"Procura juzgar a
toda persona valorando sus méritos"
(Pirkei Avot 1:6)
1- Quien apunta y señala los defectos ajenos1,
es porque tiene miedo que se descubran sus propias faltas.
2- Quien destaca sus diferencias con el prójimo,
es porque teme hallarse desamparado a causa de sus propias faltas.
3- Quien actúa movido por el miedo,
siempre termina siendo comido por éste.
4-
Insistir en las diferencias,
distancia y hace crecer el miedo interno.
5- El
miedo no es natural,
siempre es producto de lo que hemos aprendido.
6- Cuando el miedo habla a través de nosotros,
no hablamos, sino que repetimos lo que hemos memorizado como libreto de vida.
7- Concentrase en los aspectos comunes con el prójimo
desarrolla nuestra compasión y posterior comprensión.
8- Si juzgar al prójimo es nuestro estilo habitual de relacionarnos,
debemos responder con sinceridad:
¿qué estamos negando de nosotros mismos?
9- Somos a-dictos cuando creemos que nuestra felicidad se basa en que la
otra persona cambie,
nuestra felicidad o malestar no dependen realmente del
comportamiento de esa otra persona.
10- Cuando
juzgamos severamente o amamos ilimitadamente estamos cometiendo
un error,
que afecta al prójimo y mucho más a nosotros mismos.
11- Juzgar severamente no es compatible con la serenidad mental.
12- Cuando nos abrimos para amar,
es cuando hacemos lugar para ser amados.
13- Misericordia sin justicia,
es un camino a la destrucción.
14- Amor sin limites,
es un camino veloz a la degradación.
15- Cuando el dolido abre su corazón a causa de nuestro amor,
seremos salpicados con su amargura guardada por largos años,
¡no nos apartemos y mantengamos el amor!
16- Para juzgar con discernimiento,
primero debemos educarnos y especialmente en el arte de amar virtuosamente.
17- Si nos creemos espaldas y consideramos al prójimo mochila (o viceversa),
ambos saldremos lesionados del encuentro.
18- En ocasiones,
"no" es la respuesta más positiva.
19- Cuando la ira puebla sus pensamientos,
nuestra boca habla, pero las palabras no son nacidas en nuestra esencia.
20- Somos responsables incluso cuando hemos decidido ser irresponsables.