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Shalom.
Gracias por su comunicación.

El episodio en cuestión es misterioso sin dudas, pero, merced a la Tradición que emana de la Torá lo resolveremos.

Moshé debía cumplir su misión urgente: presentarse en Mitzraim/Egipto para dar inicio formal a la redención de Israel (Shemot / Éxodo 4:19).
Así pues, tomó a su esposa e hijos (uno de ocho días) consigo y se encaminó a Egipto.
Ese día, más temprano debía haberle practicado la milá -circuncisión- a su hijo menor, pero la aplazó argumentando que estando en el camino el niño podría enfermar.
Este retraso en cumplir una de las mitzvot -preceptos- que enlazan íntimamente al hebreo con Dios, le valió recibir la visita de un enviado del Eterno que tenía como misión enfermarlo de modo tal que recordará cumplir (Nedarim 32a) con la circuncisión de su hijo.
¿Y por qué?
Por, al menos, dos razones:

1. Si la excusa para no circuncidar al hijo es que se debía poner en camino y el niño podía enfermar, entonces, hubiera circuncidado al hijo y luego partido él sólo. Su familia ya procuraría alcanzarlo cuando pudieran.
   Nada debe interrumpir la misión de cumplir con el designio de Dios.
    

2. ¿Cómo el líder que vendría a representar a los hebreos, en nombre de Dios, ante Faraón no había circuncidado a su propio hijo?
   ¿Cómo la cabeza de la nación mantendría a su hijo apartado de la señal del Pacto con Dios e Israel?
   Moshé estaba en un grado de evolución personal que se lo mide con absoluto rigor.

Si le quedan dudas, será un gusto recibirlas.

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Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco