| Shabbat: Shevat 22, 5764, 14/2/04  
     Comentario de la Parashá - 
    Itró: Un motivo para crecer...
 (Esta semana corresponde leer la parashá 
    llamada Itró ("Jetró") que  es la 
    quinta del segundo tomo de la Torá, el 
    sefer Shemot, conocido en español como "Éxodo"). Comienza la parashá con las palabras: 
    "Itró [Jetro], sacerdote de Madián y suegro 
    de Moshé [Moisés], oyó todas las cosas que Elokim había hecho a favor de 
    Moshé [Moisés] y de su pueblo Israel..."(Shemot / Éxodo 18:1)
 Por oír estas cosas, y por compenetrarse de 
    ellas, es que Itró abandonó su importante posición dentro de la cultura 
    Madianita, para pasar a integrar el preciado grupo de los fieles al Eterno.Desechó cargos políticos y clericales (hasta ese momento era 
    sacerdote del dios -falso- principal de Midián, y por lo tanto, líder 
    oficial en su sociedad),
 obvió las chácharas en contra de su nueva filiación,
 y se sobrepuso a la propia modorra que retiene a la persona para que no 
    crezca.
 Ahora bien, ¿qué es precisamente lo que Itró oyó como para decidirse 
    a afrontar la tamaña empresa de desarrollarse a la Luz del Eterno?
 En el Talmud (Zevajim 116a) tres tanaítas se encargan 
    de darnos tres posibles respuestas:
 
      
    R. Eliezer tenía la idea que era el relato de 
    la apertura del Mar de las cañas.Es decir, lo que impresionó a Itró, al punto de llevarlo a cambiar 
    radicalmente su vida, fueron los milagros y hechos extraordinarios que Dios 
    manifiestamente realizó para Israel.
 Desde esta perspectiva, Itró era algo así como un niño grande, que donde 
    pone sus ojos, inmediatamente pone su corazón y mente.
 
    R. Iehoshúa opinaba que fue la guerra contra 
    Amalec.Es decir, la voluntariosa entrega de los Hijos de Israel a defenderse contra 
    las agresiones, a luchar contra el destino adverso, el ánimo 
    sorprendente de los hebreos que cuando parece que están sin salida y a punto 
    de ser exterminados, igualmente encuentran fuerzas espirituales como para 
    superarse y superar a los enemigos e inconvenientes.
 A partir de este pensamiento, podemos suponer a Itró como un hombre que 
    busca la manera de construir un sentido a su vida.
 
    La tercera opinión la brinda R. Elazar haModai, 
    que sostiene que fue la Entrega de la Torá, de parte del Eterno a Israel.Es decir, Itró no creció movilizado por el sentimiento voluble que quedó 
    atrapado por los milagros ocurridos, ni tampoco creció por reconocer que el 
    judaísmo cuenta con un modo excelente para encarar la vida y hacerla 
    luminosa;
 sino que lo que reconoció Itró fue el valor intrínseco de aceptar el yugo de 
    la Torá, el único bien espiritual real e imperecedero.
 Nosotros podemos tomar ejemplo de este hombre 
    justo (como hacemos a través de la
    
    Cabalaterapia).No dejarnos manipular por la volatilidad de los afectos, pues hoy podemos 
    estar apegados a aquello que es bueno y que nos impresionó positivamente; 
    pero quizás mañana nos impresiona con más fuerza lo que es malo, y 
    terminaremos siendo conducidos por malos caminos.
 Tampoco debemos dejarnos seducir por apariencias de excelencia, por lo que 
    hoy se presenta como la llave que dará sentido a nuestra vida, y que en su 
    base carece de la verdadera espiritualidad (Torá y preceptos).
 Sino, estar apegados a la Verdad, es decir, a la Torá, que es EL camino para 
    la vida (en Este Mundo y en el Venidero).
 Sobre esto ya habíamos dado una introducción
    en los 
    comentarios previos a la parashá, por lo que les sugiero que relean 
    aquellos interesantes textos. ¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco 
     Notas:
 Otras interpretaciones de este pasaje de la 
    Torá, y más estudios los hallan
    HACIENDO CLIC 
    AQUÍ y AQUÍ. | 
  
    | Relato Entró el rabino a la Casa de Estudio, y para 
    su sorpresa un par de los más hábiles estudiosos estaban charlando 
    animadamente, a todas luces ajenos al estudio de la Torá.Aguardó un rato el maestro, para comprobar si mantenían su charla ociosa o 
    si había sido una pausa momentánea.
 Y no perdió su gesto de asombro al comprobar que la conversación se extendía 
    más y más.
 Se aproximó a los jóvenes, y con afable firmeza les pregunto qué estaban 
    haciendo.
 Los jóvenes estudiosos respetuosamente le 
    respondieron: Conversamos de cómo vencer las triquiñuelas del Ietzer 
    Hará, porque cada vez tiene nuevas estrategias y maneras de hacernos caer en 
    errores y pecados. Es como si se modernizara a diario... A lo que el maestro les respondió: Mis 
    queridos, el que ustedes pasen tanto tiempo charlando acerca del Ietzer 
    Hará, en lugar de adentrarse en el estudio de Torá, ¡YA es una triquiñuela 
    del Ietzer HaRá para perjudicarlos!¿Quieren vencer a su Ietzer? Entonces: hagan lo que deben hacer...
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