Los fabricantes de la Shoá

Para comprender este texto estaría bueno leer los dos anteriores que hemos publicado:

https://serjudio.com/exclusivo/cterapia/bienaventurada-la-persona

y

https://serjudio.com/exclusivo/cterapia/lo-haba-visto-ana-frank

Con relación a la Shoá (que imperfectamente se traduce como Holocausto) se pudieron/pueden encontrar tres tipos de actitudes perversas, siguiendo la enseñanza que ya compartimos.

Estaban los RESHAIM, los malvados y rebeldes, aquellos que no obtenían ventajas materiales por sus actos crueles y sanguinarios. Su violencia no estaba motivada en conseguir beneficios, más que demostrar su fuerza, dar visibilidad a su odio e ira, poner en actos la desquiciada podredumbre de sus creencias/ideología. El desprecio por Dios y Sus cosas, por tanto el asco hacia los judíos y el judaísmo está en la base de esta forma desequilibrada de presentarse ante el mundo. Cuando rascamos para encontrar alguna explicación, solo nos topamos con miseria, egoísmo, una enorme impotencia existencial que al encontrar un poco de fuerza la prostituye para doblegar a los que son física/materialmente más débiles; como si esa superioridad material fuera de alguna manera un rescate de su inmensa falta de poder real.
Malvados impulsados por su impotencia.
Gente peligrosa en donde estén porque han armado su sistema de valores para operar desde su Sistema de Creencias turbio.
Gente con la cual es imposible el diálogo, entienden mejor cuando se les pega a palo limpio, cuando se les tiene cortitos por la fuerza y manifestando poder.
Es extremadamente difícil que acometan el proceso de TESHUVÁ (arrepentimiento, retorno a la senda del Bien), porque en su mundo imaginario ellos son portadores de la verdad, de la luz, del esclarecimiento. Por supuesto que no se presentan como “el lado oscuro”, sino como caballeros de lo que es bueno.

Luego está la masa de los JATAIM, aquellos que se revuelcan en el estiércol para obtener alguna ventajita y por lo tanto deben inventar alguna excusa para hacer aquellos que saben que no está bien, que de alguna manera los hace sentir culpables. Apoyaban al régimen, cumplían sus leyes, aplaudían al líder, delataban judíos escondidos, lo que fuera que les resultará para evitar daños o para alcanzar algún beneficio. Si se les diera la oportunidad de hablar con seguridad de no ser perseguidos luego, tal vez confesarían el asco por sus acciones, detestarían haber sido tan débiles, se sentirían un pedazo de porquería y pedirían disculpas. Es probable que así pasara, porque en el fondo no es mala gente, no quieren hacer daño, no están en contra de Dios ni Sus cosas. No tenían ningún motivo en general para perseguir judíos ni querer destruir al judaísmo, más que lo que la corrupción de las religiones hayan insertado en sus Sistemas de Creencias.
Creían que el nazismo sería la solución para sus necesidades, querían creer en los discursos, tenían fe en poder ser poderosos, lo que fuera que tuvieran como esperanza y nada importaba más que alejarse del sufrimiento y apropiarse del placer. Repito, no llevados por el odio ni por la maldad en sí misma, sino por su debilidad que alentaba y hacía prosperar a los malvados.
En resumen, tontos útiles, aprovechadores, gente que usurpa y violenta para evitar el castigo o para tener alguna ganancia.
Con esto no se justifican sus actos malvados, porque sin ellos los malvados no tendrían chance de prosperar sembrando el horror.

Por último los LEITZIM, esos burladores que se oponen a los valores, que detestan la vida como principio fundamental.
Podrían ser aquellos que no queriendo hacer el mal ni tampoco buscando alguna ventaja, simplemente decían “no te metas”.
Los que se lavan las manos, aunque quizás algunos de estos sean JATAIM, porque al no involucrarse soslayan inconvenientes.
Los que sin dudas entran acá son los negadores de la Shoá, esos criminales de reciente invención. No los que están movidos por el odio y las intenciones oscuras, ni los que lo niegan por idiotas y perezosos, sino los que son negadores porque dicen que el genocidio armenio fue anterior, o que murieron muchos más millones que solo los seis de judíos, o que hay otras matanzas en el mundo, o que pobres los palestinos asesinados por los israelíes, o lo que fuera que esgriman para vomitar el asco de sus creencias podridas.
Justifican el mal, envilecen el bien, aumentan el caos y no sacan nada de ello.
Acusan a las víctimas, o ridiculizan el sufrimiento, o justifican lo que no tiene justificación verdadera. Lo único importante para el burlador es propagar la destrucción del nexo con la eternidad, el orden que lleva al progreso. ¿Por qué?
Simplemente por maldad, pero sin poner en actos su odio hacia la vida y lo vital.
Por ser esclavos del EGO y haber sido educados de esta manera, ¿quién sabe exactamente cada caso en particular?
Aquí podemos agregar a todos los opinólogos que escupen sus pareceres como si tuvieran valor y no tienen idea de nada, ni les importa aprender, ni quieren que haya verdad, justicia, shalom. Solo defecan palabras que son burlonas, insensibles, pero muchas veces disfrazadas de corrección política, de progresismo.

Luego están los verdaderamente ignorantes, aquellos que no fueron enseñados y no han podido salir de su estado de ignorancia.

Por supuesto que este modelo de conductas se aplican a todas las situaciones, no solamente a aquellas tan extremas como la Shoá.
Por ejemplo los que apoyan a los árabes que se hacen pasar por “palestinos” en su plan contra Dios y los judíos.
Pero no hablaremos de eso ahora.

Hay tanto por trabajar para vivir en un mundo de SHALOM.
¿Estás haciendo tu parte?
¿Seguro?



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