De becerros y tierras

Cuando el grupo de israelitas pecó a causa del Becerro de Oro, dejando de lado al Eterno para dirigir su intención sagrada a una idolatría, el resultado fue lamentable.
Entre otras cosas fueron destruidas las primeras Lujot haBerit, las Tablas de la Alianza.
Todo esto quedó marcado en nuestra historia y se recuerda en el calendario durante el ayuno del 17 de Tamuz.

Poco tiempo después, para Iom Kipur, ya habían obtenido el perdón Divino además de las segundas Tablas de la Alianza.
En tanto que para el comienzo de Nisán, con la inauguración del Mishcán (Santuario móvil) quedó evidenciado sin dudas y públicamente el lazo auspicioso entre el Padre y Sus hijos de la nación santa.

¿Cómo es esto posible?
¿No es la idolatría un pecado terrible y de duro escarmiento por parte de nuestro Señor?

Y sin embargo, Su Misericordia operó endulzando la Justicia, permitiendo que los rayos benefactores de la TESHUVÁ dieran la chance que los israelitas merecían.
El ayuno igualmente permanece en nuestro registro anual, así como la memoria debe reforzarse para no volver a caer en similar obstáculo.

Sin embargo, otra catástrofe ocurrió un tiempo después, no mucho más tarde.
Los israelitas esta vez tuvieron miedo de ingresar a la Tierra de Santidad, aquella que Él les había prometido y confirmado.
Dijeron cosas inexactas acerca de ella, o de sus posibilidades en ella.
Lloraron egoístamente, amargamente, faltos de esperanza, porque rechazaban el abrigo en el Hogar sagrado.

Esto, entre otros acontecimientos nefastos quedó marcado en nuestra historia y se recuerda vívidamente y con dolor cada año cuando es el 9 de Av.
Pasaron los meses y luego de los años, para convertirse en décadas.
Recién al estar llegando al año 40 de la salida de Egipto pudieron dar el primer paso firme y seguro a la Tierra de Santidad.
Lo que podría haber sido un rápido alojamiento, se transformó en una tarea inmensa, costosa, dura, de muchos años.

Lo que estaba “destinado” a ser sencillo y en relativa armonía, pasó a ser un trabajo esforzado, con altibajos, con exilios (incluso morando en la misma Tierra), que todavía estamos hoy pagando sus consecuencias.
La Shoá es uno de ellos, el drama tremendo que está escondido en cuentitos infantiles en torno al duelo de Sefirat haOmer es otro, la expulsión de España también, el asesinato del querido David Fremd sin dudas… entre muchísimos horrores más que han perseguido a la nación que se aferra a su Padre.

Como será de valioso el lazo que entrelaza Dios-Israel Pueblo-Israel Tierra, que tiene tantas ramificaciones un error cometido hace 3330 años atrás.

Rechazar a Dios, Dios lo puede “entender” y perdonar.
Rechazar el judío la Tierra de Israel… ¡ya ves tú el resultado!

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Jonathan Ortiz

Hace dias era fecha de recordar la partida de unos seres queridos.

Hablamos de cómo diez años despues sus acciones/omisiones siguen repercutiendo en la actualidad de sus familias para bien o para lo contrario, y solo Dios sabe por cuantos años más será asi.

Gracias por el texto Moré.

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