Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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BeShem H' El Olam |
Respuestas a Preguntas
Consultas recibidas
"¿Es cierto que no se debe mezclar para cocinar carne con leche?"
de Mendoza - Argentina
"¿Por qué no se puede comer pollo u otra ave con leche, como si el pollo fuera un mamífero? ¿Por qué sí se considera el pescado parve?"
de Medellín - Colombia
"¿Por qué no precisa el pez pasar por la matanza ritual para ser considerado casher?
de Laredo - EUA
Respuesta
Gracias amigos, por preguntas tan interesantes.
La Torá reglamenta qué está permitido y qué está prohibido para el
consumo por parte del judío.
No es el tema de sus interrogantes el kashrut en general, que ya ha sido tratado
en otras oportunidades, así que si desean más información, busquen en este
sitio otros artículos.
Vamos al punto primero.
Parte de la "dieta" alimentaria judía incluye una triple prohibición
acerca de la leche animal y sus derivados, mezclada con carne y sus derivados
(de ahora en más, mencionados aquí sólo como carne y leche, si no se
especifica otra cosa).
Esta triple prohibición es:
de cocinar,
o comer,
u obtener beneficios-
de la mezcla antedicha.
Esto lo aprendieron nuestros Jajajim de la tres veces repetida frase en la Torá:
"No cocinarás el cabrito en la leche de su madre".
(Shemot / Éxodo 23:19; Ibíd.. 34:26; Devarim / Deuteronomio 14:21)
Estudiemos esto muy sucintamente.
Nuestros sabios primero debieron explicar cuál era el significado de la palabra
"cabrito".
La Torá utiliza la voz guedí, que en hebreo significa cabrito, tal cual
la traducción conocida y que aquí presentamos.
Pero, en la Torá cuando se quiere hacer mención al cabrito (propiamente dicho)
no se usa sólo la voz guedí, sino que se la acompaña con izim (ovejuno).
De esta corroboración lingüística, entendieron los jajamim que la mención de
guedí sin el acompañamiento de izim no aludía específicamente
al cabrito, sino a todo animal cuadrúpedo de los permitidos para su ingesta
(básicamente: rumiantes de pezuña hendida, sacrificados y procesados de
acuerdo a la Halajá).
Y de esta conclusión, surge una segunda derivada: si es toda carne de bestia
permitida, se sobreentiende que es toda leche de especie apta.
Y como en general, (pues recordemos que la leyes son dictadas en todo sistema
legal para la generalidad y no para los hechos particulares, a no ser que sea
una ley específica) no conocemos la procedencia ni de la leche ni de la carne
que usamos en nuestros víveres, la prohibición se extendió a toda leche y
toda carne (ambas de las especies y condiciones permitidas).
Y si un granjero dice que sabe que esa leche que tiene en un jarrón es de la
vaca "Daisy", y el filete es de la oveja "Molly", no afecta
a la prohibición, pues como dijimos, la mezcla queda vedada en todos los casos,
por no considerar esta ley la condición particular de cada persona y su
situación.
Por lo tanto, la mitzvá en principio se interpreta como:
prohibición de cocinar carne en leche.
Cuando la Torá menciona un poco más adelante la misma contravención,
evidentemente tenía otro objetivo en vista.
Según los jajamim:
la prohibición de comer de la mezcla de carne y leche.
Y si es así, ¿por qué la Torá no lo dice textualmente?
¿Le costaba mucho a Dios dictarle a Moshé: "y no comerán carne (o
cabrito) en leche"?
De acuerdo a lo que explican los sabios, en líneas generales (y en el texto de
la Torá especialmente) el comer es un hecho placentero o satisfactorio (aunque
no produzca placer sensorial, produce (en la mayoría de los casos)
satisfacción fisiológica o emocional, ¡incluso en las personas que padecen
las tan modernas enfermedades de la alimentación!).
Supongamos que una persona ingiere carne con leche y le desagrada o perturba,
por la razón que sea, entonces, ¿estaría transgrediendo el mandato divino, o
no, si este fuera expresamente sobre "comer"?
Algunos podrían argumentar que no, ya que como dijimos, comer implica
satisfacción, y, si no hay satisfacción, entonces, no habría pecado.
Por lo tanto la Torá no usa la palabra "comer", sino que repite
"cocinar".
Para dejar en claro que no importa si satisface, o no, al que come lo que come;
sino el acto mismo de comer la mezcla de carne y leche.
Al dejar asentada esta prohibición de comer, se justifica la tercera:
la prohibición de beneficiarse de la mezcla de carne y leche.
Pues como dijimos, comer es satisfacción, que es igual a beneficio.
Entonces, se podría preguntar: ¿no sobra una tercera mención en la Tora,
la de Devarim?
Si con las dos primeras menciones los jajamim descifraron las tres
prohibiciones, ¿para qué una tercera vez la Torá repite exactamente lo mismo?
Contestemos, que es el método para reconocer la fiabilidad de la
interpretaciones rabínicas.
Recordarán que dijimos que "comer", en el pensamiento judío, es
sinónimo de esa acción y de satisfacción.
Si la Torá hubiera usado el vocablo "comer", entonces, la tercera
referencia es accesoria y redundante.
Pero, como la Torá no usó explícitamente la palabra "comer",
entonces era necesario que se repitiera "cocinar", para que la
explicación de los sabios tuviera dos bases para sostenerse: una base para
"comer" y la otra para "satisfacción".
¿Es muy complicado?
Pues, así es la Torá escrita en su íntima relación con su "otra"
parte, la Torá oral.
En definitiva, hasta aquí tenemos la fuente para la prohibición de carne
(de animal permitido) mezclado con leche (de animal permitido).
Así pues, la primera de las interrogantes está contestada.
Vayamos a las aves.
Las aves que están listadas como permitidas (por.: pollo, pato, ganso, paloma,
etc.), ¿por qué no se permite su
consumo,
cocinado,
beneficio,
junto a la leche y sus derivados?
Si jamás las aves - madres dan leche, ¿no es ridículo incluirlas en la
prohibición de la carne del hijo con la leche de su madre?
Durante siglos no existió esta prohibición que rige desde hace unos dos mil
años.
Evidentemente que la mezcla de aves y leche es una negación rabínica y no de
la Torá, no hay quien lo pueda discutir.
Los jajamim promulgaron muchas leyes (que tienen similar peso legal que
las de la Torá) con el fin de crear "cercos protectores" en torno a
las mitzvot.
En otra ocasión explicaremos estos "cercos".
Por ahora, atengámonos al ave en leche.
Los jajmim consideraron que si bien la prohibición de la Torá no se aplicaba
directamente a las aves, era necesario promulgar un decreto que prohibiera eso.
Pues, las personas desprevenidas podrían confundirse viendo a alguien comer
carne de pollo (por ejemplo) mezclada con leche, y suponer o que el que comía
estaba pecando; o que comer carne con leche era permitido.
Para no inducir ni a las falsas acusaciones, ni al error del desprevenido, es
que se vedó la carne de ave mezclada con leche, tal como si fuera carne de
bestia.
Por eso en la actualidad no es casher mezclar estos dos tipos de alimentos.
El pescado apto (con aletas y escamas) no es cárnico ni lácteo, es parve
(neutro).
No hay prohibiciones ni de la Torá ni de los jajamim al respecto.
La razón del silencio de la Torá, sólo Dios la sabe.
Los jajamim nada argumentaron, pues les resultaba evidente que es muy difícil
que alguna persona se confunda con la carne de pescado y crea que es carne de
bestia, cosa que sí puede ocurrir con la carne de ave.
Entonces, pescado es parve.
(En este artículo de respuestas no tratamos todos los tópicos que hacen a un
alimento o utensilio cárnico o lácteo, únicamente estamos respondiendo las
preguntas arriba trascritas. Hay numerosísimas halajot al respecto, complicadas
y largas de enumerar y explicar).
Y ya que estamos con pescados, veamos porque no deben pasar por la shejitá
(matanza ritual) para ser aptos para el consumo.
Esto ordena la Torá:
"Tampoco comeréis sangre, ni de aves ni de bestias, en ningún lugar en que habitéis." (Vaikrá / Levítico 7:26)
Tenemos pues la obligación de eliminar hasta el máximo la sangre de aves y
bestias de las que queramos comer.
La Torá para nada menciona a los peces o a la langosta (insecto) permitida.
Por causa de intentar limpiar todo rastro de sangre es que para que la carne sea
realmente casher debe pasar por diversos procedimientos, antes de llegar a la
olla o sartén y antes de entrar a la boca del judío. Todos estos no los
diremos aquí. Tan sólo mencionaremos el primero de todos en esa larga cadena,
que es la shejitá.
Esta tiene como objetivo principal que del animal degollado drene la mayor
cantidad de sangre al momento de su muerte.
Como motivo secundario, respetar la dignidad del animal presto a morir, haciendo
de su muerte un hecho veloz y con el menor salvajismo y dolor posible.
El pez capturado puede ser muerto como mejor uno prefiera (siempre considerando
la dignidad debida a la víctima), pues, la Torá nada ordena al respecto.
Como segunda explicación posible, y accesoria, los peces en general poseen
menor cantidad de sangre que los animales terrestres permitidos para consumo.
Por lo cual, aunque no hubiera un pasuk que nos lo diera a entender, podríamos
inferir esto de esta realidad.
Una última reflexión.
La finalidad expresada por la Torá para el kashrut es la santidad de la vida.
Estas leyes de la Torá, los cercos de los jajamim, y nuestra propia conducta
son los caminos para llegar a tal fin.
Si alguno de ellos nos parece excesivo, pues, adelante igual, no pasaremos
hambre, y si creceremos por el esfuerzo de alcanzar algo más difícil, y por el
mérito de saber que estamos haciendo bien las cosas.
BeTehavon y LaBriut (buen provecho y por la salud) amigos.
Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.
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Las citas tanájicas son extraídas del CD "DARJEY NOAM - TANAJ"
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