Tú
("You")
Por Jay
Litvin (Traducción al español por S.M., Perú)
¿Quién Eres Tú? Quiero
decir, exactamente ¿Quién Eres Tú?
¿Qué tan grande Eres?
¿Dónde vives?
Si, si, ya lo sé. Eres
omnipresente y omnipotente. Pero eso no me ayuda. Eso no responde a mi
pregunta.
¿Quién Eres Tú?
Quiero decir, ¿Quién
Eres Tú cuando te rezo? ¿Qué tan grande Eres? ¿Cúanto espacio ocupas?
¿Dónde puedo encontrarte? ¿Dónde imagino que estás cuando te ofrezco mis
plegarias?
Si, si, sé que rodeas
y penetras todas las cosas. Sé que llenas todos los espacios y envuelves
todo lo que hay. Sé que no tienes forma ni rostro. Pero ya te lo he dicho:
eso no me ayuda. Todo eso se convierte en conceptos abstractos, palabras
vacías, ejercicios intelectuales. Y cuando te necesito (y preciso
de Ti) , necesito saber Quién Eres Tú, dónde puedo encontrate, el lugar
exacto donde pueda dar la vuelta para ofrecerte mis plegarias.
Tú.
¿Por qué estoy
cuestionando? Te preguntarás. ¿No es eso jutzpadik (un
atrevimiento)? Desafías.
No me importa.
Necesito las respuestas. En nuestra continua relación, ha llegado el punto
donde necesito saber.
Está bien, seamos aquí
perfectamente honestos. Quiero decir, déjame ser perfectamente
honesto. Tú siempre lo eres. Por lo menos eso es lo que dicen de Tí.
Tú no has respondido a
todas mis plegarias. Más importante, no has llegado a algunas de las más
importantes áreas de mi vida. No me entiendas mal. No lo has hecho tan
mal. Hay un montón de cosas buenas sucediendo en mi vida, y como una
persona que le presta atención a los milagros, puedo ver Tu Mano en mucho,
si no es en todo lo bueno que está pasando en ella. Es así como no deseo
sacar eso de Tí. De hecho, déjame detenerme justo aquí y decirte
"Gracias". En verdad, quiero decir eso. "Gracias". Estoy muy agradecido.
Pero hay algunas
cositas pendientes donde no puedo, pero necesito ver Tu bondad.
Necesito de algo tajlit (palpable), un poco de misericordia,
bondad, salvación, lo que tienes. Y pronto.
Si, si, sé que a
menudo actúas de manera oculta. Se que Tu Bondad, así como Tú, está en
todas partes, pero muchas veces no podemos verla. Por lo menos eso es lo
que dicen de Tí.
Pero, me perdonarás
(espero): deseo verla. Quiero la bondad justo aquí en
mi vida, en la de mi familia y deseo verla,
sentirla y saber que es buena.
Deseo la verdad
revelada justo a mi propio nivel.
Para ser más simples,
quiero que respondas a mis plegarias.
Tú.
Y así, una noche,
estando en mi cama, en ese estado de ánimo, comencé a preguntar. ¿Quién
eres Tú? ¿A quién exactmente Le estoy rezando? ¿Quién no está respondiendo
mis plegarias?
Algunas veces, rezo y
es como si estuvieras sentado del otro lado de la mesa frente a mí. Somos
Tú y yo. Estoy preguntando. Estás escuchando. Estoy hablando. Mueves la
cabeza en forma afirmativa pero no te comprometes. No obstante, siento que
si pudiera tener la suficiente urgencia y fuera lo suficiente convincente
tú vas a responder a mis plegarias. Tal vez no ahora. Pero pronto. Puede
ser mañana, cuando me levante. Quizás al día siguiente. Pero pronto.
Algunas veces, he
cerrado mis ojos imaginando un punto dentro de mi cabeza para enfocar toda
mi concentración y plegaria en este punto. Mi atención es como el lado
final de un cono y trato de concentrar y comprimir todo lo que soy a este
punto estrecho donde parece ser que imagino que resides.
¿Estás ahí?
Realmente no es que
piense que estás ahí, pero si puedo concentrar mi ser dentro de ese punto
sin distracciones, mis plegarias llegarán a Tí mejor y me oirás más
atentamente debido a la sinceridad y pureza de mis pensamientos.
(Dicen que eres un
Di-s celoso, siendo así, pienso que si te ofreciera la completa pureza de
lo que soy con total concentración, te gustaría más. Por lo menos, eso es
lo que pienso acerca de lo que dicen de Tí).
Pero todavía, a pesar
que no pienso que residas en ese punto, te he reducido a un tamaño dócil,
a un punto focal, a un individuo, un "ser" aislado existente en algún
lugar allá afuera, escuchando, afectado por mi concentración, mi
desesperación, mi deseo, mi pasión.
¿Es cierto esto?
No he rezado de esta
manera a causa de aquellas razones. Por el contrario, he descubierto que
rezo así después que he comenzado a preguntar: ¿Quién Eres Tú? ¿Dónde
vives? ¿Qué tan grande Eres? ¿Dónde doy la vuelta para encontrate?
Tú.
Al principio no había
descubierto la respuesta a mi pregunta. En todo caso no de manera
inmediata. Pero aprendí cómo rezo. Descubrí algunas presunciones
inconscientes detrás de mis plegarias. Pero no, mi pregunta todavía
permanece. ¿Quién Eres Tú? Parece que en preguntar aprendí más de mí mismo
de lo que aprendí de Tí
Tú. Bendito Seas (o
por lo menos eso es lo que dicen). Rey del Universo.
Estos cuestionamientos
siguieron por muchas noches. En vez de pedir lo que quería, en vez de
ofrecer las gracias o mis reclamos, simplemente continuaba a preguntar:
¿Quién Eres Tú? ¿Dónde vives? ¿Qué tan grande Eres y cúanto espacio
ocupas?
No sé cómo fue eso
para Tí. ¿Extrañaste mis antiguas plegarias? ¿Me encontraste absurdo? ¿O
apenas sentiste curiosidad, imaginando adónde llevaría todo eso o
esperando a que regresara a mi juicio?
A veces podía apenas
repetir la palabra Tú, una y otra vez. Tú, Tú, Tú. Y a veces profundas
emociones podían despertar. No siempre lindas, pero profundas. A veces no
podía siquiera preguntar Quién Eras Tú, pero simplemente te llamaba: ¡Tú!,
¡Tú!, Tú!
Y algunas veces sólo
podía decir: Tú. Bendito Seas. Y me preguntaba lo que eso significaba.Y me
preguntaba cómo, por qué podía bendecirte cuando lo que deseaba era ser
bendecido por Tí.
Bendito Eres Tú, Rey
del Universo (o así dicen).
O debería decir:
Bendito sea este punto de concentración. Bendito es el Ser del otro lado
de la mesa, del cuarto, de la cama, de mí, escuchando.
Bendito Seas,
bendíceme. ¡Por favor!
Y de repente, una
noche, no me preguntes cómo ni por qué, el punto se alargó. No estabas del
otro lado de la mesa, del cuarto, de la cama. No era mi concentración. Tú
buscabas. Ni mi pasión ni desesperación. Ni mis súplicas ni mis reclamos.
De pronto estabas en
todas partes, demasiados lugares para que pueda alcanzarlos al mismo
tiempo. De pronto yo era la punta del cono y Tú el ancho espacio cuya
extensión no tiene fin (o así parecía).
Y en esta percepción,
alucinación, hallazgo, en vez de focalizar mis pensamientos con
concentración y desesperación, abrí mis brazos, pues no había lugar donde
no estuvieses y sólo abriéndolos, ofreciéndome a mi mismo a medida que
daba vueltas, lentamente, en círculo, de lado a lado, de una parte a otra,
podía esperar encontrarte.
O así parecía, o así
lo soñé.
Y entendí por qué los
árboles tienen muchas ramas, y deseé tener más brazos para alzarlos y
abrirlos. Entendí por qué las flores tienen pétalos suaves que las
circundan, alcanzando y expandiéndose en alabanza a Tí y deseé tal
habilidad de alcanzar y expandirse, dentro y fuera, para encontrate, para
alabarte. Para ser parte de Tí.
Tú. Bendito Seas.
Rey, quien riges de la
ley implantada en cada cosa viviente. Para quien la lealtad es el simple
acto de ser el más profundo contacto con la ley que nos guía a nosotros y
al mundo.
Tú. Bendito Eres Tú,
Quien es Todas las cosas que son benditas cada vez que digo Bendito Seas
Tú, creador de este árbol. Bendito Seas Tú, creador de esta fruta. Bendito
Seas Tú, quien quita el sueño de mis párpados. Bendito Seas Tú, quien
creaste y te pusiste en cada creación para ser siempre encontrado por
aquellos que buscan y sí, preguntan.
Y en este momento,
cuando yo mismo y todos los pedidos y necesidades, reclamaciones y
alabanzas, se disolvían en la inmensidad de quien eres Tú, regresé a
acostarme a mi cama, rezando por mi salud y por la de mi familia, por el
bienestar y la paz espiritual, por todas las cosas grandes y pequeñas. Y
no deseaba menos que antes que mis plegarias sean atendidas.
Pero vi, esa noche,
que esta era la respuesta a mis plegarias: el ser parte de este Todo, el
ser uno de este Uno. Que el mero acto de rezar podría ser la respuesta al
rezo. Y que la única pregunta verdadera es: ¿Quién Eres Tú?
Tú.
Tú.
Tú.
Bendito Seas.
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