Shabbat: Siván 2, 5764 <> 22/5/04 - Esta
semana: Shavuot.
Comentario de la Parashá Bemidbar
El individuo social
En nuestra parashá nos encontramos con la
siguiente ordenanza:
"El Eterno habló a Moshé [Moisés] y a Aarón
diciendo:
'Los Hijos de Israel acamparán a cierta distancia alrededor del tabernáculo
de reunión. Ellos acamparán, cada uno junto a su estandarte y con las
enseñas de sus casas paternas.'"
(Bemidbar / Números 2:2)
¿Cuál es la enseñanza que podemos extraer para
nuestros días, para nuestra diaria actividad?
Los Hijos de Israel son una nación, una
identidad, una pertenencia.
Son un grupo que adquirió vida propia, metas y sentido de existencia como
nación.
Son una nación, y no una mera reunión de desplazados que hallan afinidad y
cohesión
solamente en su soledad y en su carencia de pertenencias nacionales.
Sin embargo,
la Torá nos advierte que el estar inmerso en un conjunto mayor no ha de
usarse como excusa para hacer olvidar las individualidades,
las propias características,
el valor intrínseco del individuo particular,
sus ideas, sueños, ideales, proyectos y autorrealización.
Podemos apreciar como los Hijos de Israel como pueblo estaban todos
reunidos en torno al Santuario,
girando en torno al eje que otorga verdadera trascendencia a los hechos,
unidos por la Torá, por los preceptos, por la ferviente convicción de estar
avanzando en pos de la Tierra que Dios prometiera a los patriarcas.
Tenían mucho de valor por lo cual dejarse sumergir en el gran océano de la masa
anónima,
en la cara disfrazada como careta nacionalista,
en la irresponsabilidad de echar la responsabilidad personal sobre hombros de
algún otro.
Sin embargo,
por orden del Altísimo
no debían estar dispersos en una mezcla indiferenciada
y falsamente homogeneizante.
No habían de ser fagocitados por el totalitarismo,
que es una máquina de ideología fascistoide en la cual la totalidad
es la que debe supervivir,
ya que la masa como tal es lo único relevante,
y sus líderes y/o iluminados los únicos autorizados a dirigir y prosperar,
en tanto que el individuo masivo es un mero engranaje que puede ser descartado
cuando pierde su utilidad.
Por el contrario,
era en la heterogeneidad en la cual hallaba sustancia cada uno de sus
miembros.
En el respeto al individuo,
es que se encontraba fuerza para sostener al conjunto.
Por eso,
el modelo de persona basado en la Torá
señala que la persona ha de tener fuertes relaciones
con lo nacional,
así como con lo familiar,
también con las instituciones amplias que dan marco y cabida a la familia,
e indudablemente contar con todo lo requerido para gozar de una saludable
identidad personal-individual.
Si la persona queda como individuo, como uno
encerrado en sí mismo,
o queda como parte, como un algo indiferenciado dentro de una masa
indiferente,
entonces,
la persona no está desarrollando adecuadamente las potencialidades con las
cuales Dios le ha dotado para existir.
En palabras de Hilel haZaken:
"Si yo no estoy para mí,
¿quién estará para mí?
Y si yo estoy solamente para mí, ¿qué soy?
Y si no es ahora, ¿cuándo?"
(Avot 1:14)
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
-Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
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