El papel de la imaginación en la alegría

Vamos a seguir con los estudios acerca de la alegría, el último de los cuales es éste: https://serjudio.com/exclusivo/cterapia/duplicar-la-alegra
Ahora quisiera que descubramos cómo se relaciona la alegría con lo imaginario y con lo real.

¿Te diste cuenta que alegría/satisfacción es del mundo real, en tanto que sufrir por lo que no se tiene es del plano de la imaginación?
Si te habías enterado, congratulaciones.
Si recién te desayunas con el asunto, te pido que releas dos renglones más arriba.

Vamos a comprenderlo bien.
Alegría es resultado del ejercicio saludable de nuestro poder en determinado momento y con efectos placenteros.

Ahora con ejemplos para aclararlo.
Tengo una tostada para desayunar, me agrada, me satisface, me sacia, me alegra la mañana.
Le unto un poco de manteca salada, el médico me permite, la presión arterial no protesta, le suma sabor al modesto y nutritivo desayuno, me alegra un poco más la jornada.
Tras lo cual, bendigo por el beneficio recibido y la posibilidad de disfrutarlo, entonces siento un placer indescriptible llenar mi existencia.

Llego a tiempo a la parada del bus para subirme sin esperas, encuentro asiento, viajo cómodamente y sin sobresaltos, me alegra esa parte del día.
Sube una embarazada y le cedo con amable justicia el lugar, me alegra mucho más el resto del día.
Le deseo a la señora bienestar y bendición para su crío, sinceramente y con espíritu amable entonces irradia regocijo mi alma.

Llegando al trabajo me encuentro un billete de cien dólares, busco para ver si encuentro al dueño, pero no hay nadie a la vista, me alegra el día.
Ni bien puedo pongo diez dólares en la alcancía destinada a tzedaká, se me ilumina la semana.
Luego, como me siento agradecido por el regalo “caído del cielo” le doy otros diez dólares al judío pobre que reza a un par de sillas de mi lugar en la sinagoga, se me llena el corazón de dicha.

Así podría continuar con pequeños retazos del diario vivir en donde tengo la oportunidad de ejercer el poder en aquello que está bajo mi dominio. Se producen efectos placenteros, está todo dentro de lo saludable. Por tanto la alegría es un producto lógico de todo lo que estoy viviendo.
No me fuerzo a una vida ritual, ni me lleno de fe hueca y religiosa, ni persigo placeres que no son tales.
Por el contrario, en la aceptación sincera y racional de mi porción, en el disfrute espiritualizado de lo material, encuentro la alegría plena.

Porque me manejo en el plano de lo real, que es donde vivo y me relaciono con los demás y el entorno.
Es donde el poder se pone en evidencia.
La satisfacción depende de como percibo y me vinculo con mi realidad; también de como la modifico.

Pero la agonía de la envidia, amargura, insatisfacción, enojo, quejas, echar culpas, manipulación, rencor, celos, pensamientos oscuros viene de vivir descolocado de la realidad y atrapado por una imaginación negativizada.
La cual te ejemplifico ahora, tomando las conductas previamente descriptas.

¿Qué clase de desayuno de porquería es una miserable tostada?
¡Y untada con manteca nada más!
Esa bazofia la comía de chico cuando vivía en la pobreza y apenas si había para comprar eso.
Yo me merezco omelette, café importado, pastas finas, fritas exóticas y no se qué más (no me da para tanto la imaginación).
Y que criadas me estén rodeando para satisfacer todos mis caprichitos.
Odio mi asquerosa vida de pobreza y limitaciones. Odio al dios que me puso en esta situación. Odio a los ricos que tienen lo que me corresponde.

Como no tengo más remedio que ir en un mugriento transporte colectivo, siento la miseria que me pega y me avergüenza. Yo creo que debería tener un espectacular auto o al menos platita para ir en taxi o Uber, porque es mi creencia y cada uno tiene su verdad y yo considero que tengo derecho a ser rico y pasarla bien con mis posesiones materiales. Pero otros me lo han negado, sea algún dios, o un demonio, o maldiciones, o los astros, o mis padres, o la sociedad, o los vecinos, los políticos, los sionistas o quien fuera que no sea yo. Alguien es culpable de mi malestar, amargura y pobreza. Odio mi putrefacta vida y por mí que todo reviente. Maldito ómnibus para los pobres que tengo yo que estar en él ahora. Maldita embarazada, ¿se piensa que por haber tenido una noche de lujuria le voy a dar mi asiento? ¡Que reviente esa prostituta y la cría endiablada que lleva en sus entrañas! Este asiento incómodo y pegajoso es mío, ¡mío! No de ella, o de alguna vieja chancletuda que anda pidiendo a gritos que le tengan lástima.
Como odio mi vida…

De repente mi suerte parece haber cambiado y veo un billete que algún estúpido perdió. Pobre tarado, ahora debe estar todo preocupado y lloroso. Quizás es para comprar remedios para su hijo apestado que se va a morir sin su medicación. Jejeje, lo tiene merecido por imbécil. Este billetito es mío, MÍO. En parte la vida me está haciendo justicia dándomelo… aunque… ¡no! Maldición, mi vida es una porquería. ¿Acaso no podía haber encontrado mil? ¿Por qué solo cien? Mi destino es espantoso, todo me sale mal, la vida es una porquería, la gente me odia y por eso me pasan estas cosas.
Pero jejejeje, estoy mejor que el infeliz que perdió este estúpido billete… jejeje… infeliz…

La realidad es la misma en ambos personajes, pasan las mismas cosas a su alrededor, pero lo que cambia es el uso de su imaginación.
En el primero la imaginación es un instrumento para modificar positivamente el entorno y su existencia.
Se le ocurren maneras creativas para disfrutar y compartir saludablemente de su porción.

En el segundo caso, la imaginación provoca que el sujeto se hunda cada vez en la miseria que ha hecho de su vida.
Se cree merecedor de dotes y bienes, se cree con poderes que no le tocan, y por tanto anda cargando la pesada mochila de las emociones trastornando su mente.
Por supuesto que es el EGO quien está dominando en la vida de esta triste persona, a la cual le deseamos pronta recuperación de todos sus males.

Tengamos en cuenta esta vieja enseñanza que compartimos, la de EFRaT:
E: sucede un erua – suceso.
F: entonces elaboro un ferush – interpretación.
R: el cual provoca un reguesh – sentimiento.
T: que da como consecuencia una teguvá – reacción.

Si cambiamos la F, dirigiendo nuestro pensamiento y no siendo manipulados por el EGO, entonces estaremos generando un entorno emocional favorable que nos fortalece y lleva a tener una respuesta constructiva en lugar de una reacción automática e irracional.

Para profundizar en esto: https://serjudio.com/exclusivo/cterapia/efrat

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