiakel, instruyeron que la santidad del Santuario no es superior a la del día Shabbat, sino al contrario, por lo cual, queda prohibido realizar cualquier actividad en Shabbat que estuviera dedicada a la elaboración del Santuario. Se admitió que lo único que desplaza las prohibiciones sabáticas es el Pikuaj Nefesh, el peligro de vida, pues, la Santidad de la vida humana antecede a todas las otras mitzvot y cosas consagradas...
Ahora bien, si la enorme de mitzvá de edificar el Santuario se detenía por Shabbat, ¿cómo no detener las actividades profanas en este día?
Y más aun, ¿cómo aceptar que para "hacer" Shabbat se peque? Por ejemplo, si alguien olvidó comprar lo necesario para el Kidush de la noche de Shabbat, y lo recuerda ya bien entrado este santo día, ¿es preferible que se quede sin Kiddush, o que profane el Shabbat para recitarlo?
La respuesta es obvia...que cuide el Shabbat de profanarlo, y que para el próximo Shabbat recuerde de preparar todo desde antes...
Las ocasiones en que para realizar cualquier mitzvá parece necesario pecar, es mejor razonar que: de nada vale la mitzvá si fue conseguida a través de un incorrecto proceder.
Si lo aplicamos a los estudios profanos: de nada vale salvar el examen, si se hizo copiando...
Un poco de esfuerzo, un tantito de dedicación, algo de atención y mucho amor es lo que nos puede preservar de andar por caminos inadecuados, y nos puede transformar en correctas personas, que cumplen con lo que deben, de la manera que corresponde.
Shabbat Shalom les desea también Yehuda Ribco
Resumen de la parashá
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