Resp. 44 – ¿Creer en Dios = amor?

"En primer lugar mi más sincero agradecimiento a sus humildes palabras como respuesta a mi pequeña duda, no obstante me ha surgido una nueva duda al respecto. Es cierto que amar es "hacer por otro"sin embargo esto no se cumple en nuestra sociedad hoy en día al pie de la letra,como quizás no se cumplió con Caín…Usted amablemente señala sabiamente que el mandamiento de amar al prójimo es sólo uno entre otros "612",quizás aunque reconoce que és uno de los más importantes no le dé la suficiente importancia al comentar que" una parte no es un todo",claro que todos sabemos que los mandamientos son ¡¡¡613!!!…También Ud.tiene dudas sobre mi definición de "Amor"y mi definición también tiene 3 palabras CREER EN DIOS.Claro que yo no intentaré explicar una por una ya que otros lo han hecho yá ,pero si tuviera alguna duda respecto a la palabra CREER le sugiero la lectura nº XII "Belief",escrita por Bertrand Russell pag.231 en su libro "The analysis of mind".Pero mi duda es el ¿ Porqué ? no se cumple,acaso debido a nuestro "yo"antes que…o por otro lado a la no creencia en Dios por ser más importante."

de España.

Shalom.

Gracias por participar con tanta generosidad.

Realmente no encuentro en ninguna de las fuentes judías que se mencione la identidad entre "creer en Dios" y el amor que debemos practicar para con Él y para con la creación.
Si es su opinión, o de otras personas, bendito sea Dios que le da libre albedrío a las personas, e inteligencia para razonar.

Sin embargo, permítame que le diga qué es la "creencia" en Dios dentro del pensamiento judío tradicional.
La mitzvá de "Emuná en Dios" (mal traducido como "creencia" y muchísimo peor como "fe") es la número 25 dentro de las 613 mitzvot de la Torá. En tanto que "amar al prójimo (judío)" es la 243. "Amar al extranjero" la 431. Y "amar a Dios" la 418.

Como podemos apreciar la Torá se encarga específicamente de separar estas mitzvot.
¿Quién nos da el derecho de asimilarlas, de hacerlas idénticas?
Nadie.
Una cosa es "amar" a Dios, a los hermanos israelitas, a las personas en general; y otra cosa distinta (pero no aparte) es "emuná en Dios".

Ud. menciona la creencia en Dios como sinónimo de amor.
Y alude a la definición del agnóstico filósofo Bertrand Russell para que comprendamos a qué Ud. se refiere.
Le confieso que no sé lo que el filósofo opina acerca de la "creencia", y le soy sincero, en nada me interesa.
Yo tengo muy claro qué es lo que el judaísmo verdadero afirma acerca de la "creencia" en Dios, y eso para mí (en tanto que maestro de judaísmo) me es suficiente. (Quizás como psicólogo me encargue de averiguar acerca de Russell).

En primer instancia, fe en Dios no existe dentro del judaísmo.
La "fe" es por completo un concepto que nada tiene de parentesco con la Torá, o los jajamim (las traducciones de la "Biblia" que incluyen esa voz, no están realizadas por eruditos judíos).
Segundo aspecto, la "creencia" en Dios (desde un punto de vista judío) NADA tiene que ver con contemplación, idealismo, romanticismo, filosofía, teología, etc.
"Creencia" en Dios, es EXCLUSIVAMENTE: HACER LO QUE DIOS MANDA.

Si una persona "no cree" en la teoría de Dios, en Dios como concepto; PERO, cumple con las mitzvot (sin importar porqué lo hace), esa persona CREE EFECTIVAMENTE EN DIOS.
Según el Talmud Ierushalmi, esa persona de seguro terminará también creyendo en Dios "el concepto", pues, reconocerá Su Existencia merced al constante trajinar, es decir, el minucioso cumplimiento de las mitzvot y el estudio judío y verdadero de la Torá (T.I. Jaguigá 6b perek 1 halajá 7 guemará).

Al igual que dijimos con el "amor", el sentimiento o el pensamiento son por completo secundarios a la práctica, a la acción concreta.

El que dice y dice y dice creer en Dios, pero hace lo que se le antoja, o lo que "cree" que es lo correcto, por más dice que dice que dice…NO cree en Dios.

Creer en Dios, es hacer lo que Dios manda en su Torá (escrita y oral).

Veamos la lección del RaMBa"M: "El amor llegará con el conocimiento de la Torá, y la reverencia con el cumplimiento de todos sus preceptos" ("Guía de los Perplejos", Cap. 3,52).

¿Cómo se llega al "conocimiento" – amor a Dios? A través del conocimiento de su Torá.
Y para ubicar a Dios en el lugar de preeminencia lo conseguimos a través de la reverencia, lograda merced al cumplimiento de las mitzvot.
Ambas cualidades en la persona (juntos y sincrónicas), amor y reverencia a Dios son emuná – creencia.
Así que, efectivamente hay una relación entre el amor (en sentido judío) y la creencia en Dios (en sentido judío), pues ambas necesariamente implican conocimiento y especialmente ACCIÓN como fundamento.
En el "amor" una acción que tiene como objetivo al otro.
En la "creencia" una acción que tiene como fuente a Dios.

Pero, está claro que ambas cosas no son idénticas, de seguro que son complementarias (a veces).

»Amarás, pues, a Hashem tu Elokim y guardarás su ordenanza, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días."
(Devarim / Deuteronomio 11:1)

¿Qué dice la Torá que es amar a Dios?
No otra cosa que cumplir siempre lo que Él ha ordenado en su Torá.
Esto es el amor dirigido a Él.
Pero, para amar al prójimo, hay que poner en práctica esas mitzvot que son específicamente ejercidas por el otro que es "como yo soy".

 

Veamos un poco el concepto tan erróneo de "creencia".

Como siempre ocurre con las traducciones, se distorsiona el sentido original de las palabras.   Lo que generalmente se traduce como "creencia", en hebreo es emuná.

En realidad un aspecto (moderno y no bíblico) de la emuná es la creencia, en el sentido de tener una certidumbre, una especie de atisbo de conocimiento, una idea improbable.
Pero, de su misma etimología surge la palabra: entrenamiento (imún).
¿Qué relaciona una con otra?
Para que exista "creencia" – conocimiento- debe haber un "entrenamiento".
¿Cuál es el entrenamiento?
Hacer lo que es ordenado por la Torá, cumplir sus mitzvot, para de esa manera lograr un "conocimiento" de Dios.
Entrenamiento es educarse, criarse, entrenarse con constancia en determinada área.
Prestemos atención al Tanaj:

"Éste había criado (OMÉN) a Hadasa [que es Ester], hija de su tío, porque ella no tenía padre ni madre." (Ester / Esther 2:7)

"Criado" – educado, está escrito: omén.
Que es, indudablemente, un derivado de la misma raíz que emuná.
Es decir, para conseguir la emuná, la fidelidad, hay que educarse en ella.
La educación se obtiene merced a la dedicación, al empeño, a los hechos…
¿Qué tiene que ver la creencia vacía (la fe) en todo esto?

Otra parte de la emuná es la verdad – fidelidad (Lea Devarim / Deuteronomio 32:4, entre otros).
Y otra más es la firmeza – fidelidad (Lea Shemot / Éxodo 17:12, entre otros).
Si Ud. revisa su Biblia podrá encontrar algo parecido a esto:

"¡Oh Hashem, tú eres mi Elokim! Te exaltaré; alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas. Desde antaño tus designios son fieles (emuná) y verdaderos (omén) [verdad firme]." (Ieshaiá / Isaías 25:1)

Las palabras finales de este versículo son "emuná omén", ambas de la misma raíz verbal, y que como verá fueron traducidas como "fieles" y como "verdaderos" (o "verdad firme")…para nada menciona el traductor (incluso el no judío también así hizo) la creencia.

Es que…creencia NO es uno de los conceptos judíos.
La verdad sí que lo es.
La fidelidad también.
La acción firme, concreta también.
El entrenamiento constante y en todos los detalles, obviamente que sí.
Pero, la filosofía contemplativa…es de los sabios griegos.
El amor romántico, es de Goethe y sus descendientes.
El amor de pacotilla, es de Hollwood y nuestras sociedades pos-modernas.
El amor sensual, es de los materialistas de todos los signos y épocas.
El amor generoso y de acción por otro, es del judaísmo.

Pero, ¿cómo? -preguntará el sincero lector no conocedor del hebreo- ¿acaso no está escrito que la fe es una de las bases del hombre justo?
Resulta que, la pésima manipulación ejercida sobre los textos del profeta Jabacuc nos quiere estafar con la siguiente invención: "el justo por su FE vivirá". ¡Mentira!,
esto es lo que el profeta en verdad dice:

"He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está envanecido, pero el justo por su fidelidad (emunató) vivirá."
Jabakuk / Habacuc 2: 4

El justo es el que vive en fidelidad y nada tiene que ver la fe.
Y para ser fiel, hay que serlo COMPLETAMENTE, y no en cómodas cuotas…
Fiel en todo.
Cumpliendo TODO.

Pero, ¿de dónde sabemos esto?
La mitzvá 25, "emuná en Dios", es saber que Dios Es, y por lo tanto, HACER lo que DIOS MANDA.
Esto lo aprendemos de donde surge:

"Yo soy Hashem tu Elokim, que te saqué de la tierra de Mitzraim, de casa de siervos." (Shemot / Éxodo 20:2)

Nada nos habla este versículo de "amar", sino de que sepamos que ese "Yo" fue el que obró por nosotros, sacándonos de Mitzraim, de la esclavitud.
Emuná es SABER que Dios opera en la Realidad, por lo tanto, Él Es.
Y luego, que nos sacó de la esclavitud, y nos hizo sus súbditos.
Por lo tanto, Él espera nuestro servicio y gratitud, no sólo el amor, que es una de las tantas obligaciones que tenemos respecto a Él (así como la reverencia, el respeto, los tefilín, festividades, etc.).

A mí me interesa lo que enseñó Maimónides (y no Russell), por eso le trascribo: "…las ideas, si no tuvieren el respaldo de las acciones que las justifiquen, avalen y perpetúen en el seno del pueblo, no subsistirán" ("Guía de los Perplejos", Cap. 2,31).

Shamai en Abot 1:15 decía: "di poco y has mucho".

Shimón ben raban Gamliel enseñaba en Abot 1:17: "no es la explicación y la meditación lo fundamental, sino la acción".

¿Qué ocurre cuando se fundamenta en la "creencia" extática en Dios (es decir, relegando al olvido la práctica de TODAS Sus mitzvot) nuestra vida?
Sin dudas que el pecado (que significa en "judío": error, omisión o desviación de lo correcto).
Ud. menciona a Caín.
Sin dudas que Caín CREÍA en Dios.
Creía en el sentido llano de la palabra.
En el sentido que usan los cristianos ese término.
En el sentido de muchos de los filósofos ateos.
Creía como sentimiento, como emoción, como idea, como…cualquier cosa menos ACATAMIENTO de las órdenes de Dios y su práctica.
Tanto creía que inventó el sistema de "sacrificios" para "apaciguar" y "complacer" a Dios.
Sin dudas, Caín era un creyente.
Tan creyente que cuando su hermano le copió la idea del "ritual".
Cuando su hermano lo superó en creencia, en FE.
Cuando Dios parecía complacido por el otro.
Caín el creyente en Dios,
Caín el inventor de los rituales para Dios,
Caín el que era "obra de Dios",
cometió el primer asesinato,
aniquiló a su hermano y a sus descendientes potenciales.

¡Oh fe – creencia, cuántos crímenes se han cometido bajo tu bandera!

Es que, esto es lo que suele ocurrir cuando nosotros nos atribuimos el derecho de decidir qué mitzvá es más importante, cuál es lo más adecuado entre lo que Dios dijo para nuestras vidas.

Si Caín hubiera creído realmente en Dios, el ritual hubiera sido valioso, pero secundario.
Si Caín hubiera creído en Dios, hubiera hecho caso a Su consejo, y no hubiera dejado que su "amor creyente" por Dios derivara en tragedia para toda su familia, es decir, para toda la humanidad.

Creer en Dios.
AmarLo.
Amar al prójimo.
Son tres de 613 mitzvot.

Para el judaísmo ahuyentar a la madre ave para recoger los pichones o lo huevos, es tan mitzvá, tan fundamental, tan "gloriosa", tan "paradisíaca", como: "ama a tu Dios con todo tu…"
Ambas son equivalentes (no son iguales).
"No asesinar" vale tanto como "usarás tzitzit en los bordes de tus ropas".
"Amar al prójimo" vale tanto como "reprenderás al que debes reprender".
Eso es lo que el judaísmo verdadero y tradicional enseña y practica.
Y le reitero, una parte no hace al todo, ni equivale verdaderamente al todo.
Sin embargo, si un pequeño tornillo falta, es probable que una gran maquinaria no opere como corresponda. Puede una persona abundar en amor, incluso llevarlo a la práctica, pero, si desobedece tan sólo una de las mitzvot, poco puede justificar sus acciones como correctas…
Y aquel que dice: "si amas al prójimo ya has cumplido con todo"…es un pecador que induce al pecado, una persona que malversa el texto y sentido de la Torá.

Pero, en la historia aparecieron (en todas las épocas), los que son muy creyentes de Dios, DESOYÉNDOLO.
¿Es que son creyentes (en el sentido judío de la palabra)?
¿Es que a Dios les complace tales personas creyentes?
Isaías (Ieshaiá 1) no deja dudas:

(10) Escuchad la palabra de Hashem, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la ley de nuestro Elokim, oh pueblo de Gomorra.
(11) Dice Hashem: »¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
(12) Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
(13) No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
(14) Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
(15) Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
(16) »Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
(17) Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
(18) »Venid, pues, dice Hashem; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
(19) Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
(20) Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca de Hashem ha hablado.»

Para que no se preste a confusiones, daré una brevísima explicación.
Dios exige los "korbanot" -sacrificios-, shabbatot -sábados para la elevación (mal llamado reposo)-, moadim -festividades-, roshei jodashim -principios de mes (novilunios)-, etc.
Dios exige ritual.
Dios exige mitzvot relativas a Él.
Pero, si se hacen las mismas con la excusa o el pretexto de obviar lo que DEBE ser hecho por el prójimo, NADA de lo que se haya hecho en relación a la "creencia" (en el sentido no judío) tiene verdadero mérito.
Isaías claramente lo expone: menos "creencia" (fe vacía de contenido y sustancia) y más acción (mitzvot).
E Isaías hace hincapié en lo que aquellos judíos estaban fallando: las mitzvot relativas al prójimo.

Así pues, estimado Sr., su hipótesis de creencia en Dios = amor,
no tiene arraigo ni fundamento en lo que es el judaísmo.
Pero, como le mencioné más arriba, obviamente que Ud. es libre de creer lo que le complace creer (en el sentido de conocimiento, opinión).

Es más, podríamos llegar al absurdo de pensar que Dios ama a Israel porque "cree" (usada esta palabra en el sentido religioso del término, y no en el de confianza) en nosotros:

"Es porque Hashem os ama y guarda el juramento que hizo a vuestros padres, que os ha sacado de Egipto con mano poderosa y os ha rescatado de la casa de esclavitud, de mano del faraón, rey de Egipto."
(Devarim / Deuteronomio 7:8)

¿Será así?
Seguramente que no.
Para Dios está claro que el amor es hacer: guardar el juramento, salva a los judíos, etc.
Y es obvio que Él puede creer en nosotros, es decir, tenernos confianza de que algún día sabremos hacer lo correcto…

Ahora que espero haber dejado aclarados los términos de emuná y amor, pasaré a responderle su duda: "¿Porqué no se cumple?, acaso debido a nuestro "yo" antes que…o por otro lado a la no creencia en Dios por ser más importante."

La falta de creencia en Dios (como ha sido definida aquí) puede ser uno de los aspectos en la "falta de amor" de la actualidad.
Si una persona no cree en Dios, porque no hace todo lo que puede de lo que Él ordena, entonces, obviamente ¿para qué amar a otro?
¿Es acaso obligación?
Si creo en un dios que me pide solamente "amor" espiritual, es decir, sin prácticas concretas a favor del otro.
O si directamente desconozco todo dios.
Contestaré igual que el "creyente" Caín: "¿acaso soy el guardián de mi hermano?".
Es decir, ¡qué me importa los demás!
Cada cual que atienda su juego.
No hay mutua responsabilidad.
No hay obligaciones trascendentes.
No hay moralidad.
Depende todo del propio criterio.
(Y atento que estoy equiparando a los ateos (en todas sus denominaciones) con los que creen (y no en el sentido definido aquí)).
Siendo así, el amor por el otro es una metáfora.
Un cuento.
Una utopía.
Romance…
Pero nada que sea verdadero.

Y, al desconocer la valía de otro, al materializar (que no quiere decir llevarlas al plano de la práctica material) las relaciones.
Al convertir al otro en una cosa.
Al ser todo yo un "yo" egoísta y ególatra.
Al ser uno mismo para sí mismo exclusivamente.
Obviamente que el amor (acción por otro) no tiene ningún interés, valor o significado.
Y nuestras sociedades posmodernas, indudablemente nos cosifican, nos masifican, nos anonimizan, nos atomizan, nos nadifican…
Convierten al amor en una charada de sexo y auto-complacencia.
En un negocio.
En un yo egoísta que usufructúa otro yo egoísta.
O, incluso PEOR…en un dolor de cabeza "espiritual", "místico".

¿Cómo encontrar un mundo de verdadero amor?

¿Creyendo en Dios?
Y sí.
Es decir:

cumpliendo con lo que ordena la Torá, haciendo TODAS las mitzvot.
Apreciando nuestro verdadero valor, para así valorar justicieramente a los otros.
En definitiva:
creyendo menos en Dios (en el sentido no judío)
y
educando nuestras vidas de acuerdo a lo que es Correcto.

En una de las 25 ocasiones que aparece la palabra emuná en el Tanaj, encontramos el mejor epílogo y respuesta concluyente para Ud.:

"Confía en Hashem y haz el bien". 
Tehilim / Salmos 37:3


Nota 1.
Cuando en la respuesta anterior (Amar es hacer por otro) mencioné que el amar al prójimo es una mitzvá entre otras 612, no me confundí de número, ni eliminé una mitzvá.
Está claro que está dicho: es una y hay otras 612; 1 + 612 = 613.
Y, para nada dije: una de las 612 mitzvot.

Nota 2.
Cuando en la respuesta anterior  (Amar es hacer por otro) mencioné Amor con mayúscula, es esa cualidad de Dios que nosotros podemos identificar como Amor.
Los humanos a lo sumo podemos amar, con minúsculas siempre.

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Publicado originalmente: http://serjudio.com/dnoam/rap44.htm, Av 6, 5762 – 15/7/02

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Shaul Ben Abraham

‌‌Hay algo interesante en el Shemá que muy pocas veces se repara en ello; la Toráh dice primero «Shema Israel» y luego, «Veahabtá». Yo lo entiendo así: primero se escucha (y aquí también se debe entender como obedecer)y luego llegamos al amor; sin escucharlo/obedecerlo es imposible, o al menos muy inadecuado tratar de amarlo, por que Di-s se lo conoce por los actos que nos pide que hagamos. Ademas fíjense en la relación interesante que hay entre emunáh y artista/אמן (en hebreo), pues en efecto de acuerdo a la Toráh «creer» en Di-s es todo un arte que hay que… Read more »

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