Resp. 3661 – Amonestación a los falsos sabios

Shalom,
"¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!" (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Existen dos tipos de sabios.

Aquellos que son eruditos en Torá y que están inmersos en el cumplimiento de preceptos, es decir, los Sabios judíos, maestros de verdadera espiritualidad, faros en las tinieblas, sostenes de la Torá, guías fidedignos a los cuales seguir. Seres luminosos en conocimiento de Torá, sumisos a la hora de acatar los mandamientos, vigorosos en ética y moral.
Moshé, Mordejai, Ezra, Hilel, R. Yehudá HaNasí, R. Akiva, Saadia Gaón, Rashi, R. Moshé bar Najman, R. S. R. Hirsch, R. Avraham Kook, R. Y. Soloveitchik para nombrar solamente un puñado de notables.

Y están los sabios del plano material, científicos, técnicos, expertos en las diversas ramas de las ciencias, las artes, las tecnologías, etc.
Aristóteles, Galeno, Copernico, Newton, Pasteur, Einstein, Freud, Prygogyne, Hawkings entre centenas de genios y esforzados.

Ciertamente que puede haber sabios de Torá que sean también sabios en el plano material, tal como lo fuera el insigne rabino Maimónides, o el contemporáneo rabino Aryeh Kaplan.

Es problemático cuando se confunden los términos, y se considera que un sabio en espiritualidad necesariamente es un experto en asuntos eminentemente materiales. Es decir, no todos los sabios en Torá son expertos en ciencias, en artes, etc. Cosa que no resta para nada un ápice a su valor e influencia como luminarias en su plano de influencia y aquello que se deriva de esto.

Y es totalmente problemático cuando un sabio del plano material se inmiscuye en cuestiones que atañen a lo espiritual, siendo que no cuenta con el refinamiento y las capacidades para incursionar en asuntos de espiritualidad.

Pero, lo más trágico es cuando gente poco desarrollada, ajena, incapaz, se autoproclama genial, sabia, ducha y autorizada a emitir opiniones de sabios.
Mencionaré dos ejemplos famosos de tales estafadores, taimados, presuntuosos e incitadores al fracaso: el Jesús del mito cristiano y el Pablo de Tarso de los mismos mitos.
El tal Jesús, un ignorante, rechazado en su academia por sus constantes inconductas y desvíos hacia la inmoralidad se atrevía a denominarse maestro y rabino, cuando de hecho difícilmente podría ser admitido como alumno. (Ni hablemos de sus delirios de grandeza, creyéndose rey, profeta, o incluso… un dios…).
El tal Pablo, se vendía como rabino iluminado por un rayo celestial, cuando de hecho, al leer sus taimadas apologías idolátricas, lo único que se descubre es un sujeto vil, falto de conocimiento de temas de Torá, de muy escasa estatura moral.

A los estafadores que se hacen pasar por sabios del plano material es quizás más fácil desenmascararlos, desde que se cuenta con el método científico, y el tamiz ya no deja pasar charlatanes e ilusionistas a las alturas de la sabiduría terrenal.

Pero, a los engañadores y falsarios del plano espiritual es más difícil dejarlos al desnudo, pues, casi todo lo que el mundo llama "espiritualidad", ciertamente no es otra cosa que manipulaciones en el plano emocional, que solamente sirven para apartar a la persona de la verdadera nutrición espiritual y del camino justo y bueno que le corresponde andar.
Es tal la confusión, actualmente y en el pasado, que me atrevo a decir que lo que las personas llaman religiones, en su esencia fundamental no son más que efectos emocionales… en recordadas palabras de un sabio del plano terrenal: "opio de los pueblos" (sabio terrenal, en asuntos de economía, que cuando se quería meter en cuestiones de verdadera espiritualidad, demostraba que carecía en absoluta de credenciales para lo espiritual).

Antaño en el seno de Israel también aparecían estos facinerosos de la espiritualidad, que se disfrazaban de profetas del Eterno, pero eran solamente payasos o ladrones que buscaban el dinero de los ingenuos que les seguían, o una parcela de poder, o algún otro beneficio.
Estaban los que se hacían pasar por sabios, de manera tal de someter y manipular a los incautos que aceptaban sus enfermizas moralejas (recordemos los ejemplos que mencionamos recién, el falso profeta y el falso rabino de los cristianos).

Ante esos malvados siempre se enfrentaron con firmeza y brillantez, los escudos de Israel, los guardianes de la Tradición, los portadores de la Torá: profetas y verdaderos sabios judíos.

El profeta y rabino Irmiá/Jeremías en el capítulo 8 está hablando precisamente a esos sujetos, aquellos que en su época se vestían como sabios, pero que solamente eran charlatanes y/o chantajistas:

"¿Cómo diréis: ‘Nosotros somos sabios, y la Torá del Eterno está con nosotros’?
Ciertamente he aquí que la pluma engañosa de los escribas la ha convertido en engaño.
… He aquí que han rechazado la palabra del Eterno, ¿y qué clase de sabiduría les queda?"
(Irmiá / Jeremías 8:8-9)

Supongamos que le está hablando el profeta Irmiá a un predecesor del malvado Pablo, a alguien que actuaba como él, que se disfrazaba de sabio como el tarsiano, que disimulaba su tontera e ignorancia con ampulosas palabras y tremebundos presagios.
Entonces el profeta del Eterno lo señala con su iracundo y firme dedo y le dice:

"¿Cómo te atreves a decir que eres sabio de Torá?
¿Con que desvergüenza ensucias el nombre del Eterno y Su perfecta Torá?
Yo te denuncio, farsante, porque eres diestro en palabrería y manipulaciones,     con las cuales confundes a los ingenuos y te aprovechas de ellos.
Pero a Dios y Su Torá no puedes engañar.
A los Sabios no asustas con tus amenazas y falsas profecías.
A los rabinos no estafas con tus maquinaciones perversas.
A los que son fieles del Eterno no embarullas con tus cánticos y danzas de         "alabanza mesiánica"…
La prueba de tu maldad es evidente, Pablo apóstata y traidor del Eterno… te     has apartado de los mandamientos del Eterno… con tus actos inmundos demuestras tu rechazo por el Eterno… tú no sigues el camino de la Torá, sino     tu propia senda tortuosa y tóxica… tus creencias y fe son ajenas, lejanas del     Eterno y Su Torá… eres un macabro sujeto carente de valor y falto de poder… nulo en     sabiduría…
Son tus obras las que delatan tu maldad, es tu orgullo salvaje el que denuncia     tu podredumbre moral… oh perverso Pablo…"

¿Se entiende el sentido del pasaje?

Gracias a Dios no falta en cada generación el grupo de verdaderos Sabios de Torá, ni el conjunto del pueblo fiel a la Torá y los preceptos, que son una muralla en contra de todos los estafadores de la fe que suelen aparecer cual hongos tras la lluvia.
Tal como el rabino Jeremías, el de su pregunta, se levantó incólume y fuerte contra los depravados espirituales, así en cada Era existen los verdaderos sabios y el resto del pueblo que sirven al Eterno con fidelidad, guardan la Torá y cuidan los mandamientos.
En la actualidad los irreverentes se hacen llamar, por ejemplos, (falsos) judíos mesiánicos, o rabinos evangélicos o cualquier otro disfraz que esconde al insaciable lobo feroz detrás de una máscara de ovejita pacífica.

Es nuestro deber estar atentos para defender nuestra integridad, y ayudar a nuestro prójimo para que estas huestes del pecado no sigan provocando tanta miseria y dolor en el mundo.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco