Resp. 6113 – shabat para gentiles y el domingo

roberthduran nos consulta:

shalom!
1- somos bendecidos de misericordia y bondad del ETERNO si guardamos un domingo en vez de su dia ,que es shabat,?
2- lo pregunto por todos los movimientos populares de hoy endia, que no reconocen el shabat..
todah rabah.
roberth duran 31 anos trabajador de round lake ,illinois united states

Buen día.

Antes de responder a sus amables preguntas, una breve pero necesaria introducción.

Desde el inicio de los tiempos la gente se manejó para contar sus tiempos, individuales y colectivos.
Comenzaron a emplear los elementos de la naturaleza para realizarlo.
De alguna forma inventaron los días, también los meses y los años, todos ellos directamente apoyados en fenómenos astronómicos, dependientes por completo del baile cósmico entre tierra, luna y sol.
Ellos por supuesto no podían saber la mecánica de los cuerpos celestes, solamente estaban atentos a los fenómenos que ocurrían en sus vidas en relación a tales astros.

Como ve, no he mencionado la semana, puesto que ésta no tiene ninguna relación con eventos cósmicos.
Es una convención humana, la hemos fabricado los hombres vaya a saber de acuerdo a que parámetros (tal vez la Wikipedia le dé alguna idea).
Semanas de 5 días, 7, 10, 16, de lo que cada pueblo y sociedad estableciese como contrato social.
O, incluso quizás hubo o hay sociedades que desconocen por completo un concepto parecido a la semana.
De todo hubo, y hay, en la creatividad de la especie humana.

Sin embargo, la semana consagrada, aquella que cuenta con seis días para dedicarse a las tareas y un día para abstenerse de ellas, fue un regalo directamente del Creador.
No para Adam, ni para Set, ni para el resto que vino luego. Tampoco para Noaj, ni Shem, ni Jam ni Eber. Tampoco Abraham, Itzjac y Iaacov, ni para los hijos de éste.
Nadie, por varias generaciones tenía siquiera noción de la existencia de un día especial, diferente, para dedicarlo a actividades menos interesadas en conquistar este mundo y hacerlo progresar mecánicamente.
El día séptimo existía, por supuesto; su significado estaba presente, claro está; pero todavía no había aparecido el recipiente adecuado para obtenerlo y desplegarlo con todo poder y belleza.
Se mantenía a la espera, resguardado y precioso en el tesoro del Eterno.
Era una luz en las habitaciones del Señor, no una novia en los brazos de su novio.

Hasta que el pueblo judío nació, allá en los eventos milagrosos y profundamente memorables en torno a la Salida de Israel de Egipto.
Solo entonces, y recién en entonces, Dios reveló el Shabat a los hombres.
Y lo entregó con amor y justicia a quienes lo debían recibir para recordarlo, cuidarlo y cumplirlo.
Es así que el pueblo judío fue coronado con el Shabat.
La novia encontró al novio, para estar juntos y abrazados por siempre:

«Mirad que el Eterno os ha dado el shabbat…»
(Shemot/Éxodo 16:29)

Los únicos que han sido designados por el Eterno para guardar de manera especial y consagrada un día a la semana son los hijos del pueblo judío.
Así lo ha decretado el Señor para siempre, sin cambios ni combinaciones extrañas.
Una señal del pacto sagrado que existe entre Él y los judíos por todas las generaciones:

«’Tú hablarás a los Hijos de Israel y les dirás: ‘Ciertamente guardaréis Mis shabatot, porque esto es una señal entre Yo y vosotros a través de vuestras generaciones, para que sepáis que Yo soy el Eterno, el que os consagro para Mí.»
(Shemot/Éxodo 31:13)

Los gentiles NO tienen parte en el día del Shabat, al menos NO al modo judío.
Por supuesto que por ser este día también un recordatorio vivo y activo de que hay un Creador, que es el Rey Uno y Único de todo el universo, por lo cual, los gentiles pueden recrearse en él, viviéndolo como especial, pero NO como Shabat, ni de la manera judía. Más bien como el «día séptimo», día que conecta a la persona con el Creador, con Su magnanimidad.
Entonces, no hay que verlo como día de reposo, ni para el gentil ni para el judío; sino como el día especial, diferente.
Los judíos lo habrán de vivir conforme a las reglas y costumbres que les son pertinentes, para cumplir con el sagrado pacto que ellos mantienen con el Señor.
En tanto los gentiles lo pueden hacer a su manera, sin despreciar su identidad, sin pretender usurpar bienes ajenos, sin ofuscarse por la belleza cultural de otros, sino más bien apreciando lo que les corresponde y disfrutando a pleno de ello. Si desea más detalles al respecto, tiene multitud de estudios que ya hemos compartido en este sitio. Puede encontrar algunos de ellos aquí: https://www.google.com/search?q=site:serjudio.com+shabat+gentil&ie=utf-8&oe=utf-8&client=firefox-b-ab&gfe_rd=cr&dcr=0&ei=RZYcWs_KFcWTwQTr97SQCg

Ahora, vayamos a sus consultas específicamente:

1- Evidentemente los gentiles no tienen ningún día sagrado para guardar, al menos Dios no se los ha dado.
Pretender obtener ilícitamente la propiedad de otro, en este caso el judío, es lo contrario a realizar un acto sagrado.
E incluso, es más que una apropiación indigna, porque además tiene un carácter abusivo, engañoso, falsario para con uno mismo, su identidad espiritual, el pacto propio que los gentiles tienen con el Eterno y con el orden cósmico.
Así pues, de plano su pregunta, tal como la plantea, no lleva a la comunión con el hombre y el Señor, sino al caos, el despropósito, el malestar, todo lo que Dios ha dicho que la gente no haga.
Para empeorar la cosa, propone que sea en un día ajeno al escogido por el Señor, ya que el día domingo en realidad es el primero y no el séptimo.
Por lo cual, el engaño y confusión se acrecienta y perturba aún más.
Y peor todavía, decide que sea en el día elegido por la confraternidad idolátrica que se atreve a hacerse llamar «nuevo Israel», por lo que el amargo resultado es incomensurable.

En resumen, el gentil que ama a Dios y al Hombre, ciertamente destaca el día séptimo, le encuentra un motivo de superación y bendición. Se abstiene de aparentar lo que no es, ni usurpar lo que no le corresponde.
Hace su parte sin estorbar al otro para que haga la suya.

Tiene tanto para deleitarse con el día séptimo al modo noájico, que es incomprensible el planteo que hace.

Entiendo que su consulta no es acerca de lo que usted siente y cree, sino de lo que gente en su entorno hace.
Por tanto, no lo tome como una reprimenda personal, sino extensiva a quien corresponda.

2- ¿Y a quién debe quitar el sueño o despertar a curiosidad lo que multitudes de personas perdidas e ignorantes determinen?
A uno que es leal a Dios y confiado en su propia identidad, ¡seguro que no!
El noájida puede estar más que feliz con su identidad y desarrollarla a pleno sin recurrir en lo más mínimo a opiniones, decisiones, determinaciones, rituales o lo que fuera que proviene del mundo de la oscuridad.
¿Está claro?

Para finalizar, si yo hablo español y usted lo hace, si la pregunta y respuesta es en este idioma, no comprendo porqué agradece diciendo «todah rabah» que no tiene ninguna significación especial, a diferencia de SHALOM que sí la posee.

Que tenga un bello día, lleno de espiritualidad verdadera, de noajismo puro.
Shalom y bendición.

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