Entre Pesaj y Shavuot

A una de las festividades pilares del judaísmo se la llama “Pesaj”, que en español se conoce como “Pascuas”.

En la fiesta de Pesaj los judíos se reúnen para festejar un acontecimiento ocurrido hace más de tres mil años: la Salida de los Hijos de Israel de la esclavitud en Egipto.

Los hebreos habían estado cuatro siglos esclavizados al poderoso imperio egipcio (en los hechos, fueron 210 años de esclavitud completa, los otros 190, fueron parte del proceso de esclavizarlos).

Llegado un cierto momento de completa angustia y sumisión total, los hebreos se contemplaron, se reconocieron como siervos sufrientes, y atinaron a gemir impotentes, a clamar en dirección al Cielo, en busca del auxilio que ellos a sí mismo no se podían brindar. Pues, estaban en el umbral de la «cosificación» completa, en un estado de impureza casi total, tal como si hubieran muerto, como si sus espíritus hubieran abandonado su personalidad, para transformarse en simples cosas inertes, impuras y que transmiten la impureza de la mortandad.
Dios recordó el pacto que había hecho con los patriarcas de los israelitas, contempló la miseria de estos esclavos, y decidió liberar a los hebreos de esa calamidad.
Primeramente envió a Moisés para que hablara con Faraón, el rey de Egipto, a que intentara conseguir por medios «políticos» la liberación de los hebreos esclavizados.
Pero, Faraón solo comprendía el verbo de la «Mano dura» y el «Brazo extendido» de Dios, por lo cual, a través de milagros y maravillas hizo Dios que el Faraón finalmente permitiera a los israelitas salir a su libertad.

En la fiesta de Pesaj, que se conmemora desde entonces, se recuerda ese episodio de la liberación gracias a la ayuda de Dios, pero también se reviven los sufrimientos de la terrible esclavitud. El trabajo forzado, los asesinatos indiscriminados, la disolución de las familias, la pérdida de la libertad y de la propia identidad personal y nacional.
Se revive (en la medida de lo posible) el estado de identificarse con algo que no es uno mismo.
Se revive el haber vivido en estado de cosa y no de ser persona.
Pero, igualmente la fiesta de Pesaj, es obviamente una fiesta desbordante de alegría, se canta, se come, se dan regalos a los niños, se está junto a seres queridos, se ayuda a los necesitados, se aprende, se cuestiona…

Y además, la fiesta (que en la Diáspora dura ocho días) da comienzo a un período de cincuenta días, que son de recogimiento y de seriedad, días que preparan la fiesta que ocurre al día cincuenta.

Esta segunda festividad es llamada Shavuot, conocida en la tradición cristiana corno Pentecostés, y que su traducción verdadera al español podría ser “Semanas”, pues, la Torá estipula que sean contadas siete semanas completas a partir del segundo día de Pesaj.
No menciona otro método para saber en qué día se debe festejar (por ejemplo, para Pesaj claramente dice, «día 15 del primer mes»).

¿Qué es lo que se festeja en Shavuot?

¿Por qué Dios en la Torá ordena que Shavuot esté unida indisolublemente a Pesaj, a través de la

cuenta de los cincuenta días entre una y otra?

¿Qué relaciona íntimamente Pesaj con Shavuot?

Shavuot es tradicionalmente conocida como «el Tiempo de la entrega de la Torá». En Shavuot recordamos el momento en el cual Dios le entrega al Pueblo Elegido de Israel (y mucho más tarde, merced al esfuerzo de los judíos, también para el mundo) la Torá, en esta ocasión en forma de los (mal llamados) «Diez Mandamientos». Es el día, en el cual hace más de tres mil años Dios en persona habló delante de millones de personas, y dijo: “Yo soy; No tendrás otros dioses delante de Mí…no robaras, no asesinaras, no codiciaras…”.

Corno podemos colegir, es el día en el cual Dios quiere enseñar a las personas un código de moralidad, una forma de comportarse con corrección, un método (el mejor) para llegar a ser una persona de bien.

Quizás no es el único mecanismo para superarse, pero si es uno probado y aprobado durante cientos de generaciones.

Y también es el camino que los fieles a Dios, aceptan lealmente que es entregado por el Todopoderoso y el que Sabe Todo, Dios.
Lo que une Pesaj con Shavuot es el concepto de la Libertad.

Pesaj es llamada tradicionalmente “el Tiempo de nuestra Liberación”, sin embargo, los sabios de todos los siglos no dejaron de advertir que en realidad tal Libertad no era completa, (si es que era Libertad).

Con la Salida de Egipto lo hebreos obtuvieron lo que Erich From llamaría «Libertad de».

Los israelitas al liberarse de la esclavitud de Egipto, claramente eran libres de esa tortura egipcia.

Ya no tenían a los amos golpeándolos y castigándolos.

Ya no debían edificar ciudades para el faraón.

Sus hijos ya no eran sacrificados en el río Nilo.

Sin embargo, y a pesar de la libertad de sus cuerpos, ellos seguían firmemente apresados a los códigos y conceptos egipcios.
Egipto era parte de su vida como personas libres, por lo tanto, su libertad era muy limitada.

Así que, por más kilómetros que los separa del río Nilo, por más heridas y llagas que sanaran en sus castigados cuerpos, sus espíritus, sus pensamientos, seguían prisioneros de la esclavitud egipcia. Todos los esfuerzos de Moisés (siguiendo las directivas divinas) por educar a los Hijos de Israel con vistas a hacerlo un verdadero pueblo, chocaban con las cadenas impuestas por los egipcios, y que los hebreos no sabían o no podían quitárselas.
Desde el mismo inicio de su Salida, los hebreos debían embarcarse en un proceso de trascender, en un mancomunado esfuerzo de auto-superación. De convertirse nuevamente en seres humanos. Para luego poder transformarse, merced a sus méritos, en un «reino de sacerdotes y una comunidad santa».

Empero, cincuenta días dio Dios para que los hebreos gozaran de su libertad de esclavos, de su «libre de», a pesar de ya tener nuevos «deberes» que acompañaran sus recién adquiridos derechos a «ser»… Luego, del «recreo», Dios los quiso hacer realmente libres para construir sus propias vidas.

El método, corno mencionamos, era el acatamiento de un código objetivo de moralidad, que les permitiera discernir entre lo que era correcto y la que no.

Y no desde parámetros personales y subjetivos, sino desde los límites impuestos por un Ser trascendente e impersonal (en plena relación con Su Creación).

¿A qué iba dirigido esto?

Que los liberados hebreos pudieran aprender que el camino a la Libertad no se consigue a través de milagros, ni de la intervención de Dios. Que la Libertad no es un regalo que se toma o se deja, sino una acción de cada persona sobre su realidad y sus pensamientos, luchando no solamente por romper las viejas cadenas, sino para vivir éticamente y responsablemente, que esto es ser realmente libre.

Pesaj es la libertad del cuerpo, «libertad de».

Shavuot es la libertad del espíritu, «libertad para».

Esto es la que relaciona a ambas festividades.

Otros “Egiptos” operan en la actualidad.

Otras formas de esclavitud, quizás no tan visible corno los látigos y las cadenas, pero seguramente tan (o más) dolorosas.

A pesar de creernos libres, y de estar festejando nuestro Pesaj diario, en realidad, nos falta un Shavuot.

Si la persona «vale en el mercado de la sociedad» como objeto de consumo, entonces, no es libre, es esclava de las relaciones de poder y económicas que se dan.

Si la persona para ser libre, en el sentido capitalista de la palabra, debe sacrificar su amor propio, debe violentar su felicidad, debe aceptar la vida en soledad; entonces, ¿es libre?
Si para crecer, para compartir, para existir, la persona debe perder los rasgos que la identifican, su identidad, para asimilarse a otra cultura, ¿es libre?
Si la persona es persona en tanto genera ingresos y dividendos, si la persona es tal si no se sale de la normativa de normalidad «esclavista», si la persona lleva con agrado su pesado yugo que lo mortifica y nulifica, ¿es libre?
Si el trabajo, las vacaciones, el jolgorio, la moda, los placeres sensuales son el sentido de la vida, y se pierde el momento de gozar la cercanía plena con los seres queridos; o se perjudica el bienestar emocional propio o ajeno, o se pervierten lo que deben ser valores eternos, ¿se es libre?

En nuestras sociedades Occidentales y Cristianas, son muchos los elementos que se suman a la esclavización de las personas, y lo que en principio comenzó por ser un proceso de liberación (Iluminismo, Revolución Francesa, maquinismo, cibertecnología, etc.), termina coadyuvando al reforzamiento del acatamiento de la persona a esos dictados externos, que lo manipulan para hacerlo esclavo, pero que no advierta su miserable estado espiritual, para que no quiera zafar de sus idolátricos lazos.

Se vive en Pesaj, pero generalmente olvidamos Shavuot.

Eso lleva a que en la actualidad las libertades sean numerosas, impensadas cien años atrás, pero, que la persona sea más esclava que nunca.

Pesaj es romper con la idolatría – esclavitud sentida (percibida), pero reviviendo (en otro plano) sus tormentos.
Shavuot es armar una buena vida de Libertad, destruyendo la idolatría – esclavitud escondida y acechante.
¿No es hora de celebrar ambas?

https://serjudio.com/apoyo

https://youtube.com/yehudaribco

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x