Claves: Teshuvá, arrepentimiento, proceso, perdón, expiación,
reparación, compromiso, ofensa, pecado, delito, error, Kippur, Kipur, día,
limpieza, alma, espíritu, Maimónides, Rambam
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Pregunta: Mi estimado sr. Yehuda Ribco, le
ruego encarecidamente que pueda perdonarme por las cosas horribles que le
dije el año pasado y en una carta que le remití. Usted tenía razón y yo era
quien estaba equivocado, realmente no tengo excusa. Pero apelo a su bondad y
sabiduría para que siquiera pudiera comprender que en mi ardiente deseo por
recuperar mi identidad judía me comporté como un elefante en una tienda de
porcelanas, demasiadas dudas irresolutas, demasiadas preguntas...en
ocasiones desafortunada, e incorrectamente formuladas. Esta es una carta de
arrepentimiento sincero, repito que usted tenía razón y yo era el
equivocado.
Atentamente.
Rafael ?.
España
(Deben incluir en todos sus mensajes para
nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive) |
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Shalom.
Gracias por participar.
Hoy, a momentos de comenzar Iom Kippur, recibí
este mensaje.
Realmente no recuerdo cuales son las faltas que se supone debo perdonar.
Pues, a veces trato de que las enseñanzas que salen de mi boca (dedos en
este caso) sean coherentes con mi estilo de vida. Alguna vez he enseñado
que es bueno (y saludable) cumplir con el mandamiento que indica no
almacenar rencor, ni venganza, ni resentimiento en el corazón; aunque sea
mantenido con plena vigencia el imperio de la justicia reparatoria. En el
caso de la misiva que estoy respondiendo, al parecer, no había ni siquiera
desequilibrio que procurar restablecer por medio de la justicia.
Por lo cual, bien poco puedo perdonar lo que ya está (de mi parte)
finiquitado y sepultado.
Sin embargo, como uno de los preparativos para ingresar al Día de la
Expiación es el arrepentimiento, y la
solicitud de perdón, y el perdonar; permítame decirle que de mi parte está
disculpado.
Además, leyendo su misiva, uno encuentra que
para usted el asunto al que hace mención no está finiquitado, aunque quizás
sí estuviera sepultado. Por lo cual, sería sumamente perjudicial, pues todo
aquello negativo que escondemos bajo la alfombra y no limpiamos (o
reparamos) de nuestro mundo interior, permanece activo y dispuesto a causar
malestar y miserias. Para esta limpieza (purificación) es que el
Eterno nos dio un día en particular, que es Iom Kippur. Pues, la vida
cotidiana nos impele a comernos nuestros malestares, a atesorar
lo que es la antípoda de un tesoro. Pero, el Día de la Expiación debidamente
preparado y asumido, lleva a limpiar nuestro mundo interior, de modo de
encarar la vida con una mejor y más trascendente perspectiva.
Por esto, nuevamente le digo que está disculpado, que lo negativo que estaba
tapado y molestando, es bueno que sea visto y limpiado.
Por último, les recuerdo dos aspectos
concernientes al arrepentimiento.
1) El perdón lo obtienen aquellos que se comprometen integralmente en el
proceso de teshuvá. Teshuvá que implica entre otras cosas no
sólo percatarse de las faltas y errores cometidos, o pedir perdón de boca
para afuera; sino también intentar reparar los daños completamente (en la
medida de las máximas posibilidades), y (por supuesto) el empeño por no
reiterar las conductas por las cuales se está arrepintiendo. Si alguna parte
de este proceso falla, o es incompleta, entonces, el perdón obtenido se
evapora entre los efluvios del error que persiste y se acrecienta.
2) El Eterno blanquea aquellas faltas por las que sinceramente uno se
arrepiente; pero, las que fueron contra una persona, para obtener el perdón
divino es menester que primero el que ha sido dañado perdone al ofensor
(sinceramente arrepentido).
Mi mejor consejo, antes de despedirme, es que
no se considere un elefante (en una tienda de porcelanas o donde fuera),
sino un humano que se equivoca, pero que tiene abierto el camino al
crecimiento... la cuestión es si desea caminar por él...
Aprovecho para desear a todos un 5763 de
plenitud y bendiciones, ¡Shaná Tová, ketivá
vajatima tová!, y recuerden que la tzedaká -caridad- es uno
de los fundamentos que sostienen al mundo.
Si este texto le ha sido de provecho, no
olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración
económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga,
y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |