Corregir el hábito

El hábito se forma con la repetición de las conductas.

Una y otra vez reiterando el mismo gesto, idea, exclamación, movimiento, sentimiento y se va transformando en esa segunda naturaleza, automatizada, irracional, que sucede como si no tuviéramos control de ella.

Y es así, tal cual.
Pues es un mecanismo diseñado por el Creador para que nuestro cerebro ahorre energía, para que nuestra atención se enfoque en asuntos más necesarios que la habitual conducta ya conocida.

Gracias al hábito podemos conducir un auto, escribir en el teclado, caminar, tocar instrumentos musicales, usar los cubiertos para comer, andar en patines, y miles de cuestiones más.
Sin dudas nos facilitan la vida, nos liberan de estrés, nos permiten disponer de energía y otros recursos para la creatividad, el nuevo aprendizaje, el crecimiento en general.

Pero también se encuentran los hábitos negativos, los cuales pesan muchísimo a la hora de ser libres y disfrutar de la vida.
Te daré algunos ejemplos, que quizás te atormenten o a alguien que conozcas.

Te pusiste firme con la intención de dejar de fumar, pero no puedes controlar la mano que busca automáticamente la caja de cigarros (que no está) en tu bolsillo. Por ejemplo, al tomar el cafecito tras la comida, como era tu costumbre durante años. Allí va la pícara mano en busca del vicio. Y cada vez que esto sucede te entran como ganitas de una probadita.. ¿qué mal puede hacer una solita?
Ya podemos saber cómo termina la historia… probablemente…

Te diste cuenta de que la mayoría de los dramas en tu vida son causados por tus creencias negativas, que te llenan de temores, dudas, angustias, esperando enfermedades y castigos por doquier. Pero no puedes evitar pensar en eso ya que se disparan solitas esas ideas sin tu consentimiento.
Por más que te afirmes en quitar toda esa basura ideológica de tu mente, ésta se empeña en volver.
Y te atrapa rápidamente, te enroscas en debatir esas ideas, te peleas contigo mismo, te angustias por no poder y sigues fomentando este mal hábito mental que te está aniquilando.

A tu esposa le desagrada muchísimo el chasquido que haces con tu lengua entre los dientes para sacarte restitos de comida. Te pidió un millón de veces que por favor no lo hicieras, que le resultaba muy molesto. Tú un millón de veces te comprometiste a hacerlo, pero al primer pedacito de carne entre los dientes, ¿a qué no sabes que estás haciendo?
Sí, el molesto ruidito.
No quisiste hacerlo, no tienes intención de ser un niño tontilín con tu esposa, simplemente pasa sin permiso.

Bien, estos son tres ejemplos de muchísimos que puedes pensar y compartir si quieres.
Son bastante comunes y frecuentes, con versiones más o menos parecidas.

La gran pregunta es: ¿cómo hacer para romper el mal hábito?

Para cambiar un hábito …

Para profundizar y tener poder sigue este link: https://belev.me/2019/01/02/corregir-el-hbito/

Por ahora es GRATIS y de LIBRE ACCESO para ti.
Aprovechalo, te conviene.

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