Claves: Judío, origen, gentil, Torá, nación, religión, práctica, mandamiento, precepto, armonía, bien, mal, dolor, miseria, muerte, enfermedad, pesar, razón, motivo, teología, Dios, Hashem, pecado, teshuva

Shalom.
Gracias por participar. (No soy rabino).
Tiene razón, es muy triste y terrible que a los pobres niños árabes que viven en la tierra de Israel sus padres y maestros los eduque desde la cuna, se los inculque sin remedio en el (falso y extraviado) valor del martirio y el asesinato en nombre de la religión.
Es espantoso que niños mueran a manos de otros niños, y peor aun, que los niños mueran por ser usados por sus padres (los que dicen llamarse palestinos) como escudos, armas y emblemas de odio.
Quiera el Eterno traer paz pronto a los corazones y mentes de estas perturbadas criaturas árabes, de modo de posibilitar el florecimiento de la paz para todos los habitantes.

Pasemos al tema del Bien y el Mal.
Usted comprensiblemente me pregunta: "¿Por que Dios permite todo este sufrimiento en la tierra, tanto de judios como de otros pueblos?".

Yo le contestaría: ¿Cómo puedo saber yo las razones del Eterno? ¿Acaso algún mortal puede llegar a penetrar el pensamiento del Todopoderoso?
Claro que no lo sé, ni puedo siquiera raspar la mente de Dios.
Lo único que sé con absoluta certeza es que todo lo que Dios hace tiende al bien supremo (aunque no lo parezca a nuestros limitados entendimientos).

Pero, si usted quiere tener otras ideas acerca de la vivencia de lo que es nefasto (el Mal), le recomiendo que lea los textos que hemos publicado en el área denominada: "Bien y Mal", especialmente este texto.

Permítame alguna pregunta de mi parte.
¿Por qué metemos a Dios en nuestros propios bailes?
¿No somos los humanos los que más daños nos causamos entre nosotros? ¿No somos nosotros los que destruimos más que todas las devastaciones de la naturaleza juntas? ¿No somos nosotros los responsables de guerras, matanzas, asesinatos, hambrunas, diluvios, etc.?
¿Por qué, por qué queremos culpar a Dios de lo que Él no es culpable?
Él hizo el mundo con Sabiduría, y parte de la Sabiduría es que el mal exista.
Él también nos ha dado la facultad para elegir entre lo que es bueno, y lo que no lo es; y Él nos ha instado a que escojamos el camino del Bien, y no el otro.

"Mira, pues, yo pongo hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal, con el fin de que ames al Eterno tu Elokim, de que andes en Sus caminos y de que guardes Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, que yo te mando hoy. Entonces vivirás y te multiplicarás, y el Eterno tu Elokim te bendecirá..."
(Devarim / Deuteronomio 30:15-16)

En definitiva, ¿cómo podemos ponerle coto al caos que hay en el mundo (de los humanos)?
El caos, el desorden, el malestar, la miseria, el dolor, rápidamente se atenúa y apaga si cumplimos cabalmente lo que Él nos exige y recomienda, los gentiles los 7 mandamientos para la humanidad (con los reglamentos derivados), los judíos los 613 mandamientos (y sus derivados).
La solución a la mayoría de los problemas de los humanos es tan simple como esto, y tan difícil de conseguir.

La paz, el bienestar, la armonía, el crecimiento está al alcance de nuestras manos, de que cumplamos los mandamientos o no.
No depende (directamente) de Dios, depende de usted, de mí, del vecino, del extraño, de todos... de nadie más... y de nadie menos...

"Pero tú volverás a escuchar la voz del Eterno, y pondrás por obra todos Sus mandamientos que yo te mando hoy.
El Eterno tu Elokim hará que sobreabundes en toda la obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el fruto de tu tierra. Pues el Eterno volverá a gozarse en ti para bien, así como se gozó en tus padres, si escuchas la voz del Eterno tu Elokim para guardar Sus mandamientos y Sus estatutos escrita en este libro de la Torá; si te vuelves al Eterno tu Elokim con todo tu corazón y con toda tu alma.
Ciertamente este mandamiento que te mando hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos."
(Devarim / Deuteronomio 30:8-11)

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Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco