Lo que está detrás

Es un hecho que lejos, muy lejos estamos de comprender siquiera una milésima parte de los pensamientos de Dios.
Pero, Él nos insta igualmente a que Lo busquemos con nuestra razón, ya que en Su Nombre se nos dice claramente:

"Buscad al Eterno y Su poder; buscad continuamente Su rostro.
Acordaos de las maravillas que ha hecho, de Sus prodigios y de los juicios de Su boca, oh vosotros, descendientes de Avraham [Abraham], Su siervo; hijos de Iaacov [Jacob], Sus escogidos.
"
(Tehilim / Salmos 105:4-6)

Por esto,
sabemos que tenemos todo el derecho (y la obligación) para esforzarnos por penetrar en los motivos y razones de lo qué acontece en nuestras vidas, en nuestro entorno, en el universo,
de buscar lo que yace detrás de todo lo existente,
que es en definitiva otra manera de decir: de buscar la mano de Dios.

Pero, cuando llegamos al límite de nuestras capacidades intelectuales,
y ya no hay enseñanza, ni Tradición, ni expertos ni aparatos que nos habiliten a dar un paso más allá del límite,
es nuestra responsabilidad que aceptemos con humildad nuestra ignorancia.
Debemos confesar de buen grado que hay un infinito que permanecerá por siempre ignoto para nosotros,
y entonces,
depositar nuestra plena confianza en el Eterno
sin retaceos ni excusas.
(La confianza también está antes de alcanzar el límite humano, solamente que esa confianza puede estar apoyada en evidencias, en demostraciones de Su existencia y poder. Al alcanzar el límite de nuestra capacidad investigadora, lo único que nos queda es la confianza).

Sin embargo,
si no hemos hecho nuestro mayor esfuerzo por comprender Sus caminos,
ni hemos fatigosamente buscado las respuestas racionales a lo que sucede,
entonces,
estamos cayendo en el vicio de la pereza,
de la ignorancia que se disfraza de fanática fe que todo lo acepta, hasta lo ridículo, hasta lo pecaminoso y trágico.
(Basta mirar un poquito a nuestro costado, y encontraremos decenas de millones de individuos que depositan su fe en ídolos que en nada auxilian, y en muchísimo perjudican. Ídolos a los que adoran fanáticamente, pues la hueca fe con la que se sostienen es un poderoso narcótico que enceguece y embrutece).

¿Qué en nuestra parashá nos da una idea sobre esto que estamos enseñando?
Prestemos atención a esta frase:

"Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, la cual Yo os doy en posesión, si pongo una mancha de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión…derribarán la casa, y sacarán sus piedras, su madera y todo el polvo de la casa fuera de la ciudad…"
(Vaikrá / Levítico 14:34, 45)

Se preguntarán qué relación tiene esto con el tema que estamos tratando.
Porque, ¡realmente!, ¿qué tiene que ver una casa que ha de ser derruida a causa de una plaga, con buscar a Dios racionalmente hasta el punto que solamente nos queda la confianza en Él?

Prestemos atención nuevamente, ahora a un midrash -una enseñanza tradicional de la Torá Oral-:

"Enseñó R. Jiia: ‘Es una bendición que la casa quede marcada por la plaga del Tzaraat?
Enseñó R. Shimón bar Iojai: ‘Cuando los canaanitas se enteraron de que llegaban los israelitas a tomar posesión de la tierra, escondieron todos sus objetos de valor debajo de los pisos, en cámaras secretas en las paredes, en pozos en los prados.
Entonces dijo Dios: "Yo prometí a los patriarcas que sus descendientes heredarían una tierra llena de riquezas, por tanto cumpliré Mi promesa".
¿Qué hizo el Todopoderoso?
Envío la plaga de Tzaraat a casas, hasta que finalmente hay que destruirlas, y allí escondido se halla el tesoro’
".
(Vaikrá Rabá 17:6)

En un breve resumen: por nuestros propios medios, no tenemos cómo saber realmente lo que está escondido detrás de lo que acontece en el mundo. Cuando pensamos que estamos gozando de una bendición, quizás estamos en verdad cayendo en un abismo. Y cuando sufrimos a lo que ojos mundanales es una desventura, tal vez sea el modo para obtener una inefable bendición.

Quizás aquello que sopesamos como maldición, ¿puede ser una bendición encubierta?

¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!

Moré Yehuda Ribco

Relato

Se sentó el joven al lado de la señora en el colectivo.
La señora sorprendida vio que el joven solamente calzaba un viejo y gastado zapato.
Entonces se anima y le dice: ‘Joven veo que es un día desgraciado para usted, pues ha perdido un zapato’.
Y el muchacho solícito le responde: ‘No señora, es un día estupendo, ya que acabo de encontrar este zapato’.

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

  • ¿Es la realidad lo que suponemos que es, o es un hecho objetivo e inapelable?

  • El predicador ha enseñado: "El insensato multiplica las palabras, aunque el hombre no sabe lo que ha de suceder. Y lo que habrá de ser después de él, ¿quién se lo declarará?" (Kohelet / Predicador 10:14).

    • ¿Por qué es el insensato, el torpe, el que multiplica sus palabras de ignorante, en tanto que el sabio es mesurado?

  • El inspirado salmista cantó: "¡Bienaventurado el hombre que tiene en Ti sus fuerzas, y en cuyo corazón están Tus caminos! Cuando pasan por el valle de lágrimas, lo convierten en manantial." (Tehilim / Salmos 84:6-7).

    • ¿Qué significa que el valle de lagrimas se haya convertido en un manantial?

    • ¿Cómo encontrar un sentido positivo al suceso doloroso?

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