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Bereshit / Génesis 1:29
"Elokim dijo además: »He aquí que os he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos os servirán de alimento."
Bereshit / Génesis 1:31
"Elokim vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno."
Bereshit / Génesis 9:3
"Todo lo que se desplaza y vive os servirá de alimento. Del mismo modo que las plantas, os lo doy todo."
Bereshit / Génesis 9:6
"El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre; porque a imagen de Elokim Él hizo al hombre."
Vaikrá / Levítico 11:2
"Hablad a los hijos de Israel y decidles que éstos son los animales que podréis comer…" (continúa con las características de los animales puros para ser comidos).
Vaikrá / Levítico 11:45
"Porque Yo soy Hashem, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Elokim. Seréis santos, porque Yo soy santo.»
La especie humana se encontró en tres periodos de espiritualidad.
El primero, ideal y paradisíaco, donde hombres y bestias viven en armonía, nadie mata, ni siquiera para alimentarse.
Luego llega el descenso de la especie humana, cuando todo ser vivo se torna comestible, sacrificable. El límite es el hombre mismo. Pero sabemos por experiencia en nuestras propias carnes que el límite se torna, demasiado a menudo, borroso,
Hay un tercer modo (o estadio) de humanidad, que coexiste con el segundo. Es lo que el judaísmo nos enseña como modo factible de vida. El modo de la santidad, en el cual tenemos que, D-s sabiendo que el hombre (no evolucionado ni desarrollado) es débil, no le exige al pueblo de Israel que se abstenga de consumir (o sacrificar) carne, por eso ciertas especies fueron permitidas, para -a pesar de la muerte de un ser vivo- estuviera vigente la posibilidad de santificar al Pueblo, incluso a través de las naturales apetencias no sublimadas.
Para que estuviera un paso más cerca del verdadero Hombre, el Hombre de "todo lo que había hecho era muy bueno"
Cuando lo alcancemos nuevamente, gozaremos de la Paz.
