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Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / serjudio.com
Leilui nishmat Amram ben Efraim Gardos z"l
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Dios les provea según sus necesidades.
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Inquietud recibida
"...De tu art de antenas... me llama la atencion la buena descripción del agobio de la ciudad... ruido de bocinas de los motores, de las alarmas... nos llevas a ver lo angustiados que vivimos sin tiempo para elevar los ojos, o el corazón, hacia El... ¿como vamos a oir algo? El simil que pones del timbre esta muy bien.
Solo ante los problemas queremos orar y que D nos haga caso YA... muchas veces me sentía engreído por pretender una respuesta (con palabritas claras) de Dios ante mis muchas dudas, pero ahora no pienso que sea engreido ni blasfemo .... ya que El no para de hablarnos... pero ¿quien le escucha? Hasta cuando oramos ponemos más enfasis en la boca que en los oídos... todo esto sin contar que solo oimos lo que queremos oir. Ay Yehuda nuestra ceguera es tal... como cuando busco por toda la casa mis gafas hasta que descubro que las tengo puestas..."España
Respuesta
Gracias por tus interesantes comentarios.
Cuando te diriges a Él SIEMPRE obtienes respuesta.
A veces es "sí".
Otras es "sí, pero cuando Yo diga".
Otras es "mejor esto otro en lugar de aquello que pides".
O sencillamente "no".
Cual padre amoroso y justo Dios nos brinda lo que nos es verdaderamente
necesario a su momento:
-El helado es rico y bueno, pero en general no antes de las comidas...
-El auto está muy bien, pero antes aprende a conducir-te...
-Ser adinerado, ¿para qué?
-¿Quieres aprender a caminar? Ven que te sostengo de las manos un ratito.
Luego, cuando has dado tu buena cantidad de pasos, te suelto una de las manos.
Cuando estás más entrenado, te suelto ambas y me alejo un poco, sólo un poco,
para que te esfuerces en alcanzarme, pero lo suficientemente cercano como para
sostenerte o levantarte. Y te puede parecer que me alejo cada vez que te
acercas, pero en verdad lo que quiero es que te esfuerces por alcanzarme, para
que te vigorices y te desarrolles...
En ocasiones no nos agrada Su respuesta.
En ocasiones, como bien dices, estamos más concentrados de nuestros pedidos que
de nuestras necesidades.
En ocasiones desconocemos que es de Su parte la contestación.
En ocasiones pretendemos orar, cuando sólo exigimos.
Dios no es nuestro siervo, sino todo lo contrario. Él es el Rey, nosotros
sus súbditos.
Pero, es Rey y Padre, depende cómo nos dirijamos hacia Él, el tono de la
respuesta... que será siempre la más apropiada.
Como no es nuestro siervo, ¿cómo pretender que Él nos sirva? Pensar eso es un
abuso irreflexivo de parte nuestra.
Ante todo servirlo, luego agradecerle, y sí... también pedirle.
No porque Él no conozca cuales son nuestras verdaderas necesidades, y nuestras
necesidades y anhelos, sino para que logremos por intermedio de la plegaria
concentrar nuestras energías en un objetivo, y de ese modo ser canal de nuestra
propia bendición.
El asunto es extenso, pero hemos abierto algunas puertas, y quizás cerrado otras...
Y, como sea, la pregunta original,
si le prestas atención al artículo anterior, no versaba sobre rezarle a Dios,
sino sobre el hecho de Dios hablando al Hombre...
¿Cómo hemos venido a parar a este otro tema?
Shalom, Iebarejejá H' - Dios te bendiga.
Yehuda Ribco - Tammuz 21, 5761
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