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  Nisan 6, 5766 - 4/4/06

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 Pesaj // Misioneros

 


           
La promesa que nos mantiene

En pocos días más celebraremos nuevamente Pesaj.
Nos reuniremos con familia y amigos en torno a una mesa, en torno a un relato, en torno a un ideal de redención.
Celebraremos, comeremos, cantaremos, preguntaremos, narraremos, nos divertiremos en tanto aprendemos.

En cierto momento, si seguimos el orden establecido certeramente en la Hagadá, pronunciaremos con firme serenidad las siguientes palabras del famoso vehi shemada:

"Y ella (la promesa) fue la que mantuvo a nuestros antepasados y a nosotros, pues no sólo uno fue quien se levantó contra nosotros para exterminarnos, sino que en cada generación se levantan contra nosotros para aniquilarnos, mas el Santo, bendito es Él, nos salva de sus manos."

¿Cuál es esa promesa?

La que el Eterno hiciera a nuestro primer patriarca, al patriarca de los judíos, a Avraham:

"Debes saber que extranjera será tu descendencia en una tierra ajena y los esclavizarán y los oprimirán ...  Y también al pueblo que servirán, juzgo Yo, y luego saldrán con gran riqueza"
(Bereshit/Génesis 15:13-14)

Tal como dice la Hagadá, no es una promesa que se quedó petrificada en el pasado, sino que el Eterno la reitera una generación detrás de otra, pues, para nuestro dolor, no faltan perseguidores que nos quieren aniquilar.
Es el Amor de nuestro Padre, y Su fidelidad perfecta, la que nos ha mantenido y sostiene, a pesar de que cada época trae a sus opresores, a sus malhechores, a los imperios del mal (I.MA.) que buscan nuestra completa destrucción.

Tal como ha dicho Dios a través del profeta:

"Así ha dicho el Eterno, el que te creó, oh Iaacov [Jacob]; el que te formó, oh Israel: 'No temas, porque Yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres Mío.
Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás; ni la llama te abrasará.
Porque Yo soy el Eterno tu Elokim, el Santo de Israel, tu Salvador... Puesto que ante Mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y Yo te amo...
No temas, porque Yo estoy contigo...
"
(Ieshaiá / Isaías 43:1-5)

El Eterno es nuestro Salvador y Protector, ¿a quién o qué habremos de temer?
Tal como manifestó con noble infalibilidad el inspirado David:

"El Eterno es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? el Eterno es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?"
(Tehilim / Salmos 27:1)

Son los perversos del mundo, los rebeldes, los santos disfrazados de píos, son ellos los que tiemblan cuando escuchan los pasos del Eterno que se aproximan.
Son los malvados, que bien dentro de sus almas corrompidas por la maldad se aterrorizan y esconden al saber que el Juez está decretando Sus sentencias (Bereshit / Génesis 3:8) y que sobre ellos está decretado el justo y merecido castigo por sus maldades.
Se sobrecogen los corazones del Imperio del Mal (IMA), pues el Eterno es Juez y Fiel, y no desecha a Sus amados, a sus fieles (judíos y noájidas) aunque Él mantenga Su Presencia oculta del mundo durante épocas de tribulación para Sus amados (Devarim / Deuteronomio 31:17; Tehilim / Salmos 56:3).

PERO,
los fieles al Eterno, confiamos en el Fuerte de Israel y por eso cantamos junto al rey David:

"En Elokim he confiado. No temeré lo que me pueda hacer el hombre."
(Tehilim / Salmos 56:12)

Ahora bien, debes saber que hay cuatro tipo de malhechores que buscan la destrucción de Israel; cada tipo con sus métodos y sus artimañas, pero todos ellos con el mismo objetivo: rebelarse contra el Padre y perjudicar (o exterminar) a los que son Sus fieles.
Están "los Labán el arameo", "los Faraón", "los Amalec, Amán" y "los Antioco".

Te hablaré muy brevemente de uno de estos tipos, para que tengas cuidado y vayas con precaución, no sea que caigas en alguna trampa de estos enemigos del Eterno.

El que te describiré son los que podemos llamar "los Labán el arameo".
Son muy arteros, hábiles para el engaño, la estafa, la mentira, el truco. Son extremadamente violentos, pero saben actuar con diplomacia en público, de manera tal de poder llevar a cabo sus planes con mayor eficacia. Se atreven a formar parte en nuestras instituciones, se emparientan con nosotros, se hacen llamar nuestros amigos o semejantes, se disfrazan "de nosotros", para de esa manera corroernos desde el interior.
Sin piedad te acuchillan por la espalda, cuando menos lo estás esperando, y para peor, se presentan públicamente ellos como las víctimas dolidas de vaya uno a saber que acto en su contra.
Se llenan la boca de "fidelidad", "Dios", "amor", pero cuando hablan en privado, sus lenguas destilan "maldad", "Yeshua", "destrucción"...
Se presentan como ovejas de tu mismo rebaño, pero es una piel que han robado para ocultar sus feas garras y sus malolientes intenciones.
Se aprovechan de la ingenuidad y la ignorancia para hacer estragos, y pareciera que no hay quien los detenga. Pues, son muy hábiles, tal como su padre Labán, para cometer estafas casi impunemente.

Obviamente que te has dado cuenta que en nuestra época estos pérfidos personajes son los del estilo de asociaciones de "mesiánicos israelitas" (judíos por Jesús, netzaritas, o cualquier otro engañoso nombre que se pongan).
Recuérdalo y no lo olvides: desean tu aniquilación, y no dudan en usar cualquier método para conseguirlo. Su primer objetivo es corromper nuestra identidad. Cuando consiguen esto, defecan su veneno en nuestra espiritualidad, contaminando sus ideas y doctrinas enfermizas y paganas en nuestra santa espiritualidad que emana directamente de la Torá del Eterno. El último paso en sus planes es la desaparición del judaísmo, y también de todo gentil que sea fiel al Eterno por medio del cumplimiento de los mandamientos para las naciones.
Recuérdalo y no lo olvides: estos nos quieren eliminar a TODOS.
Actualmente son una de las peores lacras que debemos soportar. Se infiltran en cualquier lado que deje abierta una rendija para ellos. Convencen a buenas personas ingenuas para que sean seguidores de sus patrañas. Consiguen aliados por medio de extorsión, violencia, soborno, promesas de poder. Mienten a diestra y siniestra, y no temen hundir en un mar de mentiras inmundas a cualquier que dignamente se levante en su contra. Han conseguido llegar al Estado de Israel, para defecar allí a nuestro hermanos que no están muy claros en cuanto a espiritualidad.
Como te expliqué, sus armas son múltiples y no conocen la piedad ni la compasión, solamente su anhelo de extinguir las trazas del Eterno en este mundo.
No son una fantasía, no son parte de un cuento de la antigüedad, son un peligro real que está a la puerta, ¿o quizás ya han penetrado en la fortaleza de Sión?

Gracias a Dios, su Imperio del Mal está resquebrajándose, pero igualmente siguen teniendo el poder que les brinda el manejarse detrás de una apariencia de piedad y santidad.

¿Qué puedes hacer tú para no ser víctima de estos enemigos del Padre y tuyos?
Ante todo estar informado de su presencia y de sus estrategias para embrollarte, de modo tal de que no seas una fácil presa de sus ingeniosas trampas:

"No dejes que mi corazón se incline a cosa mala, para hacer obras perversas con los hombres que estafan. No coma yo de sus manjares."
(Tehilim / Salmos 141:4)

Luego, debes estudiar con ahínco Torá, aquello de lo que tienes permitido, y que te brinda nutrición para tu espíritu y orden a tu vida:

"la Torá del Eterno es perfecta; restaura el alma. El testimonio del Eterno es fiel; hace sabio al ingenuo."
(Tehilim / Salmos 19:8)

Debes también abocarte a cumplir con los preceptos que el Eterno te ha encomendado, pues una persona plena de acciones virtuosas difícilmente será víctima de los engaños:

"Los preceptos del Eterno son rectos; alegran el corazón. El mandamiento del Eterno es puro; alumbra los ojos."
(Tehilim / Salmos 19:9)

Y por supuesto, debes mantenerte totalmente apartado de estas personas indignas, de estos falsos "judíos mesiánicos", y de todas sus publicaciones y objetos que solamente te llevarán al daño y el error:

"Asimismo, guarda a Tu siervo de los arrogantes, que ellos no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro y limpio de gran rebelión."
(Tehilim / Salmos 19:14)

Para finalizar.

Celebramos que nos salvó el Eterno de faraón en Pesaj.
Celebramos que nos salvó el Eterno de Amán en Purim.
Celebramos que nos salvó el Eterno de Antioco en Januca.

¿Para cuándo celebraremos la caída del Imperio del Mal, de los Labán, que se muestran como radiantes pero que son oscuros como infernales carbones llenos de muerte?

¡Pronto si Dios quiere!
¡La promesa de salvarnos en cada generación se mantiene firme, y no será removida!

Lee el salmo 64 (en hebreo original, o en traducción judía erudita), estúdialo y hazlo parte de tu vida, y ten presente por siempre:

"El justo se alegrará en el Eterno y confiará en Él. Se gloriarán todos los rectos de corazón."
(Tehilim / Salmos 64:11)

¡Pesaj Kasher veSameaj!

Moré Yehuda Ribco

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"La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado."
(Mishlei / Proverbios 11:25)

 


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