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Lic. Prof. Yehuda Ribco (Shevat 25, 5763 - 28/1/03)

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BeShem H' El Olam


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    Rescatar al que está en peligro

Claves: Gentil, noájida, mandamiento, Dios, Eterno, Hashem, Padre, precepto, principio, religión, duda, crítica, análisis, libertad, elección, rescate, fidelidad, ceguera

judíos preguntas respuestas mashiaj hamashiaj fiestas jaguim shabat shabbat rezos plegaria Dios Planteo 1: 

Profr. Yehuda Ribco:

Vaya este correo para agradecerle infinitamente la información tan completa que ha brindado a mi solicitud, y le suplico que en este caso, no considere estéril su esfuerzo, porque le aseguro que no lo es.

Entendemos y asumimos su desconcierto cuando se pregunta respecto a la utilidad que nos puede brindar esa información que nos proporciona... escribí bien Profr. Ribco: 'entendemos' y 'asumimos'.

¿Quiénes somos? Apenas un pequeño grupo de personas de las miles que hay en el mundo que un buen día (en mi caso hace 10 años), entramos en crisis espiritual (si así se le puede llamar a las victorias sucesivas que el raciocinio va obteniendo sobre los dogmatismos de tal o cual religión y el consecuente desmoronamiento gradual de nuestras creencias, que arrojan un impacto, más o menos doloroso -dependiendo de cada persona - en nuestra alma).

Una crisis espiritual espantosa que no deseamos a ninguna persona y que ninguna persona, paradójicamente, podrá entenderla jamás mientras no la viva, mientras no la sienta, mientras su intelectualidad se encuentre encadenada y su espíritu esclavizado, no a "su verdad" (fuera mejor) sino a las "verdades de otros". Sólo el Padre de todos y cada uno de nosotros, sabe lo que son esos días y noches de insomnio, de crueles pesadillas, de pertinaz llanto... y sólo Él y nadie más que Él, sabe como nos sostuvo y cómo nos mantuvo y nos mantiene aferrados fuertemente a su mano.

¿Rompimos las cadenas? Algunos si, totalmente, otros decidieron mantenerse en la "práctica tradicional" aunque su mente y su corazón se encuentren muy lejos de ella. A los primeros (que es en el grupo en el que se encuentra una servidora desde hace 5 años) es a quienes me voy a referir, profesionistas todos.

¿Por qué nos mantenemos juntos? ¿Sólo porque un buen día nos conocimos y nos hicimos amigos? Si y no. Por sobre la amistad, coincidimos en estas cinco líneas de vida que seguimos:

1. El Padre Universal es y será siempre lo PRINCIPAL y lo más IMPORTANTE por sobre todas las cosas, Él jamás saldrá de nuestras vidas y a Él ofrecemos todos y cada uno de nuestros afanes diarios, en su Amor y en su Misericordia nos inspiramos, en Él nuestros yerros y nuestros sufrimientos tienen una explicación, aunque de momento no la comprendamos.

2. Todos los seres humanos somos hermanos, ni unos cuantos más ni unos cuantos menos, todos somos Sus hijos.

3. Ser un hijo o hija agradable a los ojos del Padre, a su Presencia, no es una experiencia realizada totalmente, es una meta a lograr en el día a día, por la que cada uno de nosotros se afana, por la que cada uno lucha.

4. La lucha espiritual, recién vivida... ¿Fué agradable? -No!- ¿Se la deseamos a otros? -No!-. No seremos ninguno de nosotros quien arroje a tal desolación y a tal angustia a uno solo de nuestros hermanos. El Padre Universal sabe, Él conoce a cada persona mejor que nadie, Él sabe cuando, cómo y dónde se revela o se descubre a cada una de sus criaturas, Él y sólo Él sabe lo que cada una busca, lo que cada una necesita. El respeto y la tolerancia a todos y a cada uno de nuestros hermanos en su individualidad, son un factor indispensable en nuestras vidas para construir la paz diaria (la propia y la ajena).

5. Compartimos entre nosotros, lo que cada uno en su caminar encuentra y considera que nos pueda ser útil para conocer, comprender mejor y amar más a nuestros hermanos.

Humildemente, les he aportado el gozo que mi profesión y la experiencia diaria en ella, me han brindado (trabajo para la integración social, activamente participativa de los niños, adolescentes, jóvenes y adultos con algún tipo de discapacidad, física, sensorial o mental, en los campos de la educación, el deporte y el trabajo para ellos).

...

Muchas Gracias.
Que el Padre Universal continúe bendiciéndole abundantemente.
 

Planteo 2: 

Si Profr. Ribco, nunca hemos dudado desde que le conocimos en la red de su
brillante inteligencia, sabíamos que lo iba a descubrir, sabíamos que esa
cuarta conducta no iba a pasar desapercibida para Usted, sabíamos que iba a
descubrir lo que hemos venido ocultando y escudando en ella...

Comprendanos, todos éramos y estábamos convencidos y entregados a la
evangelización y a la catequesis, algunos en niveles totales (diocesanos),
nuestros conocimientos, nuestra vida fué puesta a ese servicio, incluso,
aprovechando nuestro hábil manejo de la pedagogía, elaboramos programas
anuales catequéticos. Mire Usted, a la postre, esta profundización en las
escrituras, nos hizo percibir que "algo" no andaba bien.

Nos equivocamos no una, mil veces, y en el error jalamos a muchos.
Finalmente decidimos voluntariamente, correr el riesgo, brincarnos "la
barda", pero siempre y por mucho tiempo, la duda nos acompañó: "¿y si nos
estábamos equivocando nuevamente?". Decidimos sellar los labios y asumir
sólos el riesgo, a nadie haríamos daño más que a nosotros mismos si nos
equivocábamos.

Esa cuarta conducta ha sido mantenida y sólo nos hemos permitido una
"ligereza" para quien pregunta, "somos creyentes, reconocemos y aceptamos
por nuestra propia voluntad la paternidad de Dios y la consecuente hermandad
de todos los seres humanos".

No tenemos miedo a herir Profr. Ribco, no tenemos miedo a lastimar la
espiritualidad de cada uno, a lo que tememos es a no "saber" sostener, a no
saber consolar, a no saber iluminar, a no tener la "certeza" de saber
procurarle un período de transición adecuado.

Si Usted siente que nuestra experiencia, que nuestro testimonio de confianza
absoluta en el Padre Universal edifica, ayuda, construye, Profr. Ribco
utilizélo, nosotros confiamos en su inteligencia y en su respetuosa y
brillante manera para iluminar lo oscuro.

Nosotros llegamos a su página en el momento justo, oportuno, determinado por
la inmensa Sabiduría del Padre de todos, ni antes, ni después. Más adelante,
lo sé, y de esto todos estamos seguros, el Padre sabrá iluminarnos, tal vez
de la mano de Usted que hábilmente torna fácil lo difícil, para que a
nuestra vez, podamos iluminar y entregar un poco de consuelo a tanta y tanta
mirada desolada que solemos encontrar en nuestra vida diaria.
 

En reserva
País: México

(Deben incluir en todos sus mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive)

Shalom.

El texto que pasaremos a redactar surge no de una pregunta, sino de un e-mail de agradecimiento que hemos recibido, al que hemos denominado "Planteo 1".
Allí se nos manifestaba la existencia de un grupo de gentiles buscadores de Dios (ex cristianos militantes), sus peripecias, y sus cinco principios rectores de conducta, que yo los resumo así:

  1. Fidelidad a Dios, reconocido como el Padre.

  2. Hermandad de todos los humanos, más allá de cualquier diferencia racial, de credo, etc.

  3. Búsqueda incesante el mejoramiento personal.

  4. La no intervención para atraer personas fuera de los credos que sostienen.

  5. Solidaridad de grupo.

Me parecieron unos buenos principios rectores de vida, y así planteados no contrarían en nada los siete mandamientos que los gentiles deben cumplir para mantener su apego fiel al Eterno.
Si bien pueden ser mejorados, resultarían de prudente y saludable ejercicio.
Excepto, el que a mi modesto entender no agradó, fue el cuarto principio, el que denominé de no intervención.
Por lo cual, de inmediato les envié personalmente un e-mail, del cual ahora extraigo la siguiente sección:

He leído con atención su e-mail, y hay muchos aspecto de hermoso cariz.
Pero (el infaltable pero), me permito humildemente disentir con el cuarto "precepto" de su grupo.
Es imprescindible extraer a como de lugar a los que estén en el error y el extravío.
Es obligación de cada uno responsabilizarse porque el prójimo no ande detrás de la idolatría, las adicciones, y todo lo pernicioso y "canceroso" espiritualmente.
Es, como si por ejemplo usted viera a su hermano en compañía de asesinos y ladrones reconocidos como tales, ¿no le señalaría el peligro de tales yuntas?
Y si supiera que está ingiriendo sin saberlo veneno, ¿no le quitaría el mismo a la fuerza si es preciso?
La idolatría es peor que veneno, es peor que asesinato... ¿dejaría que su hermano se hunda en ella?

Y si debe sufrir el que se aparta de la idolatría, eso es lo que debe ocurrir. Es algo así como el síndrome de abstinencia, algo así como el dolor al nacer a esta vida.

Rápidamente recibí como respuesta un segundo e-mail, del cual he puesto un fragmento más arriba, con el encabezado de "Planteo 2".

Tras la lectura de esa nueva misiva, quise agregar tres breves ideas por las cuales el principio de no intervención sería de mayor construcción si se convirtiera en el principio de intervención limitada.
Son modestas sugerencias que espero sean de provecho, pues es uno de los pilares de SerJudio.com: construir sentidos que nos permitan construir Shalom.

  1. Compartir la duda
    Comprendo que teman caer nuevamente en el fanatismo anterior, y que creyéndose portadores de la verdad suprema pretendan salvar a los no-salvos atrayéndolos a sus creencias.
    Pero, existe una diferencia esencial entre como vivían su vida anterior y como supongo que lo hacen actualmente.
    Antes, mientras se dedicaban a difundir oficiosamente la idolatría de Ieshu ustedes estaban "convencidos y entregados al servicio evangelizador" tal cual manifiestan en su misiva. Es decir, la duda no entraba en sus conciencias, la duda era matada antes de brotar, o era silenciada y puesta detrás de cuantiosas tapias y candados. Tenían fe, porque eso era lo que querían tener. Eran sumisos y servidores de la idolatría, pues menos sufrimiento esperaban sentir si se mantenían dentro del error no criticado, analizado, desmenuzado y visto sin disfraces.

    Pero, ahora ustedes hicieron de la duda su pan cotidiano.
    Aprendieron que la crítica es lo que encamina hacia la verdad y la vida, y no el aferrarse enceguecidos a ideas imaginadas por otros.
    Aprendieron y asumieron a vivir cada minuto con dignidad y plenitud humana, es decir arriesgándose y construyendo con su esfuerzo, y no desean vivir más como los temerosos de la luz que prefieren mantenerse en las sombras que en su ceguera toda controversia amainan.

    Entonces, si ustedes cuentan con la herramienta de la duda sistemática, ¿cómo no brindársela a los que están en similar esclavitud a la que ustedes sufrieron?
    ¿Cómo negarles el agua vital a los que exhalan sus últimos y sedientos respingos de vida?

    No es intervenir para convertir.
    No es evangelizar en el nombre del Padre, del cual todos somos hijos, sin UN Hijo de adoración pagana.
    No es buscar cieguitos a los cuales hacer tropezar, voluntaria o involuntariamente.

    Sino que es ayudar a que los esclavos puedan quebrar apenas las murallas de la sordera del fanatismo religioso.
    Es dar una mano al que ha resbalado y tiende a caer.
    Es compartir la duda sanamente.
    Es descorrer de sobre la duda el barniz de temor y amenazas de condenación eterna.

    Es, sencillamente, anunciar que existe otra verdad que puede ser compartida voluntariamente por aquel que esté dispuesto a asumir su vida con responsable entereza.

    En síntesis, no es arrastrar a un (probable o no) nuevo error, sino dar a entender que el que no tiene presencia de ánimo para criticar lo que está viviendo, NO está viviendo.

    Recuerdo ahora una vieja enseñanza judía que nos dice que hay dos clases de sabios, uno es el sabio abrigo de piel, y el otro es el sabio de fogata.
    El primero en el gélido invierno se abriga a sí mismo, y no comparte su calor, indiferente al prójimo.
    El segundo se abre a su entorno y hace del compartir su experiencia y saber un motivo de bendición.
    ¿Usan ustedes abrigo de pieles o están empeñados en encender fogatas?
     

  2.  Fe no es creencia
    La religión de la cual ustedes, gracias a Dios, han escapado, se caracteriza por erigir a la fe en un pilar central.
    La fe es saber sin cuestionamientos.
    La fe es creerse dueño de la verdad última y sin contradicciones.
    La fe es tener respuestas dogmáticas y sin fundamentos.
    La fe es decir amén incluso al absurdo.
    La fe es paralizar el pensamiento, disecar la libertad, exterminar el espíritu, embrutecer al hombre.
    La fe es muerte.

    Por otro lado, la creencia es un fugaz paréntesis de certidumbre entre dos largas fórmulas de incertidumbre.
    La creencia es trabajar para hallar respuestas, y al encontrarlas, retomar las preguntas.
    La creencia es tener confianza en que es posible mejorar, y que algo bueno nos está esperando.
    La creencia es la humildad del que reconoce sus limitaciones, y no teme declarar su error con vistas de corregirse.
    La creencia es lo que surge como resultado de compartir esfuerzos con el hermano.
    La creencia es la aventura de vivir impulsados por el afán de crecer libremente.

    Por lo que me cuentan, ustedes están embarcados en la peripecia de la creencia, y alejándose del pantano de la fe.

    ¿No les parece que cualquier intento puro y legal por re-animar al que está asfixiado por la fe es loable?
    ¿No les parece que salvar al prójimo del peligro seguro merece un acto de coraje y confianza de su parte?
    ¿No les parece que decir "lo que tememos es a no "saber" sostener, a no
    saber consolar, a no saber iluminar
    " es estar dando razonables excusas para dejar pasar de largo la oportunidad que Dios les está poniendo delante de ustedes para que hagan lo que deben hacer?
    ¿No les parece que su actitud es tan reticente como esta: "Entonces Moshé [Moisés] dijo a Elokim: -¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los Hijos de Israel?" (Shemot / Éxodo 3:11)? ¿Era o no el apropiado Moshé para cumplir su parte en la misión de rescatar a los esclavizados por Faraón? ¿Saben ustedes acaso si no están despreciando el divino ofrecimiento de servirLo libertando a sus hermanos?
    Si vieran a su hermano hundiéndose en el arroyo, manoteando torpemente por no saber nadar; incluso si ustedes apenas saben nadar, ¿no buscarían por todos los medios idóneos de procurar inmediatamente el rescate del que se está muriendo? ¿Por qué no tirar al menos una cuerda para el que se está ahogando en el vicio de la idolatría, de la fe hueca que asesina?
     

  3. Revelación en Sinai
    La Torá tiene diferencias notables tradiciones o textos de las religiones.
    Una de estas diferencias es que la Torá fue revelada por Dios directamente ante un pueblo entero de 3.000.000 de personas.
    Este pueblo era reconocido por las tendencias irreconciliables en su seno, y sin embargo, aceptaron lo que la evidencia de la experiencia manifiesta y pública les indicaba: Dios se había revelado abiertamente ante ellos, y les había dado como patrimonio eterno el texto consagrado de la Torá.
    Ahora bien, esto no entra dentro del ámbito de la fe, del fundamentalismo, de la ceguera ante el mito pagano. Esto es patrimonio de una nación, el legado familiar que sostiene la veracidad irrefutable de lo narrado en la Torá.
    Por lo cual, si se es fiel a la Torá se está siendo fiel al Eterno.
    Si se diverge de uno, se diverge del otro.

    Dios exige en Su Torá que delante del ciego no pongamos obstáculos (Vaikrá / Levítico 19:14). Esto se entiende literalmente, pero también alegóricamente: el ciego es el ignorante, el obstáculo es lo que lo hace errar a causa de su ignorancia.
    Si no hacemos esfuerzos para socorrer al que sabemos que está en una falsa religión (pues no es lo que Dios ordena en Su Torá), ¿estamos acatando lo que Él demanda de nosotros? ¿Estamos limpiando de tropiezos el camino del que aún no sabe que está esclavizado por las falsas doctrinas?
    ¿Pueden voluntariamente ignorar el llamado que el Padre les está haciendo ahora de formar parte de su grupo de fieles lazarillos?

Para finalizar, supongo que sabrán encontrar argumentos para rebatir mis tres sugerencias que los impulsen a intervenir limitadamente para salvar personas de la falsedad.
Pero, les ruego encarecidamente que antes de hacer emerger los argumentos, mediten en lo que he expuesto y en esto: ¿No les hubiera sido personalmente de bendición recibir la mano fraterna, el salvavidas, la herramienta libertadora, años atrás cuando eran ustedes los atrapados por la esclavitud de la idolatría? ¿Se negarían a darla ahora al que la está precisando, aunque no lo sabe, o no lo quiere reconocer?

Apreciados míos, les deseo lo mejor y espero recibir pronto novedades de parte de ustedes.

Si este texto le ha sido de provecho, no olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.

Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le son fieles servidores, y que sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.

 Yehuda Ribco

comentario@serjudio.com?subject=Rap1850


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