Personalidad espiritual

El Yo Esencial, también llamado espíritu o NESHAMÁ,
es la version sagrada de cada uno,
la mejor imagen de lo que somos en el diseño y creación de Dios.
Es obra de Dios,
no de hombres, ni de elementos de la naturaleza;
no depende de deseos o voluntades,
ni se modifica de acuerdo al parecer o la acción de personas.
Esa personalidad propia, perpetua,
lo más propio que tenemos y que paradójicamente es misteriosa y oculta,
es la que debemos plasmar, como podamos, nosotros con nuestra vida en este mundo.
Pareciera ilógico de parte del Creador,
ponernos en este mundo para descubrir quien realmente somos,
sin siquiera dejarnos verlo antes.
Como en aquellos puzzles, llenos de multitud de piezas,
las cuales debemos ir poniendo en su debido lugar,
para así formar la correcta imagen que el diseñador escogió.
No siempre se nos dan las pautas previas, ni una breve visión de lo que se está esperando que armemos,
pero con dedicación, paciencia, trabajo, humildad finalmente tarde o temprano se consigue construir la imagen preciosa.
Así también con nuestra personalidad,
estamos aquí y vamos construyendo nuestro Yo Vivido,
el cual debiera quedar armado para ser el mejor reflejo de nuestro Yo Esencial.
Sin embargo, llevados por el EGO actuamos de maneras inconexas,
desajustadas, irreales, llevándonos a actuar personajes ficticios, a los que creemos que somos «yo»
y que nos perturban la claridad mental y emocional
y nos mantienen en el exilio del alma.
Y no, no es retirarse a un monasterio la manera de sincronizar el Yo Vivido con el Esencial,
¡absolutamente lo contrario!
El monasterio, budista, cristiano, el que sea,
es la antçitesis de la Voluntad de Dios para nosotros.
Él quiere que desarrollemos nuestra identidad mundanal a plenitud
y que con ello seamos reflejo de nuestra identidad esencial.
Cuando nos apartamos del mundo
entonces estamos negando a Dios y faltando a nuestra misión.
A veces, de manera temporaria y circunstancial, es necesario apartarse, un momento para el ostracismo,
encerrarnos y preservanos del contacto con otros,
mantenernos en un estado de pupa.
Pero si eso se convierte en un estilo de vida, en la norma, estamos desaprovechando el maravilloso regalo de la vida
y las oportunidades geniales que se nos dan para ser socios de Dios,
haciendo la mejor versión de nosotros mismos a traves de nuestros pensamientos, palabras y actos.
Recuerda que el camino superior y perfecto es el de la construcción de SHALOM,
con su constante interrelación de bondad y justicia.

 

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