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 Lic. Prof. Yehuda Ribco // Siván 24, 5766 - 20/6/06


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Edad de la responsabilidad

A ti, mi amigo/a y hermano/a noájida,
¡Shalom!

Algunas personas me han preguntado sobre Bar Mitzvá para noájidas, así pues daré una pequeña enseñanza al respecto que espero de corazón que sea aprovechada para bendición.

Debes saber que no hay un mandamiento que obligue a los judíos a hacer una ceremonia de Bar Mitzvá, ni siquiera es obligatorio desde el punto de vista de la Tradición1.
Bar Mitzvá no es un rito, ni una ceremonia, ni una fiesta.
Bar Mitzvá es el ingreso a la edad de la responsabilidad.
Quiera el judío o no, ES un Bar Mitzvá desde el momento que cumple 13 años y un día, de acuerdo al calendario hebreo.
Haya o no una celebración, lo recuerde el judío o no.
Sin embargo, desde hace muchos siglos se ha acompañado por algún ritual o festejo este momento, de pasaje de la vida de niño a la de persona responsable por sus acciones.
No hay obligación de ciertas plegarias, ni de declamar determinadas frases, ni de manifestar en público tal o cual conducta. Mucho menos es indispensable un gasto monumental en vestimentas, banquetes, agasajos varios a los invitados.
Lo cierto es que cada niño prepara lo que puede y quiere para celebrar con solemnidad y gozo este momento.
Los hay que aprenden a atarse los Tefilín a su cuerpo, tal como corresponde a jóvenes a partir de su edad de responsabilidad.
Están los que ejercitaron las bendiciones por la Torá, para recitarlas en su ceremonia de Bar Mitzvá.
Algunos se educan para leer una sección de la Torá, con sus respectivas bendiciones.
Otros se ejercitan en la lectura de una porción de los profetas, la Haftará semanal.
Otros se esmeran por aprender las plegarias que se ofician cotidianamente.
Algunos se esfuerzan en instruirse al respecto de historia, tradiciones, preceptos, etc., conceptos y valores que les brinden un trasfondo de conocimientos idóneos para la edad de la responsabilidad.
Y hay otros que escogen algún mandamiento en particular, y lo estudian en profundidad para cumplirlo con excelencia.
En fin, las posibilidades son amplias, no hay nada obligatorio para destacar este momento, más allá de lo que corresponde hacer como varón judío desde que se ingresa a la edad de la responsabilidad.

Ahora bien, ¿es posible trasladar esta ceremonia o este evento a la vida noájica?
¿Cómo hacer o qué hacer?
¿A qué edad podría ser?
¿Qué reunión se puede llevar a cabo para decirle al joven que ya es hombre o mujer con responsabilidades, esto es, que debe asumir con seriedad el cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales?

Por supuesto que se puede realizar una ceremonia para noájidas que sirva para marcar el inicio de la edad de la responsabilidad.
Pero debes recordar, ni tú, ni yo, ni nadie, tenemos derecho para crear una nueva religión, por tanto, debemos restringirnos a lo que la Tradición marca y ser creativos dentro de los parámetros que la ley permite.
Sería muy bello que cuando una niña noájida llega a sus doce años, y un niño a sus trece2, la familia y allegados se reúnan para celebrarlo, no como un cumpleaños más, sino como uno muy especial.
El lugar de la reunión podría ser un salón comunal, la casa del niño, un salón de fiestas, en fin, el lugar que la familia considere el más adecuado y que puedan costear3.
Allí se podrá disfrutar de buena comida, agradable música, y todo aquello que está permitido y redunda en alegrar el corazón de los comensales.
Sería interesante que antes de comenzar el agasajo, el joven pronuncie una bendición o plegaria por los alimentos que se gozarán.
En determinado momento de la fiesta, el joven podrá pronunciar un discurso, que ha preparado anteriormente con algún adulto responsable de educarlo en el camino noájico.
Cada discurso, por ser obra del genio personal, estará marcado por los giros y estilos individuales, pero deberían tener todos ellos algunos puntos en común, tales como:

  • Agradecer y alabar al Eterno por haber llegado a este momento.

  • Agradecer a padres y familiares por el cariño, educación, apoyo, etc.

  • Alguna historia o anécdota, de patriarcas o eminencias de Israel o grandes personalidades (laicas noájidas, o del judaísmo), que refleje buenos valores, inspiración noble para la vida, un sentido de trascendencia, servicio al Eterno y solidaridad con el prójimo, o de semejante índole4.

  • La manifestación de su compromiso para con el Eterno, por medio del cumplimiento de los Siete Mandamientos; de compromiso con su familia, por medio del esfuerzo por ser buena persona constantemente; de compromiso con su comunidad, por medio de su dedicación generosa a colaborar por el bien común y del prójimo.

Al finalizar este discurso, los padres podrían pronunciar el suyo propio, en el cual podrían también agradecer al Padre por todas las mercedes recibidas, en especial por el hijo. Y debieran destacar alguna buena cualidad auténtica de su hijo, así como sus mesuradas expectativas acerca de él.

De ser la familia miembros de una comunidad noájica, y de estar invitado el líder de la misma, o alguno de sus dirigentes, éste podría expresar la emoción y sentir de la comunidad por contar con un nuevo "adulto", el cual podrá recibir y dar codo a codo con el resto de la comunidad.
Recuerde el líder que no es representante de Dios, ni tiene prerrogativas especiales sobre sus conducidos, por lo cual deberá abstenerse de predicar "la palabra" o bendecir parsimoniosamente.

Como preparación para esta feliz y juiciosa circunstancia, el joven deberá asistir regularmente a clases con algún adulto responsable que le instruya con seriedad y claridad acerca de los Siete Mandamientos.
La duración del curso preparatorio dependerá de las dotes del niño, de sus vivencias y conocimientos previos, de la capacidad del maestro y del vínculo entre ambos5.
Deberán enfocarse en que el niño conozca cabalmente los mandamientos para noájidas, así como sus derivados más fácilmente comprensibles por su mente en formación.
Indudablemente no habrá una ceremonia "religiosa", ni lecturas de Torá, ni oficios de rezos al estilo judío, por lo que el tiempo debe ser bien aprovechado durante la instrucción, para dotar al niño de herramientas intelectuales que le permitan llevar a cabo su trascendente misión en el mundo.
Sería muy provechoso que las lecciones no fueran solamente teóricas, de pura retórica; sino que el niño contribuya eficazmente con su comunidad y con el prójimo. Por ejemplo al estudiar acerca de "no asesinar" se debiera hacer hincapié en temas tales como preservar y fomentar la vida, ser solidario con el prójimo, dar una mano al necesitado, etc. Por lo cual, el joven podría dar caridad, concurrir a instituciones en las que pudiera colaborar con algún trabajo sencillo, visitar residencias para ancianos (ancianatos), etc. Esto solamente te lo explico como ejemplo, ya que la creatividad debe estar puesta al servicio del crecimiento del niño, de su familia, de su comunidad.

Por supuesto que sería loable que el joven entregue a la comunidad que lo cobija parte del dinero recibido como regalos, de modo tal de ir aprendiendo el valor de colaborar con su comunidad y entienda que ha entrado en la edad de ser responsable no solamente por si mismo, sino también por el prójimo.

Y también, reciba o no regalos en dinero, estaría muy bien que diera tzedaká previamente a su fiesta, para que aprenda que el único gozo verdadero está en el dar generosamente al prójimo, sin esperar recibir recompensas a cambio.

Si te quedan dudas pertinentes o tienes comentarios edificantes, por favor, házmelos llegar.
Más abajo encuentras mi dirección de email.

Un gran abrazo a todos mis hermanos, noájidas y judíos, que a pesar de las dificultades aman intensamente a Dios y desean servirLo y por tanto aman a su prójimo y le ayudan.

Y un afectuoso saludo a ti, hermano/a y amigo/a, que todavía estás bajo el liderazgo equivocado pero que sabes que pronto te liberarás y nos acompañarás en el Camino del Bien y de Luz.

Shalom y bendiciones, cuídate y goza de lo permitido

Notas:

1- Si bien hay diversas tradiciones al respecto, y cada cual debiera hacer el esfuerzo por aplicarse a la que es tradición familiar o de su comunidad.

2- Estas edades para indicar el comienzo de la edad de la responsabilidad, 12 y 13 para niñas y varones respectivamente, se basan en motivos espirituales, intelectuales, sociales, emocionales y corporales.
Tal como están establecidas para los judíos, tienen aplicación para los noájidas.
Recuerda que el calendario a ser empleado es el hebreo, no el gregoriano.
Si no se puede celebrar esta ceremonia coincidente con el día del cumpleaños, no hay problemas en aplazarlo por un tiempo prudencial. Sin embargo, ten en cuenta que desde el día del cumpleaños ya el joven es responsable por sus actos.

3- Es sumamente importante no perder de vista el valor espiritual de este acontecimiento, por lo cual el derroche desmedido y lo que es contrario a los mandamientos y normas no es lícito.

4- Recuerda que el gentil no debe estudiar Torá sin la supervisión estricta de un maestro judío entendido en la materia. Y que no debe el gentil recurrir a citar Torá Oral, al estilo de los judíos; ni debe indagar en ella, puesto que no lo tiene autorizado desde Arriba.

5- Por supuesto que se podrán realizar clases grupales, pero el niño no debe quedar relegado a ser parte de un grupo solamente, sino que es menester que despliegue su personalidad en esta preparación.

Moré Yehuda Ribco
E-mail:
comentario@serjudio.com

 


"La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado."
(Mishlei / Proverbios 11:25)
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