1. Antes de que pronuncie las bendiciones matinales en su casa, deberá inspeccionar que el lugar esté limpio de todo lo que sea oportuno apartarse, tal como excrementos de personas o animales, u orines, así como de todo lo que produce pestilencia. También deberá cerrar las puertas del excusado, y verá que no haya en las cercanías de una vasija nocturna, ni que haya personas (incluso niños) desnudos. Tampoco que haya personas vestidos de forma no pudorosa, mostrando partes corporales que deberían permanecer cubiertas por recato, ni que pueda haber cualquier distracción de índole sexual. Que sea precavido con la limpieza y con el orden apropiado, es el objetivo.

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