Valorar la grandeza entre nosotros

En nuestra parashá dos eminentes personalidades del judaísmo recién naciente parten de este mundo:

"Allí murió Miriam, y allí fue sepultada… Y al ver toda la congregación que Aarón había muerto, toda la casa de Israel hizo duelo por él durante 30 días."
(Bemidbar / Números 20:1, 29)

Es frecuente recordar y mencionar a ambos personajes en relación, y fuertemente vinculados a Moshé.
A menudo se los representa como si fueran la luna, que solamente alumbra cuando la luz del poderoso astro sol -Moshé- ilumina su rostro.

Pero, la verdad es bien diferente.
Entre los méritos de Miriam no solamente se cuenta que era hermana de Moshé, pues escaso merito sería éste, sino que por sí mismo era profetisa y de gran nivel.
El Eterno la escogió para recibir y ser canal de Sus mensajes.
El Eterno la privilegió con un rango singular dentro de la nación de Israel, líder de las mujeres y conductora espiritual a la par de sus hermanos.
Pero además, entre sus propios y tempranos créditos se cuenta el haber convencido a su padre para que volviera a vivir con su esposa, a la que había abandonado a causa del decreto del Faraón de asesinar a todos los niños varones recién nacidos. A la postre, gracias al reencuentro nació Moshé y la historia de los hebreos dio un vuelco inmenso.
También la grandeza personal de Miriam fue la que posibilitó el milagro de que los hebreos tuvieran un manantial de aguas frescas con ellos a lo largo de sus travesías por el desierto. Este manantial se secó el día que Miriam murió, y los hebreos recomenzaron sus padecimientos y quejas por la sed al faltarles la presencia de Miriam con su bendición.

Por su parte, Aarón cuenta entre sus muchas virtudes el haber sido un constante promotor de la paz y concordia y de fomentar para que las disputas no erosionaran la sociedad.
Así pues, su rango no era el de "hermano de…", sino que él por sí mismo, gracias a su trabajo y a su generosa dedicación adquirió un precioso lugar en el corazón de sus contemporáneos, y un luminoso recuerdo en la perenne memoria de la posteridad.

Y nosotros, apáticos nosotros, no siempre recordamos, reconocemos y valoramos la grandeza de Miriam y Aarón, tal como sus vecinos no los supieron estimar con precisión hasta el momento de sus decesos.
Ellos eran sin duda queridos y apreciados, pero nunca tanto como hasta el día que murieron y su falta se hizo presente con toda fuerza.

¿Qué podemos aprender de esta lección?
Pues, a hacer una pausa en nuestro agitado trajinar, mirar a nuestro lado, apreciar a quienes están con nosotros y valorarlos en su justa medida, antes de que sea demasiado tarde.

Y especialmente, tomémonos un tiempo para apreciarnos a nosotros mismos, para que aprendamos a estimar con propiedad nuestras virtudes, potenciales y defectos, y así estaremos habilitados a amarnos en verdad para amar al prójimo sinceramente.

¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

 

Relatos, anécdotas y enseñanzas

En cierta ocasión un grupo de turistas ciegos se extravía de su guía.
Los encuentra perdidos y sin saber para dónde ir un malvado bromista que decide jugarles una mala pasada.
En alta voz dice para que todos le oigan: "Aquí tienes la bolsa repleta de monedas de oro, tú te quedas a cargo de repartirlas equitativamente entre todos ustedes".

Y se quedó a un costado viendo la escena, ansioso de gozar con el sufrimiento ajeno.

Ciertamente que no había tal bolsa, ni las tales monedas de oro; pero ESO ninguno de los ciegos lo sabía.
Lo que sabían era que, no sabían porqué, cada uno debía recibir un premio y que lo estaban esperando y nadie se los daba.

Aguardaron, reclamaron y se quejaron amargamente, dolidos en sus sentimientos, pues alguno los estaba estafando en sus "derechos", y aprovechándose de su impedimento.

En lugar de comunicarse entre ellos, de hacer surgir lo mejor de cada uno, de confiar en la honestidad y nobleza del otro y de sí mismo, se dejaron conducir por una tenebrosa espiral de amarguras e insatisfacciones.

Las recriminaciones y acusaciones volaban de uno al otro, y bien pronto olvidaron que eran amigos y que estaban perdidos de su camino.

Ahora lo único que les importaba era reñir para obtener lo que creían que les correspondía… luchar por sus "derechos"…

De los relatos del Maguid de Dubno.

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se relaciona el relato con el comentario a la parashá que hemos brindado?

  • ¿Por qué suele enemistarse la gente?

  • El tesoro evanescente
    "El hombre suele lamentarse por la pérdida de su fortuna, pero pareciera no importarle que sus días se van acortando."
    (Bedersi, Bejinat Olam)

    • Si la persona recordara constantemente la finitud de sus días, ¿de qué se apartaría y a qué se aproximaría?

    • ¿Cómo se aprende a valorar aquello que no tiene un valor en el mercado?

  • El favor
    "El hombre misericordioso hace bien a su propia alma, pero el cruel se perjudica a sí mismo."

    (Mishlei / Proverbios 11:17)

    • ¿Por qué la crueldad termina por perjudicar al cruel?

    • ¿Cómo actúa una persona que es realmente misericordiosa?

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