Breve definición
La persona que padece de celos tiene problemas con el control obsesivo
que se pone en marcha ante el miedo:
Los celos se manifiestan como:
-
preocupación por el posible abandono por parte de
la persona querida y
-
malestar por la relación, real o supuesta, que la
persona querida tiene con un tercero.
Entre sus conductas habituales básicas:
Rasgos más característicos:
-
Fisiológicos: inquietud y ansiedad.
-
Emociones: dolor, ira, rabia,
tristeza.
-
Sentimientos: de humillación, poca auto-confianza,
miedo al fracaso y al abandonado y desvalorización.
-
Pensamientos: resentimiento, auto-incriminación,
ser víctima, posesividad, deseos de venganza, competitividad con el adversario,
envidia.
-
Comportamientos: hablar excesivamente del tema, gritar, llorar, usar
groseramente el humor, tomar represalias, exigencias, abandono,
violencia, demandas de atención, insistencia en los interrogatorios,
quejas, recriminación de culpas, desprecio, ignorancia, chantaje
emocional.
Círculo tóxico
El circuito en el celoso sería algo así:
-
algún hecho (ocurrido en la
realidad material, o producto de la imaginación)
-
moviliza energías, emociones
-
que son sentidas como dolorosas y que
-
que impactan en la mente para ser traducidas en
pensamientos negativos (de auto-desprecio y
desamparo).
-
Estas ideas negativas, se manifiestan luego en
conductas que refuerzan la imagen de escasa autoestima, así como en
situaciones que tienden a "demostrar" la certeza de la pérdida de la
persona querida.
-
Este reforzamiento, moviliza nuevamente energía que
es sentida como emociones adversas en un pernicioso ciclo de
negatividad.
Debemos saber que estas ideas solamente encuentran
terreno fértil para brotar en mentes cargadas de ideas de baja
autoestima.
Es que, por lo general, los celos son sufridos por personas
dependientes, de baja autoestima, que se sienten vacías sin la presencia
de la persona querida.
Las conductas típicas del celoso, evitación y apego
agobiante, si se sostienen en el tiempo, suelen ir produciendo
desavenencias y creciente pobreza del vínculo.
Es el "síndrome del tiburón" (el miedo se termina
realizando).
Por actuar movidos por el miedo llegan a un resultado paradójico:
viven la situación temida, que es aquella de la que pretendían huir con
sus conductas celosas.
Su intenso control y desconfianza suele provocar que la persona querida
se sienta agobiada, perseguida y deseosa por huir de una relación
opresiva.
Cualquier gesto de rechazo, huida o acercamiento a otra persona,
solamente sirve para que el celoso confirme sus sospechas, y se
atormente y desespere, actuando en consecuencia con mayor nervio y
acoso. Cosa que molesta aún más a su ya desgastada pareja.
Es un triste y tortuoso camino, predecible, que se va
transitando casi con los ojos abiertos, pero como no pudiendo vencer a
los pensamientos desagradables que van saturando la mente conciente. El
celoso muchas veces siente como de su boca surge el reproche, el
reclamo, la exigencia de pertenencia incondicional de la persona
querida, y a pesar de sentirse mal con todo esto, las palabras tóxicas
emergen de sus labios y erosionan la relación.
Veremos más adelante una técnica para no dejarse perturbar por estos
pensamientos.
Dos tipos de celos
Existen dos tipos de celos:
-
limitados
-
tienen como base una amenaza real a la
relación;
-
reacciones adecuadas y flexibles;
-
se sufre pero se respeta la libertad del otro;
-
el miedo no dictamina la conducta del celoso,
aunque le produce inconvenientes; la vida del celoso continúa su
cauce, aunque interrumpido a veces por manifestaciones de celos;
-
reacción defensiva que procura salvar una
relación de pareja.
-
patológicos1
-
delirantes, ocurren incluso en ausencia de
cualquier amenaza real o incluso probable;
-
reacciones inadecuadas y rígidas;
-
se sufre o se niega el sufrimiento, y se
procura aprisionar al otro en una relación enviciada;
-
el miedo dirige las conductas del celoso, y
toma posesión de la vida del mismo; el celoso vive en torno al
tema de sus celos;
-
obsesión destructiva que daña a las personas y
a su relación.
Autoestima baja
Cuando la persona cree firmemente que su valor personal -su importancia
y potencia- depende de la presencia de su pareja, sin dudas que está
encerrado en una relación de dependencia plena de torturas y
humillaciones.
Su vida es un calvario, pues así ha sido entrenado para que sea.
Lo más probable es que haya sido educada para creer que no podía confiar
en sus propias fuerzas, ni respetar sus convicciones. Es casi seguro que
en su infancia no se respetaban sus espacios de individuo, y se le hacía
mantener una estrecha relación de dependencia con alguno de sus
progenitores (o cuidadores) que ejercía un
dominio y posesividad sobre ella. (No es extraño
encontrar relaciones de infidelidad en el matrimonio de padres o
cuidadores).
Otra situación típica, es el celo infantil, al aparecer un nuevo
integrante en la familia, o cuando uno de los miembros es privilegiado
(realmente o en fantasía), cuestión que
posiblemente no ha sido manejada con equilibrio por los mayores.
Cuando uno siente desconfianza en sí mismo, se ve y
siente como indefenso y por tanto tiene la creencia irracional que
dependiendo de otros estará en mejor situación.
Se necesita de un alguien "especial", para "amar"2 y de esa
manera sentirse protegido y sentirse "alguien". Todo su valor y potencia
radican en mantener la presencia de esa persona de la cual dependen.
Por tanto se busca una persona, aquella que sea adecuada por calzar en
la fantasía del "necesitado". Y luego el "enamorado" se apasiona por
ella, al punto que termina viviendo en función de la persona querida,
como si se la hubiera absorbido y fuera el centro de la propia
existencia.
En este estado, la persona celosa cree necesitar para subsistir a la
persona querida, y cualquier separación es vivida como un quiebre de la
propia persona. Incluso, solamente con pensar en la posibilidad de
abandono, ya se siente como una pequeña muerte.
Es un miedo aterrador el que inunda al celoso, que rigidiza sus
conductas de celos, lo que le genera inconvenientes de todo tipo
(personales, laborales, con su pareja, etc.),
lo que lo va sumiendo en mayores miedos hasta finalmente caer en la
situación que más había temido.
No es extraño que el que tiene predisposición a los
celos, se "enamore" de una persona cuyos comportamientos y actitudes
sean favorecedoras de los celos. En general, ambos son personas con la
autoestima dañada, y pareciera como si precisaran enroscarse en una
trama de celos, infidelidad, llantos, reclamos, insultos, coqueteos,
reconciliaciones, etc.
Cuestión de cultura
Los celos no son un fenómeno psicológico exclusivamente, sino que son
producto de la combinación de factores personales y otros pertenecientes
a la cultura.
Cada cultura desarrolla modelos aceptables acerca de lo que significa
ser "hombre", "mujer", "valioso", "exitoso", etc.; así mismo, quedan
establecidos también los modelos desdeñables socialmente.
En base a estos modelos se construyen costumbres, aspectos morales y
leyes sociales. Todo esto pauta a la persona en lo que es considerado de
valor y por tanto necesario de poseer y proteger, y las consecuencias
para quienes están por fuera de la tal posesión del objeto valioso.
Es a partir de estos elementos que cada cultura define las situaciones
que desencadenan la respuesta de celos.
Si bien pareciera ser, según estudios antropológicos, que los celos son
universales en la especie humana, cada sociedad y cultura establece los
patrones que desencadenan las respuestas de celo, así como los límites
aceptables.
En sociedad como la occidental, los celos limitados son considerados
como una expresión de genuino interés por la persona querida, de afecto
y hasta de amor, pues se denota atención, preocupación, valoración del
otro, etc.
Como ya hemos dicho, en el fondo todo celo remite a una falta de
confianza en sí mismo, y desconfianza en el otro, en aquel que se cree
"amar", cuando solamente se lo "quiere".
El asunto radica en cuánto uno se menosprecia...
Dolor
Las personas con celos patológicos, exigen de su pareja absoluta
dedicación.
En su rígido pensamiento rígido, sólo tiene validez el cumplimiento de
sus deseos.
Cualquier pequeña desviación, real o imaginaria, es vivida como un
acontecimiento traumático, catastrófico, como el fin de su propia vida.
Por este terror inserto en su interior, estarán vigilantes a cada gesto,
hasta los más mínimos, para encontrar evidencias de que están en lo
cierto, que están siendo rechazados o abandonados.
Al principio, las supuestas evidencias son solamente interpretaciones
erróneas de su acalorada mente, pero más pronto o más tarde, su propia
actitud vigilante y agresiva, terminarán por apartar a su pareja
(sea físicamente, emocionalmente, etc.), lo que confirmará a
todas luces que ellos "estaban en lo cierto".
Es un juego muy doloroso, y totalmente perverso, que no tiene
(por sí mismo) resolución positiva.
Es evidente que el celoso estará en un constante estado
de ansiedad, inseguridad, agresividad y permanente dolor.
Una luz de salida
Para posibilitar el entendimiento y equilibrio de la pareja, es
imprescindible que ambos tengan un espacio/tiempo en común, pero también
aquellos espacios/tiempos que sean individuales, exclusivos para cada
uno de ellos.
Es evidente que el que está afectado por celos, difícilmente toleraría
respetar espacios de individualidad para sí y su pareja, por lo que debe
trabajar sobre la autoestima, en primer término, y en técnicas para
manejar la inquietud/ansiedad, así como herramientas para desarrollar la
confianza no dependiente en otros.
Una herramienta esencial es la
Comunicación Auténtica, por medio de la cual no se deja enquistar
los afectos nocivos dentro de la persona, ni se tienen respuestas
explosivas y destempladas, sino que se comparte el sentimiento de
desamparo con la persona que lo puede acompañar en el camino de
solucionarlo.
La pareja del celoso, también involucrada en una CA, fomentará los
sentimientos de confianza, y de respeto propio en ambos miembros.
La cuestión es, que ambos sean sinceros, y no darle al celoso
resquicios por los cuales tejer marañas de celos a partir de hechos
irreales, o reales incorrectamente interpretados.
Lo importante es que el celoso a fuerza de comunicarse auténticamente,
reconozca su condición de dependencia y falta de libertad. Esta toma de
conciencia es la que le permitirá dar el segundo paso en su liberación.
La misma herramienta empleada por su pareja, obligan a que ésta no le siga el
enfermizo juego a su compañero, porque
muchas veces llega a mentir con la idea de evitar complicaciones, pero
con ello ocurre lo contrario: aumentar su susceptibilidad.
Otra herramienta es la que hace "fluir los
pensamientos" del celoso.
Resumamos rápidamente esa herramienta.
La energía para los pensamientos proviene de la dimensión emocional. Por
tanto, cada pensamiento viene cargado con fantasías nacidas en los
deseos y miedos personales. Si el pensamiento se enfoca en reconocer
esas fantasías, o luchar con ellas, o tratar de evitarlas activamente,
lo único que logra es acrecentar la reflexión en la temática negativa.
Esto empobrece el pensamiento, aumenta la ansiedad y aparta a la persona
de su posible liberación.
Lo que debe aprender a hacer el celoso, es a dejar fluir los
pensamientos "negativos".
¿Cómo se hace esto?
Pues, al percibir la aparición de un pensamiento negativo, de celos por
ejemplo, la persona debe aceptar su presencia y continuar con lo que
estaba haciendo anteriormente. No tiene que permitirse confrontar esa
idea perniciosa, tratar de rebatirla, o querer corroborarla. Solamente
darse cuenta que apareció y dejarla que en unos pocos instantes
desaparece de la conciencia.
Pero, lo más importante de todo, es tener algún
pensamiento que se conecte a alguna acción trascendente para ocupar su
tiempo, y no malgastarlo en pensamientos perniciosos y enfermizos.
Esta herramienta también debe ser aplicada por la
pareja del celoso.
No se debe discutir sobre los pensamientos negativos del celoso, ni
aceptar sus chantajes o imposición de sus mandatos fuera de lugar.
Se le debe hacer saber que se respeta su opinión, pero que no se la
comparte, y luego continuar con el tema "positivo" que estaban tratando.
La tercer herramienta, es fundamental.
Entrenarse en aumentar su autoestima.
No es una tarea sencilla hacer luz en la vida del que
padece de celos. pero tampoco es un imposible.