Momentos de decisiones

Como ya te he enseñado, el ser humano está formado por cinco planos o dimensiones:

  • físico/material
  • emocional
  • social
  • intelectual
  • espiritual

Cada uno de ellos debe estar correctamente nutrido y balanceado.
Si se produce algún desequilibrio, en cualquiera de los planos, por exceso o falta, entonces se genera un desbalance en el ser, que produce diversos signos y síntomas, no solamente en el plano afectado directamente.

Debes saber que en cada uno de los planos se expresa una disyuntiva, una necesidad de decidir entre dos polos, de encontrar el armonioso equilibrio dinámico entre dos posiciones antagónicas.

¿Cuáles son estas, de acuerdo a su plano?

En el físico/material se debe resolver una pulsión, un poderoso llamado de la naturaleza, se ha de satisfacer una necesidad básica vital, o dejarla en falta.

En el emocional se trata de hallar el equilibrio entre el placer y el no-placer.

En el social es dilucidar alguna opción moral, es decir, encontrar la conducta correcta de acuerdo al patrón correspondiente al ámbito social de inserción de la persona, o ejercer una conducta incorrécta.

En el plano intelectual la cuestión es barajar las posibilidades, sopesar los datos, para decidir qué conviene y qué no conviene.

Por último, en el plano espiritual la disyuntiva está en seguir el camino de la Torá y las mitzvot (aquellas que corresponde a cada identidad espiritual, sea judía o noájida), es decir, actuar bien (según el criterio del Eterno), o seguir alguna otra opción, que sería pecar o hacer lo malo.

Así pues:

  • Satisfacción de necesidad o falta
  • Placer o no-placer
  • Correcto o incorrecto
  • Conveniente o perjudicial
  • Bueno y justo o no bueno e injusto.

Entre estas cinco decisiones se juega cada decisión de tu vida.
Aunque no seas consciente de ello, estás a cada momento escogiendo alguna de estas posturas.
Por supuesto que cada plano es indispensable, necesario, bueno, pero siempre en su adecuado equilibrio.
Pero, a la hora de tomar decisiones de forma consciente, has de esforzarte por escoger lo bueno, es decir, hacer prevalecer tu plano espiritual, y dentro de él la lealtad a lo determinado por el Eterno como el camino a seguir.

Si escoges lo bueno, escoges la vida.
Quizás estés en conflictos entre una decisión en un plano con la decisión en otro.
Algo que te parece conveniente, quizás no sea bueno.
Algo placentero quizás sea nocivo.
Algo que te hace sentir carente quizás sea correcto.
Y así sucesivamente en numerosas combinaciones.

Recuerda, te lo repito, si escoges lo bueno, escoges la vida.

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