Claves: Havdalá, Habdalá, distinción, diferencia, elección,
llama, flama, vela, luz, luminaria, Shabbat, Shabat, or, meore, Adam, Adán,
estrellas, noche, luz, oscuridad
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Shalom.
Gracias por participar.
Un poco acerca de estas velas hemos escrito en otra
ocasión, por lo que ahora daremos cuatro razones para que sean usadas
las llamas unidas:
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Al usar más de una llama se forma una flama
más fuerte, como una pequeña antorcha. Esto simboliza que la unión y
unidad brinda mayor fuerza y claridad.
Cuando usamos una vela trenzada para la Havdalá (que se realiza al
culminar Shabbat) estamos como manifestando nuestro deseo de que el ánimo
pacífico y la armonía del Shabbat permanezca vibrante en nuestras vidas.
Algo así como que no deseamos que se pierda la esencia del Shabbat, que es
la unidad y el equilibrio.
Piensa en algo: al comenzar el Shabbat las dos velas (mínimas) son
encendidas por separado, pero, al culminar el día consagrado del Eterno...
¡las llamas están unificadas!
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Hay una razón legal también.
La bendición que pronunciamos al bendecir en la Havdalá sobre la luz
termina con las palabras: "boré meorei haesh" - "que crea las
luminarias del fuego".
Como están mencionadas "luminarias" en plural, desde muy antiguo se usaban
al menos dos velas unidas, y no una sola llama. Con el paso del tiempo, se
encontró más práctico elaborar velas trenzadas que convergieran sus mechas
en una gran llama.
(Se menciona en plural "las luminarias del fuego", ya que la llama cuenta
con varios colores a la vista, pero, unificadas en una llama única).
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En la Havdalá reconocemos a Dios también por
habernos dotado de la inteligencia necesaria para distinguir entre la luz
y la oscuridad, lo santo y lo profano, el bien y el mal.
La luz usada en la Havdalá suele estar hecha de varias mechas, de varias
llamitas que a simple vista parecen iguales e indistinguibles. Lo que esto
nos quiere enseñar es que la distinción entre lo bueno y lo malo es
básica, pero especialmente hay que saber elegir entre lo bueno y lo mejor
(y entre lo bueno y lo que se le parece sin serlo).
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Las llamas entrelazadas nos sirven para
recordarnos una verdad esencial: el único bien verdadero es el compartido.
Una mecha traspasa a otra su fuego, y ambas arden iluminando y dando
calor.
¿Acaso la primera mecha, la que dotó de fuego a la vecina, pierde algo de
su poder o lo multiplica?
Aprovecho para desear a todos un 5763 de
plenitud y bendiciones, ¡Shaná Tová!
Recuerden que me agradaría recibir sus
comentarios edificantes en la casilla de e-mail:
comentario@serjudio.com?subject=rap1300
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |