Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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Lic. Prof. Yehuda Ribco (I Adar 8, 5763 - 10/2/03)

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BeShem H' El Olam


 Respuestas a Preguntas
// Salud // Supersticiones                        

    Niveles espirituales de atención en salud/enfermedad

Claves: Nombre, shem, milagro, poder, magia, energía, Cabalá, Kabbalah, Torá, Palabra, Dios, Pentateuco, Biblia, confianza, fe, creencia, seguridad, duda, crecimiento, idolatría, enfermedad, inexplicable, salud, imaginación, psicología, medicina, estudio, meditación, alma, espíritu

judíos preguntas respuestas mashiaj hamashiaj fiestas jaguim shabat shabbat rezos plegaria Dios Pregunta:  PROFESOR:

MI ESPOSA Y YO CREEMOS QUE EL SUFRIMIENTO PUEDE SER POR LOS NOMBRES PORQUE EN UNA OCACIÓN ELLA LE CONSULTO A UN SACERDOTE QUE TENIA UNA ESPEDIE DE "DICCIONARIO HEBREO " DONDE SALAMET SIGNIFICABA LO QUE DIOS SUFRIO EN LA CRUZ Y AZAZEL EL NOMBRE DEL NO MENCIONABLE (ESPERO ME ENTIENDA),
A CAUSA DE ELLO SON NUESTROS PENSAMIENTOS,

ES CIERTO QUE ESTAMOS LEJOS PERO ME GUSTARIA ESTAR EN CONTACTO, Y PODER COMUNICARNOS.

NUEVAMENTE MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCIÓN, PRONTA RESPUESTA Y AYUDA.
Atentamente,

Rodolfo M.
País: Perú

(Deben incluir en todos sus mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive)

Shalom.
Gracias por participar nuevamente.

En una misiva anterior usted exponía que tenía la creencia de que ciertas afecciones extrañas que aquejaban a su esposa eran a causa de los nombres de ella.
Rápidamente, hace un par de días, respondí a esa consulta, indicándoles claramente que ambos nombres (Salamet y Azazel) difícilmente podrían ser origen de padecimientos (Como mencionamos, si es que Salamet tuviera un origen hebreo, su traducción estaría vinculado a "Pacificar"; en tanto que en hebreo Azazel remite a algo fuerte y salvaje. Absolutamente para nada se relacionan estas palabras ni con un falso dios crucificado, ni con un inexistente jefe de demonios).
Es más, en general suponer afecciones de origen peculiar debería ser de las últimas hipótesis a tomar en cuenta (primero hay que desechar causas orgánicas, luego psíquicas, ambientales, circunstanciales, etc.; finalmente tras un largo proceso científico/técnico de descarte, se llega a la presunción de un afectación de índole espiritual).
Por esto, en aquella respuesta también declaré mi extrañeza ante su pensamiento de que las enfermedades inexplicables de su esposa se debieran a los nombres de ella.

Recién ahora, con ésta su segunda carta, se me aclara un poco más el panorama.
Ya que, ¿cómo no haberme sentido perplejo ante su planteo inusual, cuando son ustedes los inocentes que han sido atormentados por pensamientos extraños a causa de la ignorancia y superstición de un "sacerdote"?
De porqué oso tildar al mentado sacerdote de ignorante rezumado y supersticioso, no lo diré ahora, pues no quiero perder tiempo con lo que es banal y ocioso.
Me parece mucho más urgente dedicarme a explicarles a ustedes algunos aspectos acerca de la salud y la enfermedad, desde una perspectiva holística, y haciendo hincapié en lo espiritual.
Espero que si leen y comprenden medianamente el texto que expondré a continuación, rápidamente desecharán las sandeces aberrantes con las que fueron aleccionados por el sacerdote (tanto en el plano de las enfermedades inexplicables, como en el de la teología y la fe religiosa) y entonces comenzarán a hallar un poco de paz, lejos de las aguas venenosas que destilan las palabras del sacerdote y sus similares.

Seis son los niveles de curación, que se corresponden con las dimensiones espirituales:

Dimensión espiritual

Nivel de curación

Nefesh (Energía vital)

Medicina

Ruaj (Ánimo)

Psicología

Neshamá (Espíritu)

Meditaciones

Jaiá (Unidad en la diversidad)

Luz de la Torá

Iejidá (Unidad transpersonal)

Curación divina

Etzem HaNeshamá (Esencia espiritual)

Milagro

Pasemos a explicar brevemente cada uno de los niveles.

Nefesh
Éste es el nivel del médico que ha estudiado y se ha entrenado mediante el ejercicio de su profesión académica (occidental u oriental, universitaria o tradicional).
El técnico experto en este nivel es el que sabe emplear las herramientas de su oficio para proveer al cuerpo de curas, o de prevenirlo de enfermedades, que se vinculan con este nivel de salud/enfermedad.
El médico practicante de su arte/ciencia no suele tener noción de que sus manipulaciones sobre el cuerpo físico tienen estrecha relación con el nefesh de la persona, sin embargo, esta inadvertencia no van en desmedro de la efectividad de las prácticas positivas.

Ruaj
Sobre este plano de la salud/enfermedad trabajan los especialistas en salud mental, especialmente los psicólogos, y todos aquellos técnicos que no ejercen su arte/ciencia por medio de la administración de drogas o prácticas que manipulan directamente el organismo.
Su efecto se produce por diversos canales, por ejemplo mencionemos algunos: sugestión; toma de conciencia; reaprendizaje; reformulación de objetivos; desensibilización, catarsis, etc.
Es decir, la numerosa gama de herramientas a disposición de los técnicos en salud mental, en sus diversas corrientes, ramas, escuelas, cosmovisiones, etc. (también se pueden sumar las técnicas de manipulación de la energía vital, tales como el Reiki, Bioenergética, etc.).

Varios maestros de Cabalá emplean métodos de sugestión denominados segulot, que sirven como mecanismos para influir sugestivamente en el paciente en procura de que éste ejerza modificaciones en su organismo, conducta o percepción de la realidad. Sobre esto está escrito: "Envió Su palabra y los sanó; los libró de su ruina" (Tehilim / Salmos 107:20).

Vemos que, si bien su campo de acción no es directamente el cuerpo, sus efectos pueden derivar en mejorar o restaurar lo corporal (y por ende, su mal uso puede perjudicar no sólo la psique, sino también el físico).

Como es fácil de advertir, en este plano (en el cual las emociones, lo inconsciente, las fuerzas dormidas de la personas, la poderosa imaginación, etc. son puestas en movimiento por medio de sugestiones), es que la superchería (sacerdotes, chamanes, manosantas, curanderos, magos, etc.) suele abundar y atentar contra la libertad, el crecimiento, la salud y vida de los que son afectados.
Es también aquí donde suelen prosperar los fetichismos y otros paganismos (pastores sanadores, sacerdotes carismáticos, vudú, vidas pasadas, exorcistas, etc.), que se alimentan de atrapar incautos. A veces hasta operan satisfactoriamente en lo que a sanaciones se refiere, pero dañan horriblemente el vínculo eterno entre el individuo y Dios. Por lo cual, el remedio resulta peor que la enfermedad. Sobre sujetos extraviados/extraviadores por el estilo ha sido declarado: "En cuanto a vosotros, lo recubrís todo con mentira; todos vosotros sois médicos inútiles" (Iyov / Job 13:4).

Neshamá
En este nivel operan las meditaciones dirigidas a encontrar al Eterno.
Pueden ser aquellas emanadas de los rezos establecidos en el sidur -libro de rezos-, o las que maestros de Torá indiquen al paciente para que emplee en su fortalecimiento o sanación.
Un ejemplo lo encontramos en el salmista: "Oh Eterno, Elokim mío, a Ti clamé, y me sanaste" (Tehilim / Salmos 30:3).

Para que las operaciones en este nivel sean efectivas, es imprescindible contar con un trabajo previo en el estricto cumplimiento de los preceptos, y especialmente un gran entrenamiento en tzedaká -donación de dinero a obras de bien.
Ayuda en mucho también el contar con un caudal importante de conocimiento de Torá, y de constancia en su estudio.

Como es evidente, el técnico experto es un maestro judío de Torá, experto en Cabalá práctica o profundo guía en Torá y Tradición, que pueda conducir prudentemente, con humildad, y bondad al paciente en su búsqueda del Eterno, que es el curador de toda carne.

Por supuesto que el rezo con sentido, toda plegaria emitida con pureza de corazón y de acuerdo a las normas correspondientes, tiene un grado de efecto positivo en este plano de curación.

Jaiá
En este nivel el sanador y el paciente son uno y el mismo.
Pues, para hallar el camino en esta cura el paciente debe involucrarse en el estudio de Torá, al punto de hacer de ella su vida.
Los pocos que logran esto, encuentran que de la Torá se irradia energía que vivifica el ser, y lo energiza en todos sus aspectos.

La mayoría de nosotros, que no alcanzamos el grado de adhesión superior a la Torá, tenemos abierta la posibilidad de adentrarnos en su estudio y contemplación.
Y si bien quizás no alcancemos a percibir su influjo positivo, sin dudas que lo estamos recibiendo.

Es evidente que aquel que dice estudiar seriamente Torá, debe cumplir estrictamente con los mandamientos que en ella se encuentran.
Tal como está declarado: "Éstos, pues, son los mandamientos, las leyes y los decretos que el Eterno vuestro Elokim ha mandado que os enseñara, para que los pongáis por obra ... Son para que temas al Eterno tu Elokim, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas Sus leyes y Sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados." (Devarim / Deuteronomio 6:1-2).

(Atención: si el motivo por el estudio y el cumplimiento de los preceptos no es para servir lealmente a Dios, sino que se lo hace por algún otro interés, no se está actuando del modo que permite obtener mayor bendición como consecuencia del acto positivo.
Es una paradoja, ya que aquel que no busca el beneficio, es el mayor beneficiado.)

Es de notar que en ocasiones no se produce una cura milagrosa, una sanación visible y mensurable en el cuerpo del afectado; pero es que el la cura se ha producido en plano espirituales y trascendentales, reservando las energía vivificadoras para el deleite en el Mundo Venidero, y no derrocharlas en Este Mundo pasajero. (Debemos recordar que el ser individual, incluso el mayor buscador de Dios, nace para fenecer, es el tiempo entre ambos sucesos lo que acumula frutos que serán gozados en el Mundo Venidero).

Iejidá
En este plano un colectivo de personas puras, adeptas a la Torá y fieles al cumplimiento de los mandamientos, aúnan sus esfuerzos de plegaria, caridad, buenas obras, para lograr la restauración de un enfermo individual, o de un colectivo. Tal como aprendemos: "Se convertirán al Eterno, quien atenderá a sus súplicas y los sanará." (Ieshaiá / Isaías 19:22).
Aquí ejerce una poderosa influencia el total desprendimiento generoso, y la plena confianza en el Eterno, de los que se vinculan para estimular el mejoramiento del necesitado.

De modo similar al plano anterior, en ocasiones la cura se dirige a lo que no es percibido por nuestros sentidos físicos, sino que restablece la pureza del espíritu para que goce del deleite del Más Allá.
Tal por ejemplo es lo que acontece cuando un grupo de fieles verdaderos oran y pronuncian mizmorim/salmos en beneficio del que agoniza.

Un caso particular de este nivel es el tzadik, que vive desprendido de su ego, y por tanto incluso solitariamente puede lograr el efecto de un colectivo de justos congregados, tal como se narra acerca de nuestro mayor Maestro: "Entonces Moshé [Moisés] clamó al Eterno diciendo: -¡Oh Elokim, sánala, por favor!" (Bemidbar / Números 12:13).

Etzem HaNeshamá
Este es el plano el milagro, de la obra de Dios sin mediación humana.
Del suceso que sirve para reconocer la Presencia de Dios insuflando de vida al mundo, tal como leemos: "Ved ahora que Yo, Yo Soy, y conmigo no hay más dioses. Yo hago morir y hago vivir; Yo hiero y también sano; no hay quien pueda librar de Mi mano." (Devarim / Deuteronomio 32:39).

Bien, hasta aquí la breve descripción de los niveles de curación.
¿Cuáles, pues, son los pasos aconsejables en el caso de ustedes (y en el de cualquier padecimiento)?

  1. Primero, que los expertos en medicina descarten toda posibilidad de afecciones orgánicas.

  2. Si no es en lo físico el campo para resolver el problema, o si las afecciones del organismo tienen un origen o fuerte vinculación en lo emocional, en lo subjetivo, entonces es menester pasar al segundo nivel de atención.
    Es aquí cuando deben andar con extremo cuidado, para no ser perjudicados por maliciosos o ignorantes que mediante sus extraviadas manipulaciones los enferme aún más (como lamentablemente creo que ha ocurrido cuando tomaron como valedero el diagnóstico aberrante del mentado sacerdote).

  3. Si las dos categorías anteriores no han resuelto los padecimientos, es menester recurrir a los maestros idóneos en Torá, para que les instruyan acerca de meditaciones, oraciones, etc.

  4. Si la que padece es una persona judía, debe involucrarse vitalmente en el estudio de Torá.
    Y sea judío o gentil, debe poner mayor énfasis en el adecuado cumplimiento de los mandamientos que les corresponde cumplir (7 con sus derivados los gentiles, 613 con los decretos rabínicos los judíos).
    El motivo para el cumplimiento de los mandamientos debe ser puro, es decir, con la intención exclusiva de servir fielmente al Eterno, pues si se cumplen con otro motivo, entonces el resultado positivo es de menor poder restaurador.

  5. Conseguir que un grupo de fieles judíos, estudiosos de Torá y cumplidores de preceptos, se reúnan y junten sus ruegos implorando al Eterno por una justa curación.

  6. Como último paso, si todo lo anterior parece no resultar, queda simplemente confiar en el Eterno, y aguardar si Él enviará su milagrosa curación.

(Es obvio que en cada uno de los niveles es menester depositar la confianza en Dios, y la seguridad en que todos Sus actos son justos).

Ruego al Eterno por ustedes para que pronto encuentren la senda para recibir Su bendición, lejos de los idólatras, supersticiosos y engañosos. Verán que cuanto más apartados de creencias erróneas estén, más paz percibirán en sus vidas (incluso a pesar del indeseable sufrimiento del cuerpo se puede hallar paz si se está en la Senda correcta).
Quedo a sus órdenes.

Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de bendición, no olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte canaliza Su bondad a través de la colaboración económica de los lectores.
No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.

Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le son fieles servidores, y que sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.

 Yehuda Ribco

comentario@serjudio.com?subject=Rap1895


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