Resp. 6126-La estrella de la muerte

Mi nombre es Luis Enrique … vivo en México en el estado de Tamaulipas ciudad Reynosa; no practico la fe judía, ni ninguna otra, pero creo en el Elohim de Israel, y discutí con una chica que dice que la maguen David es de Moloc, y usa el argumento del libro de Amós 5:25, es acaso que Amós se refiere a la maguen David, repóndame por favor, ya que aunque no practico la fe judía soy judío de sangre y quiero acercarme a Hashem mi Elohim.




Shalom, muchas gracias por su consulta.


Por regla básica debe tener en mente que el estudio de la Tradición sagrada solo debe hacerse con la experta guía de maestros judíos especializados en el tema y que sepan transmitir lo apropiado.
Uno no busca agua en un pozo mezclado con otros líquidos, de dudosa procedencia. Aunque sean bebidas que no perjudiquen, uno se pone en riesgo y además no obtiene agua… que es lo que estaba buscando.
La Torá es semejada a agua, para conseguirla y beberla ha de recurrirse a los lugares que está y que se proporciona, en la medida y calidad que hacen bien para el que la desea beber.

Por desgracias la gente toma los textos sagrados de Israel y abusan de ellos, llevando caos y maldición al mundo, aunque digan tener buenas intenciones. Y aunque de casualidad acertaran en alguna cuestión, las probabilidades de que este acierto lleve al desastre son enormes. ¡Cuánto peor cuando las buenas intenciones van acompañadas de ignorancia y no tienen la suerte de acertar por casualidad!
Entonces, hay que se cuidadoso y no meterse en la boca de la fiera, aunque haya a la vista un precioso tesoro que se promete sin mucho esfuerzo.

Por lo cual, ya de arranque lo que diga su conocida tiene cero valor, en lo más mínimo, porque es más que evidente que no tiene ninguna preparación verdadera ni es la indicada para instruir las cosas del Eterno.
No porque sea dama, sino porque seguramente no es una persona preparada en la sagrada Tradición ni cuenta con la cadenas de sabiduría que la incluya.
Como un ejemplo, yo me supongo que usted no le preguntaría a la vecina de la otra cuadra que le analice una resonancia magnética, ni tomaría como ciertas las fantasías de la tal vecina. Con gran responsabilidad consultaría con aquellos que se dedican a estudiar estos asuntos y conocen las claves de la correcta interpretación y toman en consideración todos los aspectos que el extraño desconoce. Estaría dispuesto a esperar tiempo y pagar una consulta para recibir una información confiable y que no perturbe. Aunque hay muchos que se dejan llevar por la impaciencia y la búsqueda de “magia”, esperando obtener del que ignora y no está preparado la respuesta.
Pero no es así que deberíamos proceder, sino con precaución y sabiduría.
¡Cuánto más con las cosas sagradas!

Así que le felicito que haya decidido preguntar a este humilde maestro de Torá, para de esa forma evitar el daño terrible que podría sufrir siguiendo las palabras dañinas de aquellos que son ignorantes y tienen una ideología que aparta de la LUZ.

Pero, no nos quedemos solamente como un preconcepto, porque estaríamos actuando tal cual estos idólatras que se disfrazan de santidad y se ponen a opinar de lo que no saben ni les toca.
Aprendamos de verdad ahora.

Comencemos viendo el versículo en cuestión y atendamos lo que el mismo nos dice:

«וּנְשָׂאתֶ֗ם אֵ֚ת סִכּ֣וּת מַלְכְּכֶ֔ם וְאֵ֖ת כִּיּ֣וּן צַלְמֵיכֶ֑ם כּוֹכַב֙ אֱלֹ֣הֵיכֶ֔ם אֲשֶׁ֥ר עֲשִׂיתֶ֖ם לָכֶֽם:
Al contrario, elevaron a su rey Sicut y a su ídolo Kiún, la estrella de vuestros dioses que os habéis hecho.»
(Amos/Amós 5:26)

¿Quiénes eran estos dioses Sicut y Kiún?
Cuando consultamos con los que tienen el conocimiento nos informan que eran denominaciones para uno de los dioses celestes, que servían para identificar al planeta Saturno. De hecho, aún en la Edad Media entre los árabes lo conocían por nombres similares a este planeta (no tengo idea en el árabe actual).
Mucho antes que los ismaelitas estaban los acadios, para quienes estos nombres eran del dios conocido como Saturno, que además de sus objetos de adoración estaba en el cielo como una “estrella errante”, lo que conocemos nosotros como planeta.

De ahí viene la mención a la estrella, que era lo que ellos veían en el cielo nocturno, el planeta Saturno, al cual identificaban como un dios, tal como Marte, Venus, Júpiter, etc.
Es que a ellos, atentos observadores de los fenómenos naturales, les llamaba poderosamente la atención el extraño movimiento de los planetas, que ellos creían eran estrellas móviles, los cuales destacaban del resto de las luminarias “fijas”. Es por esto que les atribuían especiales poderes, por tanto eran divinidades a las cuales adorar.

Para los descendientes de los acadios, de la época que narra el profeta, Saturno era el encargado de la fertilidad y de la lluvia, en su faceta positiva; pero en su mala cara era el dios destructor y de la tormenta. Así pues, era un dios al cual había que dejarlo contento con los sacrificios que requería, si era complacido habría prosperidad; si no, mucho sufrimiento.
Quizás por esto la alusión a Molej, pues guarda algunas similitudes y en la confusión de las miles de deidades paganas podrían intercambiarse.

Ellos lo consideraban el dios que reinaba sobre los otros e incluso como el padre de los dioses, a los que terminaba asesinando. Por ello también se lo asociaba como el dios del cielo.
Una de las representaciones gráficas antiquísimas es como la de una estrella, que la puede ver en la imagen que acompaña a esta respuesta.

Como podrá apreciar, no es una estrella de David, sino una que consta de 8 brazos. Lo interesante es que su grafía evolucionó hasta transformarse en algo similar a una cruz.
Por lo visto, no es la estrella de seis puntas sino el símbolo de la tortura del imperio romano convertido en emblema de una religión seudo monoteísta.

Por otra parte, la estrella de David no tuvo relevancia alguna para la nación judía sino hasta hace muy pocos siglos, estando el profeta Amós muerto por lo menos desde 1500 años antes. Por tanto, imposible que Amós estuviera hablando de la estrella de David
El símbolo de la nación de Dios era la Menorá, o el Shofar, pero de ninguna manera una estrella.
El desarrollo histórico, el ser obligados a convivir con otros pueblos fue haciendo que se introdujeran elementos foráneos y tomaran significado judío.
De más está decir que la estrella de David cuenta con un valor cero en cuestiones de espiritualidad y que no tiene ninguna conexión con la Tradición, aunque sí con la identidad judía más reciente.

Otro detalle es que el símbolo formado por dos triángulos entrelazados, en el concepto judío NO ES una  estrella, sino un escudo.
Se le denomina MAGUÉN DAVID, que es el escudo de David, no teniendo vinculación alguna con estrellas.
El hecho cierto es que el escudo empleado por David en sus ejercicios militares no era de seis puntas, ni mucho menos una deidad pagana (Saturno, Kiún, Molej o el que fuera).

En resumen, la estrella mencionada por el profeta Amós no era la de David, y hasta dudo que fuera alguna representación gráfica.
Sino que el profeta estaba indicando a la estrella errante (planeta) que era adorado como una deidad.
Ese Saturno, con todos los nombres y cualidades que las diferentes culturas le fueron asignando.

Algunos han indicado que en otras culturas se representa a Saturno con una estrella de seis puntas, puede que sea así, pero no es lo que corresponde a la tradición judía, y hasta donde entiendo tampoco era lo que la gente creía en el Oriente Medio en la época del profeta Amós.

En conclusión, ¿no sería más provechoso que estudiaran del noajismo, que es su forma de vida espiritual de acuerdo a la Voluntad del Creador, en lugar de dedicarse a charlar de cuestiones que no aportan verdad, no llenan de sabiduría, ni les abren las puertas al SHALOM?

Tenga un excelente día, shalom y bendición.


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