Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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BeShem H' El Olam

Conversión al judaísmo

Por Rab Iosef Bittón 

Rabinato de la Comunidad Israelita del Uruguay


La presente es la desgrabación de la conferencia "Conversión al Judaísmo" dictada por el Rab. Iosef Bittón, gran Rabino de la Comunidad Israelita del Uruguay, el día 13 de Mayo de 1999 en la sede del centro Maimónides, de la Comunidad Sefaradí del Uruguay.

El texto se mantiene prácticamente en su versión original salvo párrafos subrayados por su importancia y la división en capítulos, para facilitar su lectura.

PAUTAS HALAJICAS para la ACEPTACIÓN

de las CONVERSIONES al JUDAÍSMO

en el URUGUAY

 Capítulo 1: Introducción

 

Buenas noches a todos. El tema que nos convoca hoy es sumamente delicado. Porque estamos abordando un conflicto que toca y roza a muchos miembros de esta misma comunidad. Desde que estoy en el Uruguay he atendido muchos casos de conversiones no válidas -todas situaciones muy dolorosas- y he tenido que explicar una y otra vez cuáles son las pautas para la realización o la aceptación de la conversión al judaísmo. No hay concepto judío al que le haya tenido que dedicar tanto esclarecimiento como a éste.

 

Esta noche voy a tratar de explicar el ABC, o sea los elementos básicos que hacen a la conversión al judaísmo,  intentando fundamentar y documentar lo que estamos diciendo. Vamos a ver cuáles son las condiciones para que un Guiur, es decir, la conversión al judaísmo, pueda ser realizado y aceptado por la ley judía.

 

Esta es una charla de esclarecimiento, ese será mi objetivo principal: informar. Advierto que es posible que después de que digamos lo que tenemos que decir surjan más interrogantes de los que tenemos ahora. En su momento deberemos analizar qué hacemos con todos estos conflictos... qué podemos hacer con lo que ya se hizo... pero creo que es absolutamente necesario, para que podamos enfrentar correctamente este tema, tener una definición apropiada del concepto Guiur.

 

Otro punto más antes de empezar: el tema del Guiur, en Medinat Israel, tiene implicancias políticas de las cuales, si Dios quiere, no voy a hablar. No quiero referirme a las alternativas de este tema en Israel ya que todavía no necesitamos importar los problemas de la política israelí contemporánea. Creo que tenemos de sobra con nuestros conflictos diaspóricos...

 

 

 

Capitulo 2: un poco de Historia

 

Empezaremos revisando los supuestos, lo que todos pensamos que conocemos acerca de la conversión al judaísmo...

 

El Guiur, se enmarca dentro de una serie de preceptos de la Torá. Es parte de ellos. El pueblo judío nunca buscó conversos. No somos misioneros. Pero aceptamos a los que sinceramente se quieren convertir al judaísmo, y ejemplos no faltan. Quizá el más famoso de ellos es el que vamos a leer, si Dios quiere, dentro de pocos días en la fiesta de Shabuot, el caso de Ruth. De cuya conversión se aprenden, prácticamente todas las pautas Halájicas contemporáneas. Rut fue bisabuela del rey David, del cual vendrá el Mashiaj. Por lo tanto lejos estaría del judaísmo decir NO a la conversión. Quien piensa que el judaísmo tiene algo contra los conversos no conoce nuestra historia.

Y no sólo David, sino también muchos de los grandes sabios de Israel como Shemaia y Abtalion; el célebre Unquelos haGuer, traductor oficial de la Torá al arameo, texto que leemos hasta hoy en día. Los ancestros de Rabí Meir baal haNes, venían de Guerim, de individuos que se habían convertido al judaísmo.

No sé si ustedes conocen todas las historias de conversiones al judaísmo. Una de las más famosas, aunque no por todos conocida, ocurrió en el año 720: los Khazares formaban un imperio que vivía en los montes Urales. Uno de sus monarcas, el Rey Bulán, decidió convertirse al judaísmo y con él todo su pueblo, toda una nación adoptó en aquel entonces el judaísmo. Bueno esta historia la pueden encontrar en la enciclopedia Británica bajo el valor Khazares. El famoso libro escrito por Rabí Iehudá ha Leví, El Cuzarí, es el fascinante relato de todas las lecciones sobre las bases del judaísmo y todas las argumentaciones históricas y filosóficas que un sabio judío instruyó al Rey Bulán en el camino de su conversión.

 

 Capítulo 3: las bases de la conversión

 

Cuando un no judío se convierte al judaísmo es judío en un absoluto cien por ciento. Más aún: grandes pensadores judíos del medioevo expresaron que aquel que se convierte adquiere un nivel espiritual mayor y más elevado que el judío de nacimiento (Ialkut Shimoni, Perashat Bo; Rabeinu Tam).  ¿Por qué? Por que nosotros somos judíos accidentalmente, no elegimos la condición de judíos. Pero quien dice: quiero “abrazar el judaísmo y empezar a vivir como judío lo hace por propia voluntad y tiene un enorme mérito.

 

Desde el punto de vista de los judíos-naturales existe el precepto bíblico de amar -o sea: preocuparse por... y ocuparse de...- al Guer, a quien se convierte. Más aún: ¿saben cuál es la Mitzvá,  que más veces se repite en la Torá? Figura treinta y seis veces... Es la Mitzvá: "Y amareis al Guer”. El nivel de amor que la Torá exige hacia el Guer -el extranjero y el converso- es superior a aquel que se exige hacia el prójimo correligionario

 

Como vamos a explicar más adelante, está totalmente permitido casarse con una persona que se convierte al judaísmo, siempre y cuando el proceso de la conversión ha sido legal y esta conversión es previa al casamiento y no está relacionada con él.

 

Ahora bien ¿Quién puede ser Guer (=converso)? ¿Hay alguna condición racial o genética para ser aceptado como judío? ¿Puede ser Guer una persona de raza negra o asiática? En realidad no existe ninguna exclusión étnica. Todos pueden ser Guerim (plural=conversos), no existe ningún impedimento, ninguna discriminación, ni cuestión alguna de sangre o raza. En las fuentes judías no existe la  superioridad espiritual étnica... Los judíos somos un pueblo, no una raza y tenemos nuestros brazos abiertos para recibir a cualquier persona que quiera abrazar sinceramente nuestra Torá. Lo que nos hace judíos es la pertenencia a un pueblo que vive en alianza con Dios. Para participar de nuestro pueblo es necesario entrar en esa alianza, que es la Torá. Y adoptarla como forma de vida. Y de esa forma quien se convierte es considerado igual que quien nació judío. Quizás no exista pueblo menos discriminatorio que el pueblo judío... Es más, cuando nosotros hablamos de aquello que nos distingue como judíos, ¿de qué hablamos?¿En qué se pone de manifiesto nuestra Kedushá, es decir, aquello que nos identifica como judíos? Pues Kedushá en hebreo significa santidad pero también "distinción" ¿en que somos singulares? ¿en que se manifiesta en el judío el haber sido elegido por Dios? Lo decimos todos lo días, varias veces por día, en nuestras Tefilot. En cada bendición de las Mitzvot afirmamos: Asher Kideshanu Bemitzvotav,  que Dios nos consagró, nos eligió y nos hizo singulares a través de las Mitzvot, los preceptos de Su Torá. La singularidad judía no es una diferencia étnica, es un tema de valores.

En suma, cualquier ser humano, no importa su raza o su religión anterior, se puede convertir al judaísmo. Esta conversión tiene que ver necesariamente con el deseo de adoptar aquello que nos hace judíos y nos distingue como tales: nuestras Mitzvot. Nuestros preceptos. 

 

 

 

Capítulo 4: ¿Cómo cumplir con la Torá sin ser judío?

 

La Torá reconoce dos tipos de  Guerim, esto es muy importante y pienso que no es un tema muy conocido. El primero se llama Guer Toshab  y el otro Guer Tzedek.  En hebreo Guer significa "extranjero". Al extranjero "residente" se lo llama Guer Toshab como la palabra Toshab Arai en hebreo moderno, que significa residente temporario. Toshab es el residente extranjero que tiene derecho a vivir en Israel.

Para entender lo que significa -no solamente la conversión- sino  también el judaísmo, tenemos que pensarlo en su estado natural. ¿Cuál es el estado natural del judaísmo? El pueblo judío,con su Ley, viviendo de acuerdo a esa Ley, en su propia tierra. En ese marco habían dos Guerim, el Guer Toshab era como si un extranjero quisiera vivir en Uruguay como residente, sin llegar a ser ciudadano. Es exactamente lo mismo. El Guer Toshab era aquel individuo que adoptaba todas las pautas religiosas y morales que el judaísmo determina para la humanidad, sin necesidad de convertirse al judaísmo. Me voy a explicar mejor: hay una ley que es para los judíos: la Torá. Esa ley es nuestra Constitución. Pero el mismo judaísmo afirma que existe una ley universal, que es para todos los hijos de Noaj (Noe), en hebreo Bnei Noaj, o sea todos los descendientes de Noe, la humanidad. Esta ley consiste en siete mandamientos nada más, no seiscientos trece. O sea, que si fuéramos proselitistas los judíos no haríamos un misionerismo hacia el judaísmo, y ni siquiera hacia los célebres diez mandamientos, lo que propondríamos sería que quien no es judío cumpla con esos siete preceptos, que son casi todos, se podría decir lo más parecido a la ley natural. Los siete preceptos son: 1)no matar, 2)no robar, 3)no cometer incesto, 4)la prohibición de la idolatría, 5)no maldecir a  Dios, 6) tener magistrados de justicia, y 7)no mutilar a los animales. De acuerdo a nuestra Torá, aquel individuo no judío que lleva a cabo los siete preceptos de esta constitución universal, cumple con la voluntad del Todopoderoso según se manifiesta en nuestra Torá y desde la jurisprudencia bíblica tiene derecho a ser residente en la tierra/estado/ de Israel. De la misma forma que cualquier estado soberano exige a sus residentes o turistas acatar ciertas leyes. Claro que aún no se considera judío, no tiene la condición de "ciudadano". Pero tiene el derecho a residir en Israel. Y no solamente eso, sino que de acuerdo al Talmud este individuo no judío tiene parte en el mismo mundo por venir (Olam haBá) prometido al judío. A propósito, de aquí se ve claramente que la diferencia entre un judío y un no judío consiste en que el judío tiene seiscientas seis  obligaciones más que el no judío. No son más derechos, sino más obligaciones. Como lo dice el profeta  “ Sólo a Ustedes elegí de todas las familias de los pueblos dice el Todopoderoso, por eso,  Efkod Aleijem les voy a reclamar todas las cosas que no hagan bien”. El judío está en una situación como la de "Nobleza obliga" que describe Ortega y Gasset, un estado de mayor exigencia.

Un Rabino del siglo pasado, lamentablemente no muy conocido, Rabí Eliahu benAmozeg,  año 1820 a 1890 más o menos, se carteaba con un famoso sacerdote católico francés, Aime Palliere.  El sacerdote le preguntaba constantemente sobre temas de judaísmo y en determinado momento le manifiesta su voluntad de convertirse. Y este Rabino, fiel a la tradición no-misionera del Judaísmo, que no está a la caza de adeptos, lo convence de que no tiene ningún sentido religioso convertirse; que si su deseo es hacer la voluntad del Dios de Israel, de acuerdo a lo que manifiesta la Torá, basta con cumplir las siete Mitsvot de Bnei Noaj, esos siete preceptos universales. Y no hace falta más. No es necesario que el no-judío se haga judío para obtener, lo que se llamaría en otras confesiones "su salvación". En otras religiones no se concibe este tipo de alternativas: uno necesariamente tiene que pasarse a esa religión y ser parte de ella. En el judaísmo no hace falta. Cuando lo que se pretende es hacer la voluntad de Dios, para el judaísmo basta con que el no judío cumpla los siete preceptos de Noaj. Esta es la "alianza natural" del Dios de Israel con la Humanidad.

 

Pasamos al otro tipo de Guer, que es aquel que quiere ser "ciudadano" (en oposición a residente) del pueblo de Israel. Aquel individuo no-judío que no sólo desea hacer la voluntad del Dios de Israel, sino también ser parte del pueblo judío. A éste se lo llama en la literatura Halájica, Guer Tsedek. Las conversiones actuales pertenecen a esta segunda categoría. El Guer Tsedek, por lo tanto, adopta ab initio toda la Constitución. Esa es la gran diferencia con el primero.

Entiéndase bien -y esto lo voy a explicar todo lo que sea necesario- el judaísmo originalmente no es una religión. La Torá no es un manual de fe. La Torá en el hábitat natural es la constitución del pueblo judío. Aquel individuo que pretende ser parte del pueblo  adopta "plenamente" su Ley.

Algo más, aquel que se convierte "legalmente" al judaísmo es judío para siempre, nunca jamás pierde esa condición. Como ya lo sabrán para la ley judía aquel que nace de un vientre judío, jamás pierde su condición de judío. Por más que sea el peor judío, aún si no cree en Dios. Podrá ser un muy mal judío, pero haga lo que haga, jamás perderá su condición judía. Asimismo, aquel que se convirtió legalmente al judaísmo nunca pierde esa condición. Algo similar a lo que ocurre con un ciudadano natural del Uruguay, por ejemplo. Podrá violar toda la Constitución y hasta quemar la bandera nacional, pero aunque sea el peor ciudadano del país, nunca perderá su ciudadanía uruguaya.

Resumiendo, definimos dos cosas hasta acá. En primer lugar que la conversión fue práctica corriente en toda la historia del pueblo judío. Segundo que hay dos tipos de Guerim (conversos).

En adelante vamos a concentrarnos en el segundo tipo de converso, al Guer Tsedek, aquel que se "hace" judío. Vamos a aprender cuáles son las condiciones que tienen que darse para que el pueblo judío y su ley, la Halajá (ley judía) lo acepte como tal o pueda realizar su conversión.

 

 

Capítulo 5: Incondicionalidad

 

No vamos a hablar de todas las pautas técnicas que  tiene que realizar el Guer como el Brit Milá (circuncisión) la Mikvé(inmersión ritual) o la presentación ante un Beit Din que es un tribunal rabínico de admisión. Eso creo que es más conocido y si no lo dejamos para otro día.

Conceptualmente, las condiciones más importantes son las tres que voy a mencionar ahora. Estos son los temas más discutidos y críticos. Mi intención es razonarlos con Ustedes y verificar si estas tres condiciones tienen o no un gran sentido común.

Como ya explicamos, la conversión al judaísmo no consiste únicamente en hacer la voluntad de Dios, para eso es suficiente ser Guer Toshab. La conversión consiste en ser admitido por el pueblo judío, de acuerdo a las normas de admisión que nuestro pueblo estableció hace tantos años.

 

La primera condición que tiene que existir es que la conversión debe ser "incondicional" ¿Qué significa incondicional? Que uno se convierte "exclusivamente" para abrazar una forma de vida y un sistema de valores, distinto al que tenía antes. 

Para comprender acabadamente este concepto valdría la pena recordar ¿qué es una conversión en general?  En realidad el converso a cualquier religión, al darse cuenta o al asumir lo inadecuado de su vida previa, se dirige hacia un nuevo sistema de vida y creencias. Niega un sistema y afirma otro sistema, con nuevos actos y formas de vida.

En este momento no importa si estamos hablando de judaísmo u otra religión. La conversión en sí, universalmente entendida, es revertir un camino. La conversión no es la admisión a un club, o el pasarse de un equipo de futbol a otro. Y tampoco es una cuestión de cambiar superficialmente de fe.

En el caso del judaísmo, además, la conversión se entiende mucho mejor cuando la comparamos con la obtención de una ciudadanía.  Así como en ningún país del mundo se obtiene la ciudadanía por el mero hecho de declarar mi voluntad de ser ciudadano la admisión al pueblo judío tampoco es una mera declaración. Por supuesto que ustedes se estarán dando cuenta que si decimos que la primera  condición es la incondicionalidad, ya caen aquí todas aquellas conversiones que fueron hechas por otra razón que no sea exclusivamente por abrazar al judaísmo. La más común: el casamiento.

Hay otros móviles expresados en la Halajá que impiden la realización de una conversión: Por ejemplo, por razones económicas: en Israel hay decenas de miles de trabajadores extranjeros de Filipinas, Rumania y hasta unos cuantos de Sudamérica que hoy en día estarían dispuestos a que los consideren judíos e incluso pasar por la circuncisión para obtener la ciudadanía israelí y trabajar legalmente en un país del primer mundo. En este caso, tampoco vale la conversión al judaísmo para trabajar en Israel (quizás la solución práctica sería volver al concepto de Guer Toshab, que tenía derecho a vivir y trabajar en Israel, pero eso es otra historia).

Volvemos entonces al concepto más equivocado y al error más trágico que sostiene en este tema el judío medio: la relación entre la conversión y el casamiento. Maimónides, basado en el Talmud explica que la primera indagación "excluyente" que tiene que realizar el Tribunal Rabínico de admisión acerca del futuro converso es si su voluntad de conversión es incondicional. En su libro Mishné Torá, Hiljot Isurei Bia, 13, Halajá 14:  "Bodkim...Im Natan Einav bebat Israel o Im Natna Einea beBajur Israel..." el tribunal rabínico indaga la posibilidad de que quien se viene a convertir "haya puesto sus ojos en una mujer judía" y se convierta para casarse con ella. La Halajá establece que si el Tribunal Rabínico de admisión verifica este móvil, la conversión NO puede tener lugar. La conversión no puede aceptarse como una forma de legitimizar un casamiento mixto. Me voy a explicar: imaginemos el caso de un muchacho judío que no le interesa tanto la continuidad judía, quizás porque suele llevar una vida judía muy superficial y para nada significativa. Por lo tanto no ve muy mal salir con una chica que no es de "la colectividad". No ve ninguna diferencia práctica entre una y otra condición. La chica con él bárbaro. Pero siente que la futura suegra la mira mal, que no la acepta hasta el final. No entiende bien por qué pero se da cuenta que la considera "diferente".  El muchacho, obviamente también siente la presión de sus padres. Si bien no tienen argumentos muy sólidos, percibe que ellos esperaban otra cosa de él. La madre siempre soñó con acompañar a su hijo hasta la Jupá...

Solución: Él habla con ella y la convence de hacer la conversión para ser aceptada por la suegra. "No es difícil", le explica "tienes que hacer un curso, un trámite y nada más". Y si es sólo eso para evitar un conflicto familiar, ¿Por qué no?

Los padres de él aceptan: si no se puede casar con una chica Idishe, ¡Que al menos se case por Jupá!  Los padres de ella, es otro tema. Creo que no les debe ser nada fácil protagonizar el casamiento de su hija de acuerdo al rito de otra religión. Imagínense si fuera al revés. Padres judíos teniendo que entrar con su hija a una iglesia, pararse junto al altar y escuchar al cura invocando para su hija la bendición en latín. Sentir que una hija abandonó la fe de sus mayores. Creo -intuyo- que debe ser muy incomodo y triste para los padres de ella...

Es entonces cuando una "conversión" de este tipo viene a ayudarnos, legitimando o por lo menos dándole la apariencia de un matrimonio judío. Esta conversión es inaceptable  en primer lugar porque no respeta esta pauta elemental que la ley judía establece: no puede realizarse una  conversión con fines de casamiento. Como decíamos, estos móviles impiden la realización de la conversión en la la ley judía ya que no hay una razón genuina y sincera de abrazar nuestra tradición. La conversión, para ser válida, tiene que ser absolutamente sincera o incondicional. Este es el primer requisito.

 

 

Capítulo 6: Conocimiento

Si voy a convertirme al modo de vida de un pueblo y voy a ser ciudadano de ese pueblo, tengo que conocer su cultura, sus leyes, su forma de vida. Tengo que aprender.  En Israel, por ejemplo cuando alguien se quiere convertir pasa por un Ulpán Guiur. Ulpán, es una escuela, y así como hay Ulpán para aprender hebreo, hay otro tipo de Ulpán para aprender a vivir como judío.

Quien se quiere convertir en Israel, como se debe, lo primero que tiene que hacer es estudiar, y el Ulpán es un curso intensivo de seis meses, o un año. Yo he visto los programas y les aseguro que son muy intensivos...

¿Qué se enseña en este curso? El ciclo de vida judío, el Brit Milá, el casamiento, el duelo; las Mitsvot del hombre hacia el hombre, como la Tsedaka, la honestidad, la justicia y las Mitsvot del hombre hacia Dios (que son las que representan la singularidad judía) Casher, Shabat, Tefilá etc. Estos temas se enseñan sin complejos ni prejuicios: el Shabat, no se enseña solamente desde el encendido de las velas, sino en toda su plenitud y alcance.

Al punto tal que después surge esa paradoja que todo el mundo dice, “Aaa!!,  pero la chica/el muchacho convertida/o sabe y cumple más que su pareja judía". Es verdad.

¿Por qué?

Quizás porque algunos padres ponen el grito en el cielo si  se le enseña a su hijo el Shabat o el Cashrut tal como es, no sea cosa que los chicos "se hagan religiosos". Pero una persona que se va a convertir no tiene estos complejos y traumas lo cual le concede la libertad de aprender el judaísmo en el Ulpán Guiur desde toda su autenticidad.

A lo mejor esta observación nos ayuda a comprender la situación paradójica que estamos viviendo en la educación judía ¿no? Y quizás lleguemos a la irónica conclusión de que primero habría que hacer un Ulpán Guiur, en primer lugar, para nosotros los judíos. Un centro de estudios donde estudiemos el judaísmo tal como se presenta a sí mismo, sin complejos ni fantasmas.

Volviendo a nuestro tema :¿Para que se les enseña todo ésto? ¿Para que se le enseña, por ejemplo, el Shabat?. Para llevarlo a la práctica, ya que la intención final es que quien se convierte lleve a la práctica lo que aprende de judaísmo.

 

Capitulo 7: Práctica judía.

 

Tercera condición. La aceptación de las Mitzvot, como regidoras de la vida judía, es el prerrequisito y la finalidad de la conversión. El compromiso a la práctica judía por parte del converso es sin duda el punto más relevante y crítico de todos.  Quien se convierte expresa formalmente su deseo de vivir de acuerdo a las leyes judías que aprendió. Y se supone que principalmente para eso se convierte al judaísmo.

El cumplimiento de las Mitsvot no debe ser visto como un Ticket de entrada al judaísmo, que uno rompe una vez que ingresó.

Antes de examinar las fuentes, les voy a leer una Teudat Guiur, o sea, un certificado de conversión. En este documento -que se supone lee, comprende y acepta la persona que se va a convertir frente a un Tribunal Rabínico de admisión- consta que el converso se compromete a una observancia plena de las Mitsvot, de todos los preceptos de la Torá.

¿Por qué se lee frente a un tribunal? Bueno, esto nos empieza a confirmar el concepto que la conversión no es un asunto "religioso" personal, un cambio espiritual cosmético o una declaración de fe: es todo un tema formal y legal.

Volviendo al certificado de conversión, en el mismo consta la voluntad "desinteresada" de quien se convierte a adoptar la condición de judío y también su compromiso a vivir como tal, a través de la aceptación de todas las Mitsvot o preceptos de la Torá. Desde lo formal y desde lo que se firma, desde lo lógico y desde lo histórico, desde todos los puntos de vista,  la conversión es la voluntad de adoptar la Torá como nueva forma de vida.

Respecto a este punto dice Maimónides, en el capítulo 14 de Hiljot Isurei Bia: "Un converso, aunque haya recibido toda la Torá, menos un precepto (una Mitsvá), no se lo puede aceptar para la conversión"  

Ya se que Ustedes me van a decir que hay judíos- y muchos- que tampoco observan las Mitsvot y por qué exigirle al converso para considerarlo judío lo que no le exigimos al judío para considerarlo como tal. La clave para entender este punto consiste en comprender que la condición judía, una vez adquirida nunca se pierde.

Para que entendamos estos puntos tan sensibles de una manera más clara vamos a tratar de explicarlo con un ejemplo.

 

 

Capitulo 8: Conversión y ciudadanía

 

Como ya lo adelantamos, la conversión judía es comparable a la obtención -en nuestros días- de una ciudadanía, más que a un cambio de hábitos.

Supongamos el siguiente ejemplo: Yo soy argentino y quiero ser uruguayo. Qué pasa si les digo -y supongamos que sea verdad- que yo me siento muy uruguayo:  tomo mate con bombilla torcida, soy de Peñarol y los domingos paseo por la Rambla. ¿Me considerarían ya como uruguayo?  Lo estoy preguntando con la mayor seriedad...¿Basta con que yo me identifique con la cultura del país y me sienta ciudadano para serlo?  O ¿ hace falta algo más? Respuesta: Hace falta algo más: carné de salud, certificado de buena conducta del pais anterior, certificado de trabajo o solvencia economica, y un montón de trámites más. En el mejor de los casos, una vez que hago todos los deberes, primero me darían la residencia, y recien más tarde la ciudadanía legal. Ahora imagínemos que yo hago todos los trámites y el a de mi aceptación como ciudadano legal, me presento ante el juez y le digo: "Señor Juez yo ya pa por todo lo necesario, estudié la historia de Uruguay, de memoria el himno nacional e incluso me aprendí los 332 artículos de la Constitución. Pero ahí tengo un peqeuño problemita... con los artículos 44 y 45 (es un ejemplo teórico...). Le soy sincero, no voy a cumplirlos...¿me acepta igual Sr Juez, rebajándome 2 artículos de la Constitución?"  ¿Ustedes creen que un juez honesto me aceptaría? Pienso que NO. Y q pasa si le digo: "Señor Juez, conozco muchos uruguayos que no cumplen el 44 y el 45 .  Incluso sé de algunos que no cumplen ni el 46 ni el 47 ni el 126 ni el 127, y siguen siendo uruguayos. ¿No le parece injusto?

¿Por qué a ellos sí y a mi no? Respuesta: Cuando uno nace en el país es ciudadano natural. Y esa condición NO se pierde jamás. Haga lo que haga. Podrá ser un muy mal ciudadano, el peor, y quizás vaya preso, pero NUNCA perderá su condición de uruguayo.  Exactamente lo mismo ocurre con la "ciudadanía judía". Si uno nació judío nunca pierde esa condición. Jamás. Aunque uno pueda ser el peor de los judíos... pero quien no nació judío, puede obtener la ciudadanía, únicamente si acepta los 613 artículos de nuestra constitución: la Torá.

Parte del problema conceptual es que hoy desde nuestra aculturación, desde la asimilación, muchos judíos ven la vida judía plena como algo un poco lejano o reservado a círculos religiosos... pero queridos amigos un judío que vive como un judío debería ser lo normal y natural.  Es cierto que nadie nos pod decir que por no cumplir tal o cual Mitsvá dejamos de ser judíos, eso no es a.  Pero cuando alguien se viene a convertir, ahí, sale a la luz lo que nosotros deberíamos ser como judíos, y no somos. Esto es lo que genera la confusión para nosotros -judíos aculturados- respecto a las pautas, aparentemente tan exigentes  para realizar o aceptar la conversión. El problema no es del converso, el problema es el marco: nuestra desjudaización.

Y otra gran confusión: al final los malos de la pelicula terminamos siendo los que defendemos y aplicamos la ley. ¿Qué otra "motivación" tiene un Rabino cuando no acepta una conversión más que su honestidad y su convicción por defender nuestra eterna y sagrada Constitución?

 

Un elemento más a tener en cuenta: hoy en día la validación de una conversión no se relaciona únicamente con ser considerado judío a efectos de casarse. A partir de la creación del Estado de Israel y su ley del retorno que garantiza a todo judío la obtención automática de la ciudadanía israelí -un país del primer mundo- la legitimidad de las conversiones se transformó en un tema con muchísimas implicancias, ya no sólo humanas y religiosas sino también legales, políticas y hasta económicas. Certificar la judeidad hoy es acreditar la ciudadanía israelí. Miren si no hay que tener sumo cuidado y responsabilidad a la hora de validar o no una conversión... Se imaginan si cualquier habitante del planeta pudiera ser ser considerado americano por mera declaración de voluntad o si el gobierno americano o sus representantes tuvieran que aceptar trámites de ciudadanía que fueron hechos ilegalmente sólo porque el damnificado actuó de buena fe....

 

 

Capítulo 9: conclusión:

Después de  haber analizado conceptualmente el tema del Guiur, paso ahora al problema práctico. La tragedia que vivimos acá, en Uruguay que no es muy distinta a la de otras geografías de nuestra diáspora. Muchas buenas personas  o sus hijos viven toda su vida pensando que son judíos, son aceptados en las escuelas judías, han hecho el Bar Mits en comunidades judías, han estado en Israel, en el Majón y hasta en el ejercito y llega el momento de casarse y el Rabino de la Kehilá o de cualquier Rabinato reconocido por la Rabanut haRashit de Israel les dice: no te puedo casar, porque de acuerdo a la Halajá no sos judío.

Pienso que para el joven es un trauma atroz y terrible. Como si se le dijera: ¡sos adoptado! Tus padres no son tus padres. Es todo un cambio de identidad difícil de asimilar positivamente.

Encontrar una solución para estos casos, una convalidación legal de la conversión, no es imposible. Pero no crean que consiste únicamente en un trámite burocrático, en ciertos casos puede consistir en empezar todo de nuevo.

Es importante que todos sepamos y entendamos qué significa una conversión, cuándo y por qué se acepta o no se acepta. Y creo que el primer paso hacia una solución para no seguir profundizando el abismo es frenar las conversiones condicionales, aquellas cuyo único objetivo es legitimar un casamiento mixto.

 

Creo que vamos a pasar a las preguntas, que veo que no faltan

 

 

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 PREGUNTAS DE PÚBLICO

 PUBLICO

 Rabino, yo le quiero hacer una pregunta, ¿Por qué es solamente la ortodoxia la que acepta o no acepta las convesiones? ¿Por q no tienen el mismo derecho los rabinos conservadores o reformistas?

 

  RABINO BITTON

Bueno, no es una pregunta sencilla pero intetaremos explicarlo en pocas palabras. Durante toda la charla evite deliberadamente hablar de "ortodoa" o "conservadorismo" a efectos del Guiur, pues quise hacer valer mis argumentos por el peso de su sentido común y no en la descalificación de tal o cual corriente. No obstante, creo que sería sumamente positivo pensar en primer lugar cuál debería ser considerado el organismo-“referente” con la autoridad suficiente para definir cuándo una conversión se acepta y cuándo no. Yo creo que ese organismo es el Rabinato Central (Rabanut haRashit) de Israel, que es un ente gubernamental, no político del Estado Judío. Creo que es el referente rabínico máximo de cualquier judío sionista. Y creo que así como respetamos la autoridad política de turno en Israel, lo mismo deberíamos hacer en función de este organismo.

 Todos los Rabinos que hemos sido ordenados por la Rabanut haRashit de Israel, y que en gran medida la representamos, sabemos que hay pautas de realización y/o aceptación de conversiones que son las que les expliqué esta noche.

 Hay dos puntos más a propósito de su pregunta: el primero.

¿Por qué un Rabino sí y otro Rabino no? En realidad la pregunta a efectos de las conversiones no tendría que ser "a quién se puede considerar judío" sino más bien "a quien podemos considerar como Rabino". O sea, quién tiene la autoridad religiosa válida para realizar, aceptar o rechazar una conversión.  Para explicarlo le voy a dar un ejemplo: si Usted tiene que hacer una escritura, debe ir a un escribano. ¿Cómo sabe que este escribano está reconocido y que aquello que valida es legal? Bueno, existe un Colegio de Escribanos donde él debe tener su firma registrada. Es más, creo que en ciertos temas, después que el escribano firma y certifica la acción comercial que realizó, Usted tiene que llevar el documento al Colegio de Escribanos donde certificarán la firma de su escribano. El escribano que está "oficialmente reconocido" tiene su firma registrada allí. Me imagino que un letrado que no cumple con los requisitos requeridos no estará registrado en este libro. O si un escribano público, a quien se le confía la legalidad de ciertas instancias muy importantes, no cumple con sus funciones como corresponde se lo borra de este libro y queda descalificado para esa tarea. Bueno, en la Rabanut haRashit hay un libro de firmas donde están registrados los nombres de los Rabinos de la diáspora cuyas firmas están reconocidas por el Estado de Israel. A efectos de certificar la judeidad, el Cashrut, los casos de divorcios etc. Creo que esta sería la instancia más objetiva e indiscutida para saber quién es Rabino.

 Un punto más respecto a las conversiones: Usted dice: ¿Por qué sólo la ortodoxia se arroga el derecho de la conversión? Pareciera como si quisiéramos dividir al pueblo, como si no buscáramos el consenso, sino la división entre los judíos...

 Veamos: Usted sabe que hoy en día hay muchas formas de hacer una conversión. Según las diferentes corrientes. Por ejemplo, en los Estados Unidos hay judíos reformistas que hacen conversiones por Fax. Se llena una solicitud declarando la voluntad de ser judío y automáticamente queda considerado judío. Hay reformistas más estrictos que exigen que el interesado se presente personalmente y no aceptan la conversión hecha vía Fax.  Los  conservadores a su vez, exigen un curso intensivo de judaísmo para convertirse y por supuesto que no aceptan la conversión por Fax ni tampoco aquella que consiste en una presentación personal donde sólo se declara la voluntad de ser judío. Por su lado, como explicamos extensamente esta noche, los Rabinos ortodoxos sólo aceptan la conversión cuando ésta es incondicional y con el propósito de abrazar el judaísmo. Esta es la única conversión aceptada por todos.  Es el único proceso de conversión reconocido en  Inglaterra, Estados Unidos, Israel, Sudáfrica etc, etc. Es la conversión que goza de un  consenso total, ya que cumple con todos los "standards" halájicos. ¿Quiénes son entonces los que buscan el disenso? Si existiera la voluntad sincera de que no hayan divisiones en el pueblo judío deberíamos optar por el tipo de conversión mas consensuado...  ¿No le parece?

Un último punto respecto a la aceptación de conversiones: tengo entendido que muchos reformistas y conservadores honestos a la hora de realizar la conversión le notifican al interesado que esta conversión no es aceptada por la Rabanut haRashit de Israel. Sería ridículo pretender años después, que esa conversión sea aceptada por un Rabino ortodoxo. ¿Verdad?

 

 

  PUBLICO

   Hace treinta o cuarenta años atrás en el Uruguay, cuando había un casamiento mixto era mirado como si fuera un hecho fuera de lo común, algo raro. Pero en la medida que fueron pasando los años y nos acercamos a esta época ya es algo lamentablemente bastante frecuente... No se los porcentajes que hay, pero se elevaron en forma considerable, y mi pregunta es esta, ¿Cómo hacer para convertirse al judaísmo? Esa es la pregunta clave. Porque hablamos de Israel y del Ulpán Guiur, pero alguien que no vaya a Israel, y que viva en Uruguay, ¿cómo hace para convertirse al judaísmo?.

  

   RABINO BITTON

 

   La pregunta que yo le tengo que preguntar a Usted es a efectos de qué quiere convertirse, independientemente del lugar de la conversión. Si usted me dice que ese alguien quiere convertirse para casarse con un judío, le voy a decir que no se aceptaría, ni acá ni en Israel.

 

Ahora, si es para abrazar el judaísmo, sin ninguna otra intención que el sincero deseo la de ser y vivir como judío, la pregunta del dónde hacer el Guiur es casi secundaria, es un punto técnico. Lo más conveniente y consensuado, obviamente, sería que fuera en Israel. En este caso, el individuo interesado podría "prepararse" y estudiar en la diáspora y realizar su conversión en Israel. Lo principal es saber si la conversión es sincera y con la finalidad y el deseo de vivir como judío. Vale la pena la aclaración: no dije para vivir como los judíos, sino para vivir como judío. Mucha gente, con no poca lógica, pregunta: pero yo me convertí y no llevo una vida menos judía que la mayoría de los judíos que conozco... En otras palabras: vivo como los judíos. Por eso decía que vale la pena omitir el artículo para entender mejor la naturaleza de una conversión...

Al respecto, una de las autoridades rabínicas mas importantes de este siglo, el Rab Moshe Fainstein z"l, decía que el verdadero problema para la realización de las conversiones en muchas ciudades de la diáspora es la falta de un ambiente de observancia judía adecuado, al cual el converso, naturalmente, debería adaptarse. La falta generalizada de una observancia tradicional genera la ausencia del modelo de referencia que debería tener el converso para encauzar su vida judía.

 

   PUBLICO

Rabino, yo he escuchado en su charla decir que el judaísmo no es una religión, y recién al explicar unos conceptos lo comparó con la ciudadanía en varias oportunidades, y dijo que la conversión sería lo mismo que si alguien quiere la ciudadanía de un país. Por otra parte reafir que cuando se es judío por conversión nunca se pierde la condición de judío, pero si se puede perder la ciudadanía de cualquier país, en muchos países hay determinadas causas que hacen perder la ciudadanía, entonces un poco no es tan así, no se si se puede comparar...

 

   RABINO BITTON

   Efectivamente, algunos aspectos del judaísmo, y muy especificamente este tema de la conversión, se comprenden mucho mejor como ciudadanía que como religión. Para entender este concepto El problema es concebir una "ciudadanía en el exilio". Como es el caso judío. Si quieren, aunque un poquito nos desviemos del tema se los trataré de explicar. ¿Ustedes se consideran judíos de la diáspora?  Si la respuesta es afirmativa entonces el judaísmo no es una religión. ¿Me explico? "Judío de la diáspora"  significa tener una relación política con otro país. Y una religión común excluye la idea de territorio y mucho menos de Estado. En la Torá estos conceptos van juntos. En la concepción sionista también.   

   En realidad en 1840 -y a partir de la consolidación de los nuevos derechos de ciudadanía a los que por primera vez accedian los judíos de Europa- un grupo no pequeño de judíos, sedientos de gozar de estos nuevos derechos e ingresar en la sociedad abierta, "inventan" el concepto de "religión" judía. La llamaron "Religión Mosaica". Ellos se consideraban de ciudadanía alemana plena, pudiendo beneficiarse de todos sus derechos, pero profesaban la Religión Mosaica. ¿Cual era la diferencia básica entre la Torá original y la religión mosaica?

   Habían dos grandes diferencias. La primera era que ellos tomaban de la Torá únicamente sus preceptos humanistas, o sea, aquellos principios que gozaban y gozan hasta el día de hoy, de un consenso universal. De esta forma podían "practicar" el judaísmo y no serían ni se verían distintos al resto de la sociedad. Así es como comenzó, obviamente la asimilación: si no hay elementos singulares judíos que mantener  ¿por qué no ser directamente como ellos? y en realidad comenzó una ola de bautismos que abarco virtualmente a todos los líderes de la reforma y a sus descendientes.

   La segunda diferencia es la que se relaciona con su pregunta: estos judíos declararon expresamente en 1842 (en uno de los primeros congresos de judíos reformistas celebrado en Frankfurt) que "renunciamos a todo anhelo a regresar a Palestina o esperar un Mesías que nos conduzca allí, porque no tenemos otra patria más que nuestra amada Alemania". Se suponía que Alemania iba a proteger sus derechos como ciudadanos alemanes. ¡Qué ironía! ¿Verdad? Una de las primeras mediadas que tomaron fue borrar de los libros de Tefilá (oraciones) toda alusión a Israel, Jerusalem o conceptos como diáspora o redención.

  Se le quitó al judaísmo la dimensión política o nacional que siempre tuvo. Cuarenta años más tarde, de alguna manera el Sionismo recuperó esta dimensión.

  No obstante, muchos judíos distraídamente todavía son víctimas de esta confusión. Pero insisto, si un judío se considera en la diáspora o se siente sionista declara al judaísmo como algo más que una religión...

   Un punto más: los judíos jamás en la historia tuvimos reclamos territoriales en ninguna tierra, y ¿por nde no pasamos nosotros los judíos? Llegamos a España, como consta en la Mishná, antes del surgimiento del cristianismo. Estuvimos en todos los paises de Europa y nunca un reclamo territorial, ¿por qué?, porque siempre nos consideramos miembros de la nación hebrea en el exilio. Les cuento una joyita de nuestra historia: los primeros judíos que llegaron a América eran sefaradíes, vinieron de Amsterdam a New Amsterdam (Nueva York), y ellos sin absolutamente una pizca de inocencia acuñaron el término “american-jews”. ¿Cómo se dice en ingles  "italiano nacido o nacionalizado en  Norte América? Italo-american. ¿Cómo se le dice al individuo de raza negra nacido en los Estados Unidos? Afro-american. Y lo mismo, los polacos, Polish-american, los chinos etc etc. Todos menos uno: American jews. ¿Por que?  Porque en american-jew, "judío" funciona como sustantivo, americano como modificador o accidente geográfico...  Aunque no agotamos el tema ¿Ahora queda un poquito más claro por q no es una religión, señora?

  Y respecto a su segunda pregunta, ratifico que en todos los paises occidentales, que yo sepa, la ciudadania NATURAL no se pierde jamás. Ahora bien, la ciudadanía legal, la obtenida por alguien que no nació en ese país, creo que sí se puede perder, en ocasiones extremas. En cuanto al judaísmo, como usted lo señaló, esta ciudadanía obtenida -la conversión legal/Halájica- no se pierde jamás.

 

 

PUBLICO

Yo pertenezco a la Comunidad Sefara, y nosotros tenemos nuestros propios problemas en el tema de las conversiones, que no es el momento de relatar. Pero entiendo que la Kehilá, o sea, la Comunidad Israelita del Uruguay, que es en cierta manera una comunidad "madre" debería ser más pluralista y tener en cuenta a los que siguen una linea conservadora, por ejemplo... más aún como Usted sabe muy bien , Rabino, la Kehilá no es una comunidad religiosa. ¿Por qué entonces está alineada de forma exclusiva con la ortodoxia y no acepta a otras corrientes judías?

 

 

RABINO BITTON

Bueno, su pregunta caballero no es fácil de responder. Pero trataremos de esbozar una respuesta, aunque sea en pocas palabras.

En primer lugar, si bien es cierto que ésta no es una comunidad de judíos observantes yo creo que conceptualmente es una Kehilá ortodoxa. Siento que en su gran mayoría nuestra gente es muy respetuosa de nuestra tradición. Y por el otro lado no veo que exista un movimiento conservador militante. No creo que haya en la Kehilá algún representante de una ideología conservadora seria. Y digo esto porque conozco muy bien los principios del movimiento conservador y sé que, a su manera, incentivan el cumplimiento de las Mitzvot, el estudio de la Tora, etc. Y me parece que quienes critican a la ortodoxia no lo hacen desde una ideología conservadora sino desde un profundo laicismo y sólo "se sirven" de algunos elementos propios del movimiento conservador, como por ejemplo la conversión fácil, para legitimizar reclamos sobre los matrimonios mixtos. En otras palabras, no se trata de una confrontación de ideas entre la corriente A y la corriente B. La confrontación se da entre los que piensan que el camino de la continuidad es la educación judía auténtica y aquellos que se oponen a todo lo que huela a religión.

En segundo lugar, el Rabinato de la Kehilá, como cualquier Rabinato del mundo debe guiarse por ciertos criterios uniformes, que marquen una normativa judía definida y protejan los valores judíos que nuestros mayores nos dejaron "en custodia".

En este sentido creo que no hay que confundir pluralismo con anarquía, y deberíamos respetarlo mientras la norma sea la misma para todos y quien la aplica lo haga con la integridad que esto amerita.

Respecto a por qué la ortodoxia en la Kehilá, sumado a lo que ya expliqué acerca del consenso, entiendo también que el ánimo de los fundadores de esta Comunidad fue mantener el criterio halájico tradicional para todas las instancias claves de la vida judía, y creo que esto nadie lo cuestionó. Con el tiempo, mantener el criterio ortodoxo en las determinaciones del Rabinato, significó también alinearse en las definiciones claves con el Rabinato oficial de Medinat Israel. Y ésta, como Usted sabe, es una Comunidad profundamente Sionista. Fijese, por ejemplo, que como Institución sionista, toda actividad que hace oficialmente la Kehilá tiene en cuenta el respeto del Cashrut y del Shabat. Por lo tanto, los criterios que la instancia religiosa superior en Medinat Israel aplica para la definición de judeidad, es la que aplica el Rabinato de la Comunidad Israelita del Uruguay. De manera que quien sea considerado judío por nosotros, será igualmente considerado por ellos. Creo que es un criterio bastante sensato y coherente con el espíritu sionista de esta Kehilá. Imagine Usted lo incoherente que seria si los casamientos que hace la Kehilá, los divorcios, y demás no fueran reconocidos por la Rabanut de Israel. ¿Se imagina Usted el caos...? ¿Se imagina Usted esa situación, absurda para una comunidad "sionista"?

Quiero pensar que esto lo saben todos nuestros líderes políticos y creo que el fondo de toda la discusión que a veces se presenta en nuestra Kehilá respecto a este tema se debe a que algunos de nuestros líderes políticos han tirado la toalla a la hora de enfrentar el tema matrimonios mixtos . Y piensan que la solución pasa por modificar las reglas de juego, porque se sienten incapaces de modificar la realidad. Y estoy de acuerdo en que la situación es difícil y que es un tema delicado que afecta directa o indirectamente a la mayoría de las familias de la Kehilá. Pero las circunstancias adversas requieren una visión inteligente y de largo alcance. No se trata solamente de de apagar un incendio sino de como crear todos los mecanismos para en un futuro cercano evitarlos detectarlos e impedirlos a tiempo. La solución no pasa por las presiones. Ningún Rabino íntegro, cuya función es enseñar, aplicar y proteger la Torá va renunciar a los principios que le fue encomendado defender. Y quizás sea hora de probar la receta milenaria del Idishkait, que fue la primera que descartamos a la hora de educar.

Nuestra asignatura pendiente, como Kehilá, es cómo transmitir una singularidad judía significativa, que genere en el joven una necesidad "existencial" de continuidad. Pienso que es posible lograrlo. Pero lo primero es que ubiquemos al problema sin dar mas vueltas y salgamos a luchar juntos para vencerlo. Cada uno debe actuar desde su conciencia, sin duda, pero no permitamos que en nombre de un "pluralismo" cada soldado desarrolle una estrategia distinta, porque así las fuerzas, que no sobran, se diluyen y la batalla se pierde.

 

 

 

PUBLICO

¿Por qué no se le da una oportunidad a los que se convirtieron según Usted "mal"? ¿Por qué restar en lugar de sumar? ¿Por qué se los excluye y no se les da una chance de hacer las cosas bien?

 

RABINO BITTON

El punto de partida para esta tema es que creo que en la Kehilá nadie puede hablar seriamente de una política de "exclusión". Todo el que quiere pueden aprender cómo es una vida judía plena. Tenemos varios cursos en la semana, aquí, en el CEJ o en la Bnei Berit, que son absolutamente abiertos. Nuestras Sinagogas están abiertas de par en par, para quien quiera rezar o aprender a rezar como judío. Jamás se le negó la entrada a nadie, a un curso de judaísmo o al Templo.

Admito que a quien no es reconocido por la Halajá como judío le está impedido realizar un casamiento ortodoxo o un Bar Mitzva ortodoxo o subir a la Torá en un Templo ortodoxo, ya que su conversión no es válida para la ortodoxia.... hecho que el mismo converso lo sabe a la hora de elegir su conversión, pues como ya comenté antes, a quien se convierte por una vía determinada se le informa de antemano dónde está reconocidad y aceptada y dónde no. Es ridículo que normas religiosas o legales sean interpretadas como reglas de discriminación o exclusión. Es como si yo, argentino, me quejara de que el gobierno uruguayo me excluye al no permitirme votar o no habilitarme para trabajar "sólo" porque para la Ley no tengo la ciudadanía en regla.

 

 

PUBLICO

¿Pero mi pregunta, Rabino, es cómo se puede solucionar? ¿Como puede alguien revalidar su conversión?

 

 

RABINO BITTON

En pocas palabras: si quien se convirtió lleva en la actualidad una vida judía de observancia, la convalidación es bastante sencilla y accesible. Ya que los conocimientos prácticos previos seguramente los tiene y su observancia es un motivo más que válido para justificar su deseo de convertirse como corresponde. Aquellos que se convirtieron por conveniencia o por necesidad de ser aceptados por la familia es posible que con el tiempo se sientan atraídos genuinamente por el judaísmo, y si bien eso no los hace automáticamente judios, cuando la motivación es sincera y para llevar una vida judía plena, se podría decir que la puertas están abiertas para todo el que quiera regularizar su situación. Como ya les dije, va a depender del deseo y la convicción de vivir una vida judía plena, tal como figura en el propio certificado que firmó. Si no, será necesario empezar todo de nuevo.

En cualquier caso, las puertas del Rabinato están abiertas para todo aquel que quiera informarse o recibir una orientación acerca de este tema.

 

 

  Quiero terminar diciendo que la solución para todo este conflicto no es fácil ni corta. Pero tampoco es imposible. Yo creo que tenemos que hacer varias cosas, si quisieramos honestamente recomponer esta situación.

  Lo primero es sincerarnos, llamar a las cosas por su nombre: definir cuándo hablamos de conversión real y cuándo de legitimizar un matrimonio mixto. 

 

  Segundo: terminar ya las conversiones no consensuadas por todos los sectores de  este Ishub. Ya que de otra forma seguiremos generando con nuestras propias manos divisiones muy profundas en nuestro pueblo. Que como ven, luego son muy dificiles de subsanar y recomponer.

Y tercero y principal: comenzar a educar a nuestros jóvenes sin complejos, ni prejuicios fantasmas. Transmitirles los elementos que nos hacen singulares como judíos. ¿Qué es singularidad? El conjunto de valores y hábitos que nos identifican y nos individualizan. Y que si resultan significativos, le darán sentido y ennobleceran nuestra existencia.

 

Valores que si los percibimos como importantes, habrán buenas razones para preservarlos, para vivirlos en nuestro núcleo familiar y para transmitirlos a nuestro hijos.

Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.

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