Shabbat: Av 20, 5764 <> 7/7/04
Comentario de la Parashá Ekev
¿Pozos o trampolines?
Esta escrito en la parashá:
"Acuérdate de todo el camino por donde te
ha conducido el Eterno tu Elokim estos cuarenta años por el desierto, con el
fin de humillarte y -lenasotejá- probarte,
para saber lo que estaba en tu corazón, y si guardarías Sus mandamientos, o
no."
(Devarim / Deuteronomio 8:2)
La voz hebrea lenasotejá, significa
tanto "probarte" como "elevarte".
También desde un punto de vista conceptual, ambas acepciones se ligan
perfectamente, pues la persona que ha sido puesta a prueba
(por Dios, por la vida, por sí misma, no importa realmente por quién.),
y no se atasca ante la dificultad sino que la supera, realmente SE supera,
se eleva y crece a un peldaño superior.
Las pruebas difíciles son para saber a ciencia
cierta "lo que está en tu corazón", es decir, hasta dónde la persona
es capaz de llegar en su crecimiento personal en determinado momento de su
existencia.
A partir de esto, podemos entender que:
el suceso penoso solamente aflige cuando la persona así lo permite.
Permítanme que les explique.
Como hemos enseñado en más de una
oportunidad en nuestras lecciones de Cabalaterapia,
la persona está constituida por cinco dimensiones:
-
Espiritual,
-
Intelectual,
-
Desiderativo,
-
Emocional,
-
Acciones.
Cuando un suceso material
(plano Acciones) resulta dañino de alguna manera,
o cuando algún acontecimiento vincular (plano Desiderativo)
acarrea un demérito,
casi automáticamente surge un sentimiento doloroso (plano
Emocional).
Esto es, ni más ni menos, la prueba.
Ahora bien,
lo que la persona reflexiona (plano Intelectual) a
partir de estos avatares adversos,
más lo que la persona halla como significativo de la experiencia
(plano Desiderativo),
y luego cómo reacciona (plano Acciones),
es lo que permite decir si ha fracasado en la prueba,
o ha crecido gracias a ella.
Si la reflexión sume a la persona en la
confusión,
y/o
si lo que encuentra como significativo es nada o desesperación,
entonces la prueba ha servido para hundir a la persona
en su propio fracaso existencial.
La prueba es la excusa para dejarse tragar por el pozo profundo que anida en
su interior.
Pero,
si reconoce intelectualmente que está atravesando por una dificultad,
pero que eso no implica un desmerecimiento del valor propio como persona,
y se buscan las soluciones viables para mitigar el problema, o producir una
resolución novedosa y que conlleva una superación del inconveniente y del
antiguo modo de vida,
entonces la prueba es un trampolín que aproxima a la persona a los Cielos.
Ya lo dice el sabio entre los sabios:
"siete veces cae el
justo y se vuelve a levantar, pero los impíos tropezarán en el mal"
(Mishlei / Proverbios 24:16)
¿Qué quiso decir Salomón con este proverbio?
Que para el justo, el sabio, los sucesos negativos son oportunidades para
levantarse y crecer.
En tanto que el mismo acontecimiento negativo para el fracasado
(en el sentido REAL de la palabra), el tropiezo
(aunque sea leve) es el fin.
Resumiendo,
las dificultades de existencia
han de ser contempladas como una oportunidad para crecer, como un peldaño o
un trampolín que nos impulsan a nuevas alturas, en lugar de padecerlas y
usarlas como excusa para dejarnos aplastar y vencer por nuestra baja
auto-estima.
Cuando apreciamos las situaciones dificultosas
de esta manera, es más sencillo arremeter contra ellas, y sacar el saludable
jugo a cada experiencia.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
-Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
HACIENDO CLIC
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AQUÍ.
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