Parashat Ree: los peligros de la idolatría

Esta semana leeremos la parashá Ree, que significa “mira”.
Moshé en esta sección de su discurso de despedida nos sigue proponiendo que asumamos el mensaje de la Torá, que miremos qué estamos haciendo y qué haremos a continuación.
Que no sigamos ciegamente la senda que otros nos han marcado, o que nosotros trazamos en un momento y nunca nos hemos tomado el tiempo para valorar si estamos haciendo lo correcto.
Es tiempo de parar un poco y ver qué estamos haciendo con nuestra vida.
Un mensaje sumamente valioso en cualquier día del año, pero muy especialmente cuando estamos ya por entrar al mes de Elul, temporada especial para reflexionar, meditar, componer, equilibrar nuestra vida.

Te invito a conocer los temas de esta parsahá siguiendo el orden de aliot laTorá.

1ª y 2ª aliot: Moshé instruye al pueblo judío a erradicar cualquier remanente de idolatría y fortalecer todos los aspectos del servicio a Dios. Es muy enfático e insistente con esta temática, de quitar todo rastro de idolatría de nuestra vida. Se puede entender al menos desde dos puntos de vista:

  1. La idolatría era la norma en aquella época, pues el mensaje del uno y único Dios solamente estaba presente en el pueblo judío, el cual seguía siendo pequeño y débil con respecto a las culturas del entorno. Por tanto, eran fácilmente atraídos por las vistosas manifestaciones religiosas de sus vecinos, mucho más impactantes y físicamente placenteras que las que propone la Torá. Así pues, Moshé, debe alertar con insistencia y claridad para que su pueblo no caiga en las trampas que seguramente estarán listas a cada momento.
    Si bien en aquellas épocas era muy fuerte y extendida la fe idolátrica, nunca ha cesado de estar en el mundo; aunque actualmente no siempre tenga una identidad religiosa definida.
  2. Dice la Tradición que dentro de cada uno de nosotros hay una tendencia hacia la idolatría, lo que se llama el Ietzer haRá, al que podríamos denominar como EGO. Éste nos impulsa a buscar el poder, porque nos sentimos impotentes, para lo cual recurre a muchas estrategias engañosas, que terminan por desvincularnos de Dios para hacernos creer en cualquier cosa que aparentemente nos dé poder. Esto no solamente ocurría en aquella lejana época en la cual vivió Moshé, sino desde Adam y Javá hasta nuestros días. Por lo cual, el mensaje de Moshé no solamente se dirigía a los judíos en peligro por las culturas idolátricas de entonces, sino por la tendencia interna de cada uno.

En otro tema, Moshé anuncia que todas las ofrendas dedicadas a Dios deberán llevarse al lugar que Él eligiera, llegado el momento, en la tierra de Israel.Esto sería el Beit haMikdash, en Ierushalaim. Hay varios motivos para esto, mencionaremos dos:

  1. Para unificar al pueblo judío, ya que si cada uno hiciera su ofrenda a Hashem en cualquier parte, pronto se perdería la unidad y vínculos. Cosa que efectivamente pasó cuando no se tuvo el lugar único y centralizado para todo el pueblo. Si bien tras la segunda destrucción del Segundo Templo se pudo atenuar este impacto negativo al priorizarse el estudio de Torá, el hacer tefilá, el vivir de acuerdo al sistema llamado “halájico” y especialmente con la esperanza en el retorno del pueblo judío a su tierra y a volver a tener Templo y rey (es decir, un mashiaj).
  2. Para que el servicio ritual a Hashem sea un acto de humildad y desinterés, en lugar de un acto de autocomplacencia.

y 4ª aliot: Moshé advirtió a los judíos contra la incorporación de prácticas idolátricas, así como estar atentos a no caer bajo los simpáticos y carismáticos mensajes del falso profeta. También nos previene acerca de misioneros idólatras, es decir, individuos que por donde van predican su fe en dioses que no son Dios y que pretenden que todos se incorporen a sus creencias. Además nos alerta acerca de las “arei nidajat”, que eran comunidades que siendo de origen judío se afiliaban a doctrinas idolátricas y las difundían con la intención de atraer más fieles a su fe ajena a la Torá pero que aparentaba ser de Torá.
Nos da una advertencia muy contundente acerca de todo ello, pues Moshé bien sabía la pasión de las personas por las cosas mágicas, por pretender dominar el mundo con el uso de fuerzas sobrenaturales, lo cual es opuesto a lo que Dios quiere que creamos y hagamos.

5ª, 6ª y 7ª aliot: Se detallan algunas mitzvot muy peculiares del pueblo judío, tales como: kashrut, diezmos, año sabático, justicia social, el especial cuidado por los desamparados del pueblo, estatus de los esclavos (recordemos que hace 33 siglos a nadie se le hubiera ocurrido que estaba mal que hubiera esclavos, aunque la Torá ya impone muchas reglas para ir llevando a la humanidad hacia la abolición de la esclavitud), la consagración a Dios del primer animal nacido, y una revisión de los principales días festivos de peregrinación a Ierushalaom (Pesaj, Shavouth y Sucot).

¡Shabat Shalom!

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