3. Incluso si no está en obligación personal de decir las birkot hashajar, como por ejemplo si no oyó el canto del gallo al amanecer, o no se vistió el cinto, o no anduvo; debe bendecir, pues la bendición no es por un aspecto personal, sino que con la bendición reconocemos que el Santo bendito Sea crea las necesidades y las satisfacciones correspondientes.
Esta es la costumbre, y no hay que variarla.
Por lo tanto, también el sordo bendice hanoten lasejbi bina, aunque no oiga al gallo. Y el ciego dira pokeaj ivrim, y el enfermo que no puede moverse de su lecho también dirá estas bendiciones matinales.

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