Recibimos y agradecemos este texto:
Verdad silenciada:
"pacifistas" protegen tiranos e incentivan guerras
Marzo 28, 2003: Libertad Digital, Madrid.
Marzo 28, 2003: Editorial de Ambito Iberoamericano, Madrid.
La Historia consignará con severidad el gigantesco costo social, humano y
político del activismo de los mal llamados "pacifistas"
Los denominados movimientos "pacifistas", articulados por las izquierdas,
con su silencio cómplice han contribuido decisivamente a proteger a los más
feroces tiranos de los siglos XX y XXI, desde Adolfo Hitler y Stalin,
pasando por Fidel Castro, Pol Pot y Kim Jong Il, hasta Saddam Hussein. Con
su nefasta fórmula política de "ceder para no perder", hicieron que varios
de esos dictadores sintieran el camino libre para incrementar las actitudes
belicistas contra países y continentes, además de esclavizar a sus propios
pueblos.
A fines de la década de 1930, fueron los "pacifistas" ingleses y franceses
que, con el pretexto de evitar la guerra con Alemania, presionaron a la
opinión pública de sus respectivos países a ceder ante el anexionismo de
Hitler en Austria y otros territorios de lengua alemana pertenecientes a
Checoeslovaquia ("Suddentenland"), Polonia ("corredor" de Dantzig), etc.
Esos "pacifistas" respaldaron a sus respectivos mandatarios, Chamberlain y
Daladier, en su actuación entreguista ante el déspota alemán. No en vano
Winston Churchill, el gran estadista inglés, increpó a Chamberlain
diciéndole: "Vd. tuvo para escoger entre la vergüenza y la guerra; escogió
la vergüenza y tendrá la guerra". De hecho, después de tantas vergonzosas
concesiones, llevadas a un auge en el pacto de Munich, que reconocía como
legítimas las usurpaciones de Alemania, ésta invadió Polonia, desencadenando
la Segunda Guerra Mundial, que tuvo un saldo de 60 millones de muertos. En
la década de 1970, la entrega por el gobierno norteamericano de varias
naciones del sudeste asiático a los comunistas -que impulsaron
indescriptibles masacres de millones de civiles inocentes, como en Camboya-
fue en buena medida precipitada por las presiones "pacifistas". Otros
ejemplos históricos podrían ser mencionados.
En estos días, las complejas circunstancias de la guerra en Iraq no nos
impiden señalar similares y censurables contradicciones de movimientos
"pacifistas" occidentales que, con el pretexto de condenar la guerra,
levantan una cortina de humo sobre la dictadura de Saddam Hussein, sobre las
condiciones de miseria y opresión del pueblo iraquí, así como sobre el
peligro que dicho régimen representa para la paz regional e internacional.
Como ya ha sido denunciado, esas manifestaciones "pacifistas" que se
esparcen por el mundo fueron previamente articuladas en el reciente Foro
Social Mundial de Porto Alegre, un gigantesco catalizador de fuerzas
revolucionarias sobrevivientes del comunismo.
Esos mismos "pacifistas" que lloran únicamente con el ojo izquierdo, no sólo
hacen silencio sobre los crímenes del régimen dictatorial iraquí, sino
también sobre la embestida represiva lanzada en estos días por Fidel Castro
contra los opositores y periodistas independientes; las crueldades de las
narco-guerrillas colombianas; las violaciones de derechos
político-religiosos en países comunistas como China, Cuba y Corea del Norte;
las persecuciones contra los cristianos en países musulmanes; el despotismo
procastrista del presidente venezolano Chávez; la violencia fratricida de la
ETA, en España, etc.
Es sintomático que en los Estados Unidos entidades organizadoras de
manifestaciones anti-guerra, como "Workers World Party" y su entidad de
fachada "Answer" (a un costo estimado de 200 mil dólares por manifestación),
tienen en su currículo iniciativas de apoyo a la Cuba de Castro, el Iraq de
Saddam y la Corea del Norte de Kim Jong Il, como mostró el periodista Dan
Springer, de Fox News. En España, manifestaciones de los mal llamados
"pacifistas" recurren a la violencia, atacando sedes del partido de gobierno
y causando grandes destrozos en bienes públicos. Según acaba de denunciar un
editorial de Libertad Digital, se presencia en España un resurgimiento del
"tradicional sectarismo jacobino", con "métodos violentos" usados por la
"extrema izquierda totalitaria" que están contando con el apoyo, por acción
u omisión, de la Izquierda Unida (IU) y del Partido Socialista Obrero
Español (PSOE) . En Inglaterra, Ahmed Chalabi, del Congreso Nacional Iraquí,
en el exilio, denunció que los activistas supuestamente pro-paz quieren
"prolongar la vida de Saddam y la miseria del pueblo iraquí". En Italia, el
periodista Ernesto Galli, en artículo de primera página en el Corriere della
Sera, llama la atención sobre la enorme "capacidad" de los llamados
"pacifistas" de ese país para "manipular la realidad", poniendo como ejemplo
el uso "masivo" en las manifestaciones de retratos del guerrillero
cubano-argentino "Che" Guevara, que está siendo presentado como un símbolo
del "pacifismo" cuando en realidad, por su crueldad, fue lo contrario de la
paz. Como observó otro periodista italiano, Elio Bromuri, director de
comunicación de la Arquidiócesis de Perugia, líderes "pacifistas" italianos
son guiados por "una ideología que de pacifismo sólo tiene el nombre".
Pasados los climas emocionales creados artificialmente por las izquierdas
(con la colaboración de no pocos medios de comunicación), que obnubilan la
razón y el sentido común, la Historia sin duda consignará con severidad e
indignación el gigantesco costo social, humano y político del activismo de
los mal llamados "pacifistas". La causa de la paz es demasiado importante
como para dejarla en las manos de éstos.
Por fin, es preciso no confundir a los pacifistas con los pacíficos. A estos
últimos, Jesucristo prometió un premio admirable: "Serán llamados hijos de
Dios". Los pacíficos son aquellos que aman la verdadera paz, definida por
San Agustín como "la tranquilidad del orden". Por el contrario, los
pacifistas, si hablan de paz, es como un pretexto para engañar e inmovilizar
a los pacíficos, partidarios del orden.
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