Presentación
Podemos hablar de tres estadios de intelectualidad:
-
Jojmá: sabiduría, que es la
que se pone en funcionamiento cuando se recoge información y se la
procesa estando aún en bruto. Sirve como núcleo creador de pensamiento propio,
efectuar síntesis imprevistas y totalmente inaccesibles al
consciente, pero es siempre
reflejo de un conocimiento que proviene de fuera. Este conocimiento
externo pueden provenir de una fuente trascendente o de una
terrenal; ser inconsciente o consciente. Puede venir de discursos, libros, experiencias,
intuiciones, sueños, insights, etc.
(Su base fisiológica preponderante es el
hemisferio derecho del cerebro).
El "sabio es aquel que es capaz de aprender"
(TB Pirké Avot 4:1), y no aquel que es instruido o ha
acumulado conocimiento, pues el que con espíritu altivo cree que no
tiene lo que aprender, cierra esta fase a los inputs
imprescindibles para la creación de nuevos conocimientos y
pensamientos (Iyov/Job 28:12).
Así pues, Jojmá es apertura, maravillarse con lo desconocido,
enriquecerse con las informaciones.
El procesamiento racional de la información se produce en el siguiente
estadio,
-
Biná: entendimiento, inteligencia
convencional o inteligencia propiamente dicha, que vincula los conocimientos con
lo práctico. Utiliza por lo general la expansión, análisis y
síntesis para conseguir sus resultados. A través de esta fase, las
informaciones provenientes de Jojmá adquieren múltiples
facetas, y se transforman en datos, en material indispensable para
conquistar el mundo y conocer su propio ser.
Analiza y debe saber los qué y dónde. Se esfuerza por discernir
entre lo verdadero y lo falso, entre el pasado y el futuro, y se
halla sometido al presente. Busca lo lógico como medio de conocer su
contexto.
Habitualmente, quien se maneja principalmente con Biná es
frío en sus relaciones humanas, que es una manera de vivir
defensivamente. Por ello desarrolla mecanismos compensatorios, que
le defienden de su propensión a la baja autoestima.
No debemos suponer que es un mero apéndice de Jojmá, si bien
gran parte del material con el que trabaja de allí proviene, pues
está dotada de la capacidad de intuir conocimientos allí donde
Jojmá solo encuentra oscuridad.
Por otra parte, la habilidad para trasmitir los conocimientos radica
en esta fase de la inteligencia. (Su base
fisiológica preponderante es el hemisferio izquierdo del cerebro)1.
-
Daat: conocimiento, inteligencia conectada
a la emoción, que guarda relación con el conocimiento necesario para
el manejo de las emociones, así como la vigorización del pensamiento
mediante aportes de la energía emocional correctamente canalizada.
A simple vista aparece como el organizador de estados de visiones
del ser que son opuestas por su naturaleza: la razón y la emoción.
En palabras del Tanaj, una persona que se maneja adecuadamente en la
vida es un "sabio de corazón",
una persona cuyo corazón no trastorna su mente, ni su cerebro
endurece a su corazón.
Y en verdad, la faceta más plenamente humana, es la que rodea al
Daat, ya que por encima contamos con el "alma angelical", y por
debajo somos el "alma animal"; en la confluencia de ambas se expresa
la esencia humana.
Debemos tener presente, para una clara conceptualización que este
tipo de inteligencia no tiene existencia independiente, sino que es
un producto de la conjugación armónica de las esferas intelectuales
y el plano emocional2. Es, en palabras del Zohar, la llave intelectual para el plano de las
emociones (Zohar 3, 22a). Una persona que se maneja a través de
Daat suele exhibir una
conducta racional, madura y saludable. En tanto que aquel que
adolece de ésta, es emocionalmente inmaduro y probablemente sea
objeto de conflictos emocionales.
Como dato adicional, debemos saber
que es el canal de la profecía (en épocas que ésta
se manifestaba, actualmente y desde hace unos 2400 años es solamente
canal para la inspiración divina) y para el conocimiento íntimo y profundo de
las realidades (internas y externas). Es canal, por tanto, para el
shefa, la abundancia provista
como bendición por el Todopoderoso, tanto en el plano material como
en el de la inspiración divina.
Pero, para que el canal "hacia arriba" esté menos cargado de
filtros, es imprescindible que el canal "hacia abajo" esté limpio,
tal como deducimos de las palabras del vidente: "El
Eterno... da sabiduría a los sabios y conocimiento a los entendidos."
(Daniel / Daniel 2:21).
En palabras del Talmud: "El Eterno le otorga
sabiduría a aquel que ya la posee"
(TB Berajot 55a).
El Rav. S. R. Hirsch lo expuso con claridad: "El
Eterno le otorga sabiduría divina sólo a aquel que posee los dones
naturales de la sabiduría y que ha sabido desarrollarlos por sí
mismo. La verdad judía ignora ese milagro que hace del necio o
inocente de ayer el apóstol entusiasmado y espiritual del mañana".
Las tres inteligencias están resaltadas
en el siguiente versículo, que describe al más sabio entre todos los
mortales:
"Elokim dio
a Shelomó [Salomón]
sabiduría,
gran entendimiento
y
amplitud de corazón, como la
arena que está a la orilla del mar."
(1 Melajim / I Reyes 5:9).
Espacio virtual3
de confluencia
En el pensamiento occidental no se está
habituado a reconocer un espacio de comunión entre el pensamiento y la
emoción, pues se los suele considerar esferas en franco contraste y
hasta mutuamente excluyentes.
Es común creencia que al razonar correctamente estamos exentos de
influjos de la emoción, que hemos apartado sus embates o que de algún
modo hemos inmunizado nuestra mente a sus llamados. Y es también
creencia corriente suponer que cuando se está emocionalmente trastornado
no se alcanza a razonar.
Pareciera que inteligencia y emoción resultan incompatibles.
Pero lo cierto es que ambas esferas, la intelectual y la afectiva, "el
cerebro y el corazón", tienen un espacio de confluencia y mutua
influencia.
No comparten todos los espacios, ni las tres inteligencias que hemos
mencionado se benefician de la influencia emocional, pero es indudable
que existe un territorio de comunión.
La inteligencia y las emociones son conciliables, en la medida en que
puedan llegar a un equilibrio donde la inteligencia no se deja desbordar
por las emociones sino que, al contrario, puede controlarlas y
encauzarlas de manera de poder alcanzar resultados eficaces o
exitosos.
Es posible desarrollar la tercera inteligencia, para descubrir que en
uno mismo el intelecto y el afecto no están confrontados, sino que en mi
ser se complementan magistralmente para desplegar el mejor potencial de
ambas esferas.
Ser inteligente no alcanza
La inteligencia, o lo que entendemos habitualmente por ella, no
alcanza para aprovechar apropiadamente los recursos de la vida.
Para sacar el máximo y mejor jugo a la vida, es indispensable que los
tres tipos de inteligencia sean funcionales.
Por lo general, los dos primeros se tienen en cuenta; pero el tercero
queda como en las sombras, y mucha gente pasa por la vida sin percatarse
de ese inmenso potencial que está aguardando para ser usado en su
beneficio4,5.
Y es una pena que así acontezca, pues se
está desperdiciando un potencial extraordinario, una capacidad para
conocer y controlar las emociones propias y ajenas, con el fin de
obtener determinados fines.
Si se ejercitara el uso de Daat
se podría reducir las emociones desfavorables a una mínima expresión;
también inducir las emociones favorables, como en el caso de la
motivación; y por supuesto, potenciar el pensamiento y la actividad
hacia alturas que no se consiguen de otra manera.
Es que, mientras se mantiene el divorcio
entre pensamiento y emotividad, una parte de la persona queda sin
control, sin canalización adecuada. Por tanto, hay energía mal empleada,
o desperdiciada, o enquistada de modo tal que no permite una saludable
vivencia. Es por esto que más arriba anunciamos que una personalidad
inmadura denota una debilidad en su Daat. Quizás sea una persona
extremadamente racional, con un alto coeficiente intelectual, e incluso
con una biblioteca entera en sus neuronas. Pero, si es débil su manejo
en Daat, habitualmente su inteligencia y sabiduría se pondrá en
juego para inventar excusas, maquinar conspiraciones, debatir sin llegar
a conclusiones productivas, encontrar obstáculos para no desarrollarse,
etc.
El que está lejano del uso de Daat pero emplea mucho su Jojmá
es capaz de escudarse detrás de intelectualizaciones, elaboradas teorías
ilusorias o muy reales, que solamente sirven para apartar a la persona
de su propio sentimiento.
Por su parte, el que hace predominar su Biná en detrimento de su
Daat, elabora generalmente con calidad racionalizaciones, es
decir, pretextos que suenan racionales, pero que en última instancia
también sirven para alienar a la persona de su plano emocional6.
Es desde este punto de vista que fue enunciado por el sabio entre los
sabios: "Porque en la mucha sabiduría hay mucha
frustración, y quien añade conocimiento añade dolor" (Kohelet
/ Predicador 1:18). El que es muy inteligente, y quizás muy sabio, pero
carece de Daat, o lo tiene poco desarrollado: añade sufrimiento y
dolor a su vida... da para pensar, ¿no?
Daat en
ejercicio
Las siguientes son cualidades del Daat cuando está siendo
ejercido, y que debieran ejercitarse en todo momento posible.
En un resumen:
-
Conciencia de ser.
Es la capacidad de reconocer y poder poner en palabras más o menos
descriptivas los sentimientos, emociones o estados de ánimo propios
que uno vivencia, o ha experimentado. Este conocimiento y
reconocimiento nos abren la puerta de la estabilidad: "¿Quién
es sabio? Quien divisa lo que vendrá"
(TB Tamid 32).
Sabemos que las emociones tienen diversos grados de intensidad, algunas
son lo suficientemente intensas como para darnos cuenta de ellas en
forma conciente, pero otras están por debajo del umbral de percepción
conciente.
Desarrollar esta cualidad implicará la
posibilidad de poder percibir las emociones que no penetran nuestra
consciencia. Mediante un adecuado
proceso terapéutico podemos hacernos más concientes
de nuestras reacciones y emociones
antes imperceptibles.
Tomemos un ejemplo habitual.
Después de una discusión violenta una persona puede
sentir que recuperó la tranquilidad, pero sin embargo suele ocurrir que los
efectos oscuros de la discusión continúan y la persona no se
da cuenta que está nerviosa o irritable. De hecho, cuando se lo hacen
notar suele sorprenderse.
La importancia de conocer nuestras emociones
y de reconocer su presencia, reside en el hecho de que a
partir de esto podemos controlarlas, pudiendo modificar los estados de
ánimo desfavorables. Las emociones que trascurren de modo no conciente,
cuando están reprimidas, o abandonadas a su propio criterio, suelen
ser ocasión de innumerables trastornos, si estamos bajo su influjo sin ejercer sobre ellas un
cierto control, estamos en una pendiente al fracaso personal.
-
Equilibrio intelectual-emocional.
Es la capacidad de controlar y encauzar las emociones para evitar
que tengan sus efectos perjudiciales, entendidos estos en
términos de conductas indeseables. El ejemplo típico es la ira, uno
de las emociones más difíciles de controlar, y que cuando emerge, la
persona pierde su capacidad de pensar y actuar positivamente.
En momentos que percibimos que un
caudal emocional está por desbordarnos podremos recurrir a ciertas
técnicas, que nos permiten tomar las riendas de las emociones, y así
de nuestras vidas:
-
Caridad y benevolencia: en lugar de
perder su vida con enojos, malos tragos o pensamientos
negativos, actúe caritativamente. Si siente que la ira lo está
invadiendo, es momento de aproximarse a un hermano necesitado
para brindarle su ayuda. Y si no tiene a ninguno a mano en el
momento de la ira, sin dudas proponga en su mente que su
siguiente acto será de caridad y no de reacción negativa.
(Puede también cumplir cualquier otra
mitzvá positiva, que es un uso apropiado de su energía
emocional).
Dar de uno, es una puerta a la paz y la bendición cuando el
ánimo es negativo, tal como el sabio de los sabios enseñara: "El
dar en oculto aplaca el enojo"
(Mishlei/Proverbios 21:14). Prestemos atención a que dice
en "oculto", esto significa básicamente dos cosas: 1- incluso, o
especialmente a aquel que nos provoca a ira; 2- sin doble
intención, sino simplemente con ánimo de favorecer
desinteresadamente al prójimo.
-
Misericordia: Dice el
sabio Talmud: "si no hieres a aquéllos
que te hieren, todos tus pecados son perdonados"
(Rosh Hashaná 17a).
Por tanto, sea misericordioso con la persona que le provocó la
ira.
Busque la justicia, claro está, pero no haga de "la defensa de
mis derechos" un pretexto para tener rencor o venganza en su
corazón.
Tenga presente que los que nos ofenden son como "gomas de
borrar", que están ahí para borrar nuestras transgresiones.
Así pues, ante una ofensa, usted defiéndase sin polemizar y
retírese sabiendo que el otro quizás lo ha querido dañar, pero
no ha podido alcanzar su cometido, por tanto usted es el
victorioso.
El dolor del incidente lesivo no puede ser borrado, pero su
actitud positiva le impedirá deprimirse y que el incidente con
su negativa carga emocional lo esclavice.
-
Positivar: trate de
hallar lo positivo dentro de la situación negativa. Tal como
Pirkei Avot nos enseña: "trata de
juzgar a toda persona meritoriamente"
(Pirkei Avot 1:6).
Esto no
implica de ninguna manera el excusar actos lesivos, ni poner
pretextos para continuar con una actitud nociva
(sea propia o ajena).
Una persona es hipócrita si no pone límites
(cuando es posible) al agresor, tal
como el Meiri (Rabí Menajem Ben Rabí
Shelomó) nos explica que quien se calla cuando ve que una
mala acción es realizada y se abstiene de reprender y advertir a
su prójimo, es considerado un hipócrita. Y sobre el hipócrita ha
sido dicho: "toda persona que tiene
hipocresía trae enojo sobre el mundo..."
(TB Sotá 41b).
Para implementar la técnica de positivar, sin caer en
hipocresía, es imprescindible el uso de la
Comunicación Auténtica, especialmente en su postulado de "no
dar por sentado, ni presuponer motivaciones en las
actitudes/conductas del otro".
Si es evidente y confirmado que la motivación del otro es
lesiva, es momento de positivar nuevamente: hacer el esfuerzo
necesario para contener el impulso de contraatacar con enojo. En
lugar de devolver golpe con golpe, es mejor pensar: "¿Cómo puedo
usar este suceso para mi crecimiento?"
El Rav Y. B. Soloveitchik nos enseña que ante las
tragedias la pregunta sabia no debiera ser "¿Por qué?" sino,
"¿Cómo se supone que he de responder?"
-
Humildad:
"La sabiduría engendra humildad" (Ibn Ezra a Mishlei / Proverbios 8:1),
y viceversa.
Debemos saber que el enojo es una
expresión del incontrolable deseo de ser tenido en cuenta, por
tanto, una muestra de baja autoestima. Cuando la persona se
preocupa sobremanera por su importancia, y cualquier cosa banal
la indigna, es hora de recurrir a procedimientos para aumentar
la autoestima. La arrogancia, que es un mecanismo defensivo de
la baja autoestima, realmente es una afrenta a la imagen divina
que somos y es un castigo en sí misma. Tal como dijeron nuestros
Sabios: "Toda persona que tiene
arrogancia no quedará exenta del castigo del infierno… y
sobre el arrogante dice el Todopoderoso: él y Yo no podemos
vivir juntos en el mundo" (TB
Sotá 4b).
Tener siempre presente este lema: "Haz
la voluntad del Eterno como si fuera tu voluntad, para que Él
pueda hacer tu voluntad como si fuera Su voluntad. Anula tu
voluntad delante de Su voluntad, para que Él pueda anular la
voluntad de otros ante tu voluntad"
(Pirkei Avot 2:4).
Si queremos alcanzar el verdadero éxito, primero debemos acatar
la divina Voluntad, para que de ese modo nuestra voluntad tenga
suceso.
Esto se logra solamente siendo humilde
(que es totalmente distinto a humillado).
Y la humildad implica también una gran confianza en el
Todopoderoso, de la que proviene la aceptación de aquellas cosas
que no se pueden cambiar. Aceptación, que no es en nada similar
con la resignación.
-
Distracción: hacer otra
cosa, como por ejemplo salir a dar un paseo a pie, dedicarse a
alguna tarea interesante, contar hasta 100, aislarse para estar
a solas y retomar un poco la serenidad, etc.
La distracción es darse un tiempo, e incluso un espacio, para
que el ímpetu de la emoción fuerte puede decantarse por sí
misma. Por esto mismo, la distracción no es un verdadero
paliativo ni correctivo para la emoción incontrolada aún. Es tan
sólo un mecanismo para hacer una pausa en la acción.
Recuerde: "Si se enoja entonces se
equivoca" (Sifri, Matot 68).
Por tanto, no haga nada estando dominado por la emoción intensa
de lo cual pueda arrepentirse posteriormente, cuando recobre la
cordura.
-
Creatividad: considere la
situación desde un punto de vista diferente.
Una de las frases más lúcidas de Mark Twain es: Si la única
herramienta de que dispone es un martillo, pensará que cada
problema es un clavo".
Realmente inspirada y brillante la percepción del autor...
Así pues, hágase de otras herramientas mentales, y dispondrá de
mejores posibilidades de resolución de los conflictos.
Intente, por ejemplo, desde el
humor, sin caer en degradación ni humillación. Por ejemplo,
cuando sienta la ira tocar a la puerta véase en un espejo mental
y asústese o ríase de la imagen que está dando, y considere si
esa es la imagen que a usted le gusta ver de sí mismo.
El Rosh nos enseña: "No hagas nada
(de lo mundanal)
que provoque que las personas se burlen de ti, pues generalmente
ellos no prestan atención a las cosas buenas pero descubren las
malas" (Orjot Jaim, de R. Asher
ben Iejiel).
Descubramos con nuestra creatividad conductas alternativas a
aquellas que nos harían ser vistos como humillados delante del
prójimo.
Recordemos algo que hace un rato mencionamos.
Un buen recurso creativo es decir ante uno que nos ofende: "Si
bien tus palabras no son ciertas, te agradezco por por darme la
oportunidad de actuar de acuerdo a valores de Torá", luego da
media vuelta, y se retira.
-
Técnicas de relajación como la respiración profunda o
la meditación también ayudan. La respiración profunda no debe ser
confundida con respirar pausadamente cuando se experimenta la cólera,
pues la oxigenación de la respiración pausada estimula el sistema nervioso y empeora el mal
humor.
Hablar en un tono bajo, a bajo volumen, con pausa, estimula el
ánimo sereno y permite dialogar en lugar de rabiar.
Atendamos el consejo: "Las palabras del
sabio con sosiego son oídas, y son mejores que el grito del que
gobierna entre los necios."
(Kohelet / Predicador 9:17).
-
Control de los impulsos.
Es la capacidad de aplazar la satisfacción de
un deseo en aras de un objetivo. En términos psicoanalíticos, de lo que
se trata es de que el aparato psíquico pueda funcionar bajo el régimen
del principio de realidad a través del aplazamiento de la descarga.
Quien tiene, o desarrolla, la capacidad de postergar el placer
en interés de sus metas, suele ser desenvuelto, seguro de sí mismo y más tolerante a las decepciones. Los que no
pueden
esperar demuestran en la adolescencia actuar como, más caprichosos, indecisos
y propensos al estrés, atributos estos que difícilmente podrían
asociarse con el éxito.
El consejo de los sabios (Avot 4:1)
es: "¿Quién es fuerte? Quien domina sus
impulsos. Pues fue dicho: "Mejor es el paciente que el fuerte, y
quien reina sobre su espíritu que quien conquista una ciudad"
(Mishlei/Proverbios 16:32)".
Estos recursos son también útiles en otros casos de sentimientos y
emociones igualmente indeseables, como la ansiedad o la depresión.
Por otra parte cuando es una emoción de índole positiva, tal como el
amor, el desprendimiento, etc., pero que ha sobrepasado el
equilibrio, convirtiéndose en una tortura espiritual/emocional, no
ha de dudarse en considerarla como una emoción negativa, que encubre
algún trastorno espiritual.
-
Enfoque positivo.
Es la capacidad para autoinducirse emociones y estados de ánimo
positivos, como la motivación, la confianza, el entusiasmo y el
optimismo.
Hay componentes de la
química neuronal que hace que la predisposición al optimismo o al pesimismo puede
ser innata, pero la práctica puede revertir esta situación si la persona
es capaz de detectar el pensamiento derrotista y reconsiderar el
problema desde un ángulo menos sombrío.
Advirtamos, entonces, la diferencia entre esta cualidad y la anterior:
en el equilibrio intelectual-emocional el problema que debe resolverse es una emoción
intensa, como la ira, mientras que en la motivación debe resolverse el
problema de un sentimiento de pesimismo y desconfianza en sí mismo. En ambos
casos se impone un control del estado de ánimo correspondiente.
Una buena técnica es focalizar en lo positivo.
Por ejemplo, en lugar de decir: "quiero dinero para no pasar
miserias", es más beneficioso afirmar: "quiero dinero para pasar
confortable (y dar más a los necesitados)".
Por ejemplo, en vez de decir: "es escasa mi expectativa de que me
compren tal mercadería", es mejor expresar: "es posible que hoy
tenga una buena venta".
En lugar de concentrarse en los "no quiero" y "no puedo", dedíquese
a los "quiero" y "puedo" sin salirse jamás de la línea de lo bueno y
correcto que el Eterno nos ha trazado.
Esto nos lleva a la aceptación sin remordimientos, culpas o recelos
de las situaciones que nos exceden y no podemos controlar; pero nos
hace responsables de actuar con nuestro mejor esfuerzo en aquello
que está a nuestro alcance modificar.
Es por eso que uno de los primeros pensamientos que nos debe
acompañar al comienzo de la jornada, y hasta la hora de dormir es: "Al
Eterno he puesto siempre delante de mí; porque está a mi mano
derecha, no seré movido." (Tehilim
/ Salmos 16:8). Si el Eterno está delante de mi, y a mi lado,
perpetuamente, entonces, ¿cómo dejar de confiar en que la vida es
buena y puede ser mejor?
Y no está demás tener en mente que: "El
Eterno es tu protector; el Eterno es tu sombra a tu mano derecha."
(Tehilim / Salmos 121:5).
El Eterno es su sombra, allí a donde usted vaya, Él estará con
usted.
Él es su sombra, aquella conducta que usted manifiesta, Él la
reproducirá.
Si pensamos y actuamos en pro de una meta, hacia allí nos acompaña y
aúpa el Eterno.
Piense en positivo, y estará en la senda positiva.
Piense en positivo, y estará sensible a percibir las posibilidades
que lo llevan al éxito verdadero.
En buena medida, el modo en que nos responde el mundo, es un eco de
cómo nosotros lo tratamos.
-
Apertura.
Tiene que ver con el conocimiento y relación eficaz, así como control de las
emociones y estados de ánimo de los demás.
Cuanto más hábiles seamos para
interpretar las señales emocionales de los demás (muchas veces sutiles,
casi imperceptibles), mejor controlaremos las que nosotros mismos
transmitimos.
Apunta a una capacidad para entablar
vínculos con los demás que de una u otra manera puedan beneficiar al
sujeto.
Es así que un profesional puede tener grandes conocimientos sobre su
materia y un alto coeficiente intelectual, pero si no sabe relacionarse
con los demás sus posibilidades de éxito se verán muy disminuidas. Por lo
tanto, deberemos relativizar aquello de que "el conocimiento es poder",
siempre y cuando lo entendamos como simple conocimiento teórico y no
como una saber acerca de las emociones de los demás.
Recordemos y tratemos de hacer carne esta máxima: "¿Quién
es honrado? Aquel que honra a los demás."
(Avot 4:1).
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Notas:
1-
En 1981 el doctor Roger Sperry fue galardonado con el
premio Nóbel de Medicina y Fisiología por sus estudios relativos al
funcionamiento del cerebro. En resumen sus conclusiones llevaron a reconocer lo
que la Tradición judía sostenía desde hacia milenios, la lateralidad cerebral
permite relacionarse con el mundo de diversas maneras:
Hemisferio izquierdo
|
Hemisferio derecho
|
Lógico
|
Analógico
|
Verbal
|
Plástico
|
Racional
|
Intuitivo
|
Analítico (discursivo)
|
Sintético
|
Científico
|
Artístico
|
Reproductivo
|
Creativo
|
Realista
|
Fantástico
|
Consciente
|
Inconsciente
|
Aritmético (números)
|
Geométrico (figuras)
|
Concreto y práctico
|
Mágico
|
La ciencia neurológica nos anuncia que el cerebro
procesa en dos formas: una lineal, secuencia; y otro global.
Otra característica de nuestro cerebro
es que no distingue entre fantasía entre realidad. Esto se observa
fácilmente en el caso de las fobias: el sujeto reaccione, no a la
realidad, sino a sus propias percepciones.
Pensemos en las personas que tienen fobia a los
lugares cerrados, o a los ratones o a los aviones. Es evidente que el
objeto o la situación exterior para nada justifican las reacciones de
violenta angustia del sujeto.
Actualmente se usan diversos recursos para estimular
el hemisferio derecho: la
visualización, las fantasías dirigidas, la representación de papeles
(role-playing), la expresión corporal, etc.En la tradición judía ver
R. I. Albo, Sefer HaIkarim 1:16 y el Meirí en Avot 3:24.
2-
Según el doctor Paul MacLean, director del programa Evolución y Conducta
Cerebral en el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, "en el
proceso de conocimiento utilizamos tres cerebros, ninguno de los cuales
puede ser relegado: el sistema límbico, que afecta a nuestras emociones; el
reptiliano, que crea conductas y rutinas instintivas; y el neocórtex, con
sus dos hemisferios, izquierdo y derecho, responsable de las funciones
superiores. El primero de los hemisferios nos transmite la información
racional y verbal; el segundo, la visual e intuitiva. Pero, curiosamente,
como ha señalado el neurólogo Roger Sperry -premio Nóbel en 1981-, "cuando
el cerebro funciona en su totalidad, utilizando la conciencia unificada de
ambos hemisferios, rinde más que cuando dispone de las propiedades de cada
hemisferio por separado".
3-
Ver Etz Jaim 23:5, 8, 40:6, para comprender el "espacio virtual" que
corresponde a la sefirá Daat.
4-
Un sabio del Talmud (Kidushin 80b) dice: "La mujer tiene un daat
débil".
Esto ha dado pie a interpretaciones erróneas, prejuiciosas, que quieren
tildar a la sabiduría tradicional de machista o misógina, cosa que es
absolutamente falso.
El significado real del pasaje es: si bien la mujer posee Daat,
naturalmente ella tiende más que el varón a emplear su Biná, su
raciocinio práctico cuando es emocionalmente cultivada, pero a dejarse
arrastrar por su deseo, cuando no ha ejercitado su autodominio.
Esto implica que naturalmente para la mujer es más fácil ser sensible, y por
tanto misericordioso por demás que el varón; o, ser dura, fría,
intelectualmente movida, inconscientemente desapegada de la emotividad que
teme.
Tal predisposición natural de la mujer le da una gran ventaja respecto al
hombre, pues tiene en potencia una mayor intuición emocional y espiritual
(ver Nidá 45b), lo que le permite desplegar mejor su función en el Mundo.
Pero a la par tiene una desventaja, con más facilidad se deja llevar por su
emotividad, haciendo que sea demasiado flexible, incluso en ocasiones al
grado de perder su postura: sea porque tiene a ser débil en sus juicios, o
por el contrario, demasiado dura.
No hay una mirada lastimosa sobre la mujer en este pasaje, ni un dejo de
superioridad, sino un rol diferente con cualidades diferentes. Ambos con sus
especificidades, mujer y varón, son complementarios. 5-
La "Inteligencia Emocional" del Dr. Daniel Goleman es una aproximación
occidental al uso adecuado de Daat, si bien no es reconocido como tal
6-
Stephen Rosen del MIT explica respecto a los científicos y los técnicos:
"Cuanto más inteligentes son, mayor es también su incompetencia emocional y
social. Es como si el músculo intelectual se hubiera fortalecido a expensas
de los músculos de las competencias personal y social". |