Tu identidad espiritual es…

En la especie humana existen solamente DOS identidades espirituales posibles, la judía y la noájida.
No hay terceras opciones.
No hay otras posibilidades.
O se es una identidad, o se es la otra.
Por favor, que nadie te confunda con esto que es esencial.

Si naciste de madre judía, tu identidad espiritual es judía.
Si naciste de madre que no es judía, entonces tu identidad espiritual es noájida.

Si naciste gentil y en algún momento de tu vida te convertiste al judaísmo, leal y legalmente tal y como determina la ley espiritual al respecto, entonces tu identidad espiritual pasó a ser judía.

Si naciste en una familia que dicen ser “benei anusim”, descendientes de aquellos españoles que no tuvieron el valor de irse de España para ser leales a su identidad judía, sino que se hicieron pasar por cristianos por fuera tratando de mantener el judaísmo escondido; entonces habrá que ver qué era tu madre al momento en que naciste. Si ella era gentil, tu identidad espiritual es noájida. Si ella era judía, tú identidad espiritual es judía
Igualmente, aunque tu identidad fuera judía y hubiera manera de demostrarlo de acuerdo a los parámetros de la ley, habrá que atenerse a lo que el tribunal rabínico considere necesario como procedimiento para reintegración a la comunidad judía. O sea, no estarás “dentro” automáticamente, aunque sea 100% verídica tu documentación como perteneciente a la familia judía.

Ahora bien, hay gente judía y gente gentil que no son conscientes de su identidad espiritual.
Otros que quizás lo son, o quizás no, pero que no viven de acuerdo a los mandamientos que el Eterno ha dado a cada una de las identidad (613 de la Torá judía para los judíos, 7 mandamientos universales para los gentiles).
Tu conciencia de tu propia identidad espiritual no te hace más o menos judío o noájida; como tampoco lo aplicado que seas en cumplir tus mandamientos correspondientes. Sigues siendo judío o sigues siendo noájida, aunque tus creencias y/o acciones quieran demostrar lo contrario.
Te lo explico con algún ejemplo para que te quede súper claro.
Naciste de madre judía pero nunca le dieron mucha importancia a la identidad espiritual en tu familia, de hecho, tu madre practicaba budismo (aunque era 100% judía), se apasionaba por el Feng Shui, era bióloga marina, con un padre afro descendiente y casada con un coreano sintoísta de madre católica, pero actualmente ateo y dedicado a la ciencia dura. Tu madre amaba el fútbol y tu padre el patinaje artístico, ella era medio anarquista y él un convencido republicano. Ella, es triste que te lo diga yo ahora pero es la verdad, le era infiel a tu padre. De hecho, hasta a veces lo hacía con otras mujeres. Mientras que él estaba apasionadamente dedicado a tu madre y sus estudios filosóficos. Ambos te querían mucho, pero les costaba decírtelo. Y por supuesto tu crianza no tuvo absolutamente nada, pero nada de nada, de la cultura y espiritualidad judía. Bueno, a excepción de las esporádicas visitas a tu abuela, que era judía pero renegada de toda adhesión al judaísmo. Sin embargo, lloraba al recordar a su familia asesinada en la Shoá y te hacía de comer latkes en diciembre.
Con todo esto tan en contra, sigues siendo 100% judío.
El día que por algún motivo te topes con tu verdadera identidad espiritual, cuando adquieras la conciencia de ella, entonces quizás empieces a cumplir los mandamientos que te corresponden de los 613. Quizás quieras adentrarte en conocer la Tradición que pertenece a los judíos y hasta llegues a ser un rabino ortodoxo que recupera almas perdidas por ahí.
¿Por qué no?

Algo parecido con el gentil que no conoce su identidad espiritual de noájida ni está al tanto de los siete mandamientos (que probablemente la mayoría de ellos igualmente cumpla, porque así vive la gente moral de estos días no por afinidad con su espiritualidad consciente).
No eres noájida el día que te declaras como tal, ni cuando un grupo de rabinos o judíos practicantes de los preceptos de la Torá te lo afirman.
Eres noájida porque no naciste judío.
Si descubres esta identidad sagrada espiritual y entonces te comprometes a ser leal a ella, ¡qué bueno! Estás haciendo tu parte del pacto que tienes con Dios.

¿Se entendió?
Ahora, no permitas que comerciantes de la fe te engañen.
No te dejes atrapar por sectas que andan por todas partes y que son doblemente peligrosas porque a sus enormes mentiras y estafas las sazonan con granos de verdad, por lo que la mentira queda disfrazada y con apariencia de cosa sagrada.

Si eres gentil, vive a pleno tu identidad espiritual noájida.
Si eres judío, estudia Torá, conoce tu Tradición, cumple con tu parte.

Unos y otros somos llamados a ser socios del Padre (que también es Madre, porque en realidad no tiene sexo).
Hagamos nuestra tarea construyendo SHALOM.

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