Claves: Israel, israelita, israelí, judío, vida, muerte, ultratumba, más, allá, paraíso, Eden, Gan, Sheol, Gehena, infierno, Presencia, Shejina.

Shalom.
Gracias por su amable interés.

Me parece que está usted mal informada, pues es parte del judaísmo tradicional la creencia de que la vida en Este Mundo no finaliza, sino que se continúa en la Otra Vida.
Muere el cuerpo, lo físico retorna a lo material, pero el alma no fenece, ni se extingue, sino que se reintegra a la Fuente de toda Vida.
Es más, nuestros santos Sabios precisamente nos hablaron con alegoría al decirnos que la recompensa de la Otra Vida es gozar de la Presencia del Eterno por toda la eternidad.
Pero, además, para reconocer y alabar la Presencia divina un judío fiel no debe morir, pues, está acostumbrado a reconocer a Dios en cada ocasión, en Esta Vida... eso es lo que nos habilita a luego, en el paraíso, poder gozar a plenitud de Su Presencia.

En cuanto a la conclusión de su pregunta, cuando dice: "adorar su obra"; eso sí es por completo ajeno y extraño al judaísmo. Pues, el único que debe ser adorado es el Eterno, Uno y Único, Dios de Israel, Creador y Padre de todo lo existente.
Así que, indudablemente, ni en Esta Vida, ni en la Vida Eterna estaremos ordenados (y dispuestos) a adorar a otro que no sea Dios, pues adorar a otro es idolatría, que es sinónimo de mentira, estafa y traición.
Adorar la obra de Dios es el extremo opuesto a "reconocer a Dios en todos nuestros caminos" (cif. Mishlei / Proverbios 3:6).

Por último, desde la concepción judía la vida más allá de esta limitada vida, el paraíso (la salvación en términos de su Iglesia), es accesible para más personas que lo que sus dogmas establecen, pues, para ingresar al paraíso el único requisito indispensable, tanto para gentiles como para judíos, es cumplir cabalmente y con toda la disposición de voluntad, lo que Dios nos ha ordenado que cumplamos. Los judíos nuestros 613 preceptos; los gentiles los simples (pero fundamentales) siete preceptos universales. De acuerdo a nuestros actos, y nuestro empeño por acatar el mandato de Dios, es el gozo que seremos capaces de captar en la Vida eterna (vea Iejezkel / Ezequiel 24:14).
Así pues, en lugar de buscar santidad en/tras la muerte, ¿no es mejor buscar santidad/Dios en la vida? O, dicho de otra manera: el Cielo no es el lugar de los santos, sino los santos lo es de los Cielos...

Si le quedan dudas concretas, por favor, hágalas llegar, y ojalá que Dios la colme de lo mejor para usted.

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Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco