Día 41 del Omer, correspondiente a 5 semanas y 6 días del Omer (26 Iyar).
Trabajamos sobre Iesod en Iesod.

Analiza los aspectos en tu conducta total (pensamientos, palabras, sentimientos, deseos, actos) que reflejen la unidad.

Respóndete, si quieres y puedes: ¿Te sientes capaz de manifestar tu potencial de ligarte íntimamente a otra persona? ¿O sientes como si hubiera un duro escollo entre tu persona y el resto de las personas?
Si te cuesta relacionarte con otros, ¿te has puesto a investigar las causas profundas que te obligan a tal hábito doloroso?
En el caso de que te relacionas básicamente para obtener beneficios egoístas, (lo que incluye reforzar tu estima baja, que tú no puedes fortalecer por ti mismo), ¿no sientes que esa relación es una mascarada carente de real vitalidad?
¿Sólo ves en el otro sus defectos y faltas, o sabes apreciar sus virtudes, aunque sean escasas y opacadas por las tuyas?
¿Consideras que el otro es algo más que un objeto que está en el mundo para tu servicio personal?

El que realmente está en busca de la unidad aprende a reconocer que el prójimo (tú) es como yo. Ambos somos físicamente diferentes, corporalmente alejados. Una brecha se abre entre tú y yo. Una brecha llamada materia.
Pero, espiritualmente somos hijos del mismo Padre.
Lo espiritual que me forma, es lo mismo espiritual que te forma a ti.
Es esa dimensión espiritual la que nos une, la que nos liga realmente.
El espacio que estás ocupando ahora, tu espacio vital, es solamente tuyo, es intransferible e incompartible.
Pero, tu visión, tus sentimientos, tu sentir, tu deseo puede ser acompañado por el otro, acompasado por el alma del prójimo. Ambas almas, la tuya y la de tu prójimo, pueden vibrar en armonía. Una armonía que sólo se logra en ese plano que no es material.

Durante este día, examina cómo te relaciones con el prójimo, si son sus cuerpos los que se relacionan pero no sus almas; entonces debes saber que hay aquí un aspecto tuyo que debes trabajar con ahínco.