Manzana de miel

«כְּתַפּ֨וּחַ֙ בַּֽעֲצֵ֣י הַיַּ֔עַר כֵּ֥ן דּוֹדִ֖י בֵּ֣ין הַבָּנִ֑ים בְּצִלּוֹ֙ חִמַּ֣דְתִּי וְיָשַׁ֔בְתִּי וּפִרְי֖וֹ מָת֥וֹק לְחִכִּֽי:Como un manzano entre los árboles del bosque es mi amado entre los jóvenes. Me agrada sentarme bajo su sombra; su fruto es dulce a mi paladar»(Shir HaSHirim/Cantar de los Cantares 2:3)

Es ampliamente conocida la costumbre de la noche de Rosh haShaná de tener a la mesa (y quien quiera además comer) manzana a la que se le unta miel. Una práctica que tiene unos 600 dentro de la cultura judía. Se la toma entre las manos y se dice una frase, habitualmente: “Que sea Tu Voluntad renovar para nosotros un año bueno y dulce”. Quien suele comerla, así lo hace, previamente recitando la bendición estipulada por el fruto del árbol. Es una costumbre, no un mandamiento. Es un ritual simbólico, no una orden que se da a Dios. Aunque muchos puedan considerar que es un decreto metafísico que impone el deseo de la persona ante el universo y ante el Rey; en verdad la magia no funciona de esta manera. En cuanto a su sentido, exploraremos unos pocos ahora para llenar de trascendencia tu mesa festiva y/o tu estudio teórico. Para la DEVASH – miel indagaremos solo lo evidente:

  1. Representa la dulzura.
  2. Es un alimento kosher que proviene de un animal que no lo es.
  3. Es una de las características con las que el Eterno coronó a la Tierra de Promisión y es usado como parte de uno de sus nombres distintivos («tierra de la que mana leche y miel»).

En cuanto a la TAPUAJ – manzana:

  1. En tiempos remotos del Oriente Próximo, la manzana era considerada un alimento saludable, por tanto, representa el deseo de un año con salud.
  2. No resulta ajeno a la Tradición asociar la manzana con el ETROG, el fruto cítrico de los cuatro que se toman para la festividad de SUCOT, por su fragancia y sabor, como resultado representa sabiduría, plenitud, afinidad con lo trascendente.
  3. NO ES el fruto prohibido por Dios para Adam, NO ES el fruto del conocimiento del bien y del mal; en consecuencia no se utiliza en el aniversario del ser humano (Rosh haShaná) para simbolizar que endulzamos el pecado.
  4. La manzana era valorada como un fruto “bueno”, por tanto ideal para expresar el deseo de un buen año. (¡Qué diferencia con los que la llaman “malum” (en latín) y la asociación con lo malo, el pecado, la desventura!).
  5. Lingüísticamente se vincula con la palabra hebrea “hinchado” – “nafuaj”, simbolizando así la expansión material, por tanto, aspira a que lo que consigamos abarcar en este mundo siempre esté endulzado, o sea con sentido trascendente y no meramente pasajero. Que tengamos prosperidad, riquezas, bendiciones materiales y que tengamos el privilegio de gozar de ellas.
  6. La amada en el “Cantar de los Cantares” compara a su amado con el manzano, y afirma que prefiere sentarse a su sombra en lugar de la que brindan otros árboles más frondosos y agraciados en sombra; esto representa el amor del pueblo judío por el Eterno, que si bien a veces no nos damos cuenta de Su gozo ni comprendemos Sus designios, igualmente lo seguimos eligiendo infinitamente por sobre la idolatría.

En síntesis, en las festividades tenemos canales para expresarnos más allá de las palabras. En Rosh haShaná es sumamente evidente con el uso del SHOFAR. Pero también a la hora de celebrar alrededor de la mesa proclamamos nuestra identidad espiritual, nuestro aprecio por el legado sabio y bendito que nos ha hecho llegar hasta aquí. Que podamos seguir festejando con sentido y encontrando ocasiones para compartir el bienestar.

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