El poder de la interpretación imaginativa de la realidad

Hay gente que se cree sus propias mentiras (que para no ofender a nadie vamos a considerar que es la “interpretación imaginativa de la realidad”).

Pero no te creas que esto ocurre solamente con personas de abundante imaginación y escaso sentido común, o con niñitos; sino que resulta ser muy frecuente.

En un espectro que va de los que levemente creen en sus imaginaciones que usurpan la realidad, hasta los que están profundamente convencidos de que sus mentiras son inamovibles verdades (los fabuladores o mitómanos).

Pero, ¿por qué pasa?
Sin meternos en complejidades de la mente, encontramos que esta representación, recreación alternativa de los hechos, les otorga cierto poder y placer.
Tanto sean narraciones en las que se ponen como héroes y exitosos, o sean relatos de horror y angustias, que dicen sufrir en carne y mente propias, si rascamos un poquito detrás de los intereses del relato, podemos encontrar el beneficio más o menos directo que reciben con el mismo.
Por ejemplo, tienen a su audiencia fascinada, emocionada y atenta a sus relatos. Se sienten admirados, o tenidos en cuenta, o ayudados, cosa que con el relato castizo no hubieran alcanzado probablemente. Pueden manipular a sus oyentes, porque los están moviendo a actuar para evitar los sentimientos de culpa o angustia que les estén generando con la fabulación.
Y por supuesto, elaboran excusas y justificaciones para sus conductas irresponsables.
Y a pesar de todo, no suelen hacerlo con mala intención, para dañar al otro, para estafarlos; aunque pueden terminar lesionándose y a otros con su conducta atrapada por el relato alternativo.

En cierto punto su sentido de orientación queda trastornado y pasan a asumir como verdaderas sus propias invenciones. Recuerda que en el asiento primitivo de nuestra mente no hay manera de evaluar si las percepciones recibidas provienen del mundo real o son elaboraciones de la imaginación. Es por esto que nos dan miedo las películas de terror, o nos emocionamos con las dramáticas; porque en la parte evolucionada de nuestra mente estamos conscientes de que es solo una ficción proyectada en una pantalla, pero en la profundidad de la mente, allá donde se disparan las reacciones primitivas, eso que estamos percibiendo está pasando en serio. Por tanto, se disparan las reacciones instintivas asociadas.
De manera similar cuando es la imaginación la que presenta percepciones, que son recibidas allá en el fondo como acontecimientos que están pasando.

Es por esto también muy importante aclarar nuestro pensamiento y borrar los que son mensajes negativos, destructivos, de enfermedad, pobreza, fracaso, muerte, etc. Porque en una sección muy activa de nuestra mente estas palabras atroces resuenan y se toman como verídicas y por tanto se pone al cuerpo entero en situación de enfrentarlas. Nos estresamos por esos pensamientos, reaccionamos desmedidamente a otras percepciones que recibimos, bloqueamos los neurotransmisores placenteros, gastamos energía, entramos en conflictos y vaya a saber cuánta cosa negativa más. Solamente por tener mensajes oscuros en la mente sonando en ella.
Muy importante entonces, no permitir que esos mensajes negativos se asienten en nuestra mente, ni siquiera deberíamos dejarlos pasar por ahí. Sacarlos fuera de inmediato, no prestarles el mínimo de atención, no pelear contra ellos, no darles cabida, no darles existencia.
Esas mentiras que son los pensamientos negativos, no deben ser admitidos nunca más en el templo sagrado de tu mente.

Para lo cual, lo indispensable es llenarnos de pensamientos positivos, realizables. NO de mentiras piadosas, ni de fantasías mágicas de salvaciones espectaculares. Pero sí de todo lo que nos asocie con poder, vida, salud, bendición, belleza, crecimiento, unidad, comunidad, conexión, etc.
Dedicar la energía construir SHALOM en pensamiento, palabra y acción nos da mucha más energía para ser usada, porque nos retorna multiplicada.

Entonces, que esas mentiras que son los mensajes negativos no cobren realidad depende en buena medida de nosotros.
Y que esas verdades que son los mensajes positivos no sean destruidas por el lado oscuro, también depende de nuestra elección.

Sin embargo, no suele ser fácil.
Porque, nuestro Sistema de Creencias se fue formando por un cúmulo plural de personas, mensajes sociales, costumbres, rituales, normas, imposiciones de la culturas, limitaciones de la época, modas, idiosincrasia, Yo Vivido de los padres y muchos más. Ese SdeC suele estar lleno de mensajes oscuros, de impotencia, de ira, de angustia, de miedo, de enojo, de rechazo, de debilidad, de odio, de envidia, de… más y más mensajes negativos. Tristemente es normal que así sea y no hay varita mágica para cambiarlo.
Pero también dentro del SdeC hay muchos elementos positivos, que son los que debemos sumar y fortalecer, conectarlos conscientemente al código ético/espiritual que proviene de la NESHAMÁ (espíritu) y entonces filtrar las percepciones a través de estos cúmulos y no de aquellos del lado oscuro del SdeC.
¿Se entiende?

Por lo cual, trata de relatar los sucesos lo más apegado a los hechos que se pueden verificar, y si los vas a adornar que tu imaginación esté direccionada a elaborar mensajes de poder y no de impotencia, en donde te valoras sin despreciar o aprovecharte de otros, donde no caes en la queja y echar culpas, etc.
Relata el lado brillante de la vida para que realmente tu vida sea más brillante.

Tomará su tiempo, porque es cuestión de entrenarse en las nuevas habilidades a la vez que te despojas de los viejos disfraces; pero de a poco, con objetivos pequeños y constantes, será posible lograrlo.
Llegados al punto en el cual tu confianza en el Creador y en ti estarán fuertes y no precisarás de impulsos de la imaginación para maquillar tu realidad. La imaginación estará para ayudarte en ser creativo, en dar más poder a tu mente, en encontrar métodos para seguir creciendo en bienestar.

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