Shalom.
Gracias por participar.
Como habrá notado, usted que es frecuente
lectora de nuestros textos, no somos partidarios de discriminar a las
personas por quienes ellas son, ni de encasillar a los judíos bajo títulos
de denominaciones o corrientes.
Nosotros sostenemos que se juzga a la persona de
acuerdo a sus acciones y omisiones, no por otra cosa.
Por lo cual, para nosotros (en SerJudio.com) en lugar de ortodoxo preferimos
decir alguien que cumple con más asiduidad y discreción los preceptos;
y a un liberal habría que designarlo como uno que (quizás sin saberlo)
está en camino de perfeccionar su escaso cumplimiento de preceptos.
Como sea, en la medida de las posibilidades intentamos mantener una
distancia respetuosa y ecuánime con todas las etiquetas que sirven
para
encasillar agrupaciones y corrientes del judaísmo.
Sin embargo, tales etiquetas existen, y son usadas por la mayoría de
las personas.
Así que, a pesar de nuestra intención de mantenernos fuera de disputas entre
hermanos, que son siempre inconducentes y perjudiciales, le responderé (lo
mejor que pueda) a su consulta.
Ante la pregunta: ¿Existen legalmente rabinos
reformistas?
Una persona cercana a la ortodoxia le contestará con total firmeza:
'¿Rabinos reformistas? ¡Eso es una incongruencia! Si se es reformista no se
puede ser rabino. Son cosas contradictorias.'
Por otra parte, un judío que su máxima experiencia judaica suele ser la
Bar Mitzvá, o el entierro de algún familiar, probablemente dirá:
'¿Rabinos reformistas? ¡Claro! Son esos judíos tan simpáticos y liberales
que atraen tanta gente a sus congregaciones con sus ideas modernas y tan
open-minded.'
Así pues, como primer faceta puede darse
cuenta que lo que usted pregunta va más allá de diferencias en un título, o
maneras de aplicarlo.
El meollo de su pregunta debería apuntar a si es razonable (desde una
perspectiva netamente tradicional) adjudicarle el título rabínico a alguien
que no es absolutamente apegado a la Torá y el cumplimiento de los
preceptos.
Pues, el punto es que la profesión de rabino es de 24hs, 7 días
semanales y que implica una actitud frente a la vida, y un compromiso de
respeto indudable por la Torá. No es un mero título de capacidad
intelectual, o de manejar un cierto conocimiento profesional, o de ser apto
para determinado ejercicio práctico. Como dijimos, un rabino es alguien
comprometido con un estilo de vida, el estilo de vida judío. (Que es: apego
a la Torá y los preceptos; amar a Dios, y amar al prójimo).
Por ejemplo, un médico excesivamente obeso, que está fumando y con una copa
de whisky en su mano, correctamente le puede aconsejar a usted que haga
ejercicio, no fume y sea moderado en sus bebidas alcohólicas. Ya que el
médico ostenta un título, pero no es médico todo el día, todos los
días, no es (totalmente) incoherente que un médico le diga: haz lo que te
digo, pero no lo que hago.
Pero, de un rabino (de cualquier judío en realidad) se espera que en ningún
momento se aparte voluntariamente del cumplimiento metódico de los
preceptos, tal como nuestra Tradición los delimita. No es aceptable que un
rabino le aconseje en aquello que él no está dispuesto a cumplir
personalmente.
Las doctrinas del reformismo enseñan a ser completamente flexibles y
maleables en lo que refiere al cumplimiento de los preceptos rituales
(los que son en relación a Dios). Así pues, encontrará que los reformistas
(entre ellos sus rabinos) andan en auto en Shabbat, o comen no-kosher,
o incluso que no saben ponerse los Tefilín.
¿Acaso una persona con estas conductas y actitudes está capacitada para
conducir a otros en el camino que se espera ande el judío?
La respuesta de los fieles a la Torá y la Tradición es una: NO, no están
capacitados, ni merecen que se los llame con el título de rabino.
Y realmente, si queremos ser coherentes con la Torá, es imposible atribuir a
los preceptos éticos (los que se vinculan al trato con el prójimo)
precedencia sobre los rituales (tal como hacen los judíos liberales);
ambos planos de los preceptos son indispensables para sostener el sistema
integral del judaísmo. Desechar voluntariamente cualquiera de los dos
planos, es hacer tambalear los fundamentos del judaísmo. (El judaísmo se
sostiene en dos pilares: amor al Eterno, y amor al prójimo. Para engrosar
ambos pilares hay numerosos mandamientos que la Torá prescribe).
Por lo cual, parece razonable la impugnación desde el frente ortodoxo
del título de rabino para los reformistas. Quizás tal rabino
es muy conocedor de literatura judaica (y universal), quizás es un excelente
maestro, y un hábil orador; pero, (desde la ortodoxia) mientras no se
atenga al cumplimiento de todos los preceptos (que pueda cumplir), ¿califica
para ser llamado rabino?
Y ya que hablamos de calificar para rabino,
tal parece que desde el punto de vista netamente académico tampoco es
razonable adjudicar el título de rabino a aquel que ha estudiado en
institutos reformistas.
Según investigaciones realizadas seriamente (en EUA), la educación en una
Ieshivá (academia) ortodoxa para la obtención de la ordenación
rabínica básica, requiere de al menos unas 3500 horas de estudios (en
diversas ramas del pensamiento, legislación y prácticas judías), además de
los estudios extra-curriculares y los preparatorios a la carrera. En
tanto que en el "Hebrew Union College" (reformista) el tiempo de la carrera
es de unas 140 horas (con obviamente menos materias y diversidad que en las
Ieshivot). (Las academias conservadoras -Jewish Teological Seminary,
por ejemplo-, por su parte, imparten alrededor de 800 horas en sus cursos).
Así pues, aunque se aceptara el título rabínico no ortodoxo, y se
obviara el obstáculo del bajo compromiso con los preceptos, se tendría como
rabino a una persona poco preparada y entrenada en los vericuetos y
profundidades de la normativa y el pensamiento del judaísmo.
Otro aspecto en contra de los títulos
rabínicos no-ortodoxos, es el tema de la semijá -ordenación, o
respaldo institucional-.
Los estudios curriculares en las academias no-ortodoxas no alcanzan
para cubrir el mínimo indispensable para ordenar rabinos. Y además, los
institutos (liberales) que emiten esos títulos, no están amparados en la
sucesión generacional de ordenaciones rabínicas. Es decir, no representan el
suficiente respaldo institucional para sus egresados.
Es, por ejemplo, como si un enfermero (o grupo de ellos) abriera una
facultad de Medicina, y él impartiera las clases a los estudiantes. Y luego
les expidieran títulos de Doctor en Medicina. ¿Tiene estos médicos el
aval de una institución académica (realmente) médica? ¿Es apropiado
llamarles médicos, o a lo sumo, enfermeros?
Nada de desdeñable tiene el título de enfermero, y muy loable e
imprescindible es su labor; pero, no es correcto denominarlo médico,
ni exigirle que sea eficiente como tal... pues no lo es.
Pero, y si en lugar de enfermero, es una persona que reniega de los cánones
de la medicina, e inventa en cada oportunidad un nuevo tratamiento
basado en su antojo, creencia circunstancial, o buena fe carente de
andamiaje... ¿usted se atendería con un médico así? ¿Usted le
llamaría doctor?
No hablamos en este texto del peligro mortal
que se esconde detrás tras los mentirosos, impostores, engañadores,
asaltantes de almas que se auto-denominan: rabinos mesiánicos, que
son (no judíos) creyentes en la idolatría de Ieshu/Jesús, y conducen a la
perdición a los inocentes que caen en sus garras.
Pero, lo mencionamos por una cuestión relevante.
Preste atención.
El parámetro ha sido centenariamente claro y definido: un rabino es aquel
judío fiel a la Torá y los mandamientos, que ha sido ordenado en alguna
Ieshivá apropiada para tal fin, y que pasó por los necesarios exámenes y
pruebas que atestiguan su capacidad intelectual, emocional, moral y
espiritual.
Cuando el parámetro se desdibuja, los absurdos pueden llegar al extremo de
calificar de rabino a ¡un no-judío!
¿Usted llamaría "Sacerdote Católico" a un shintoísta (por ejemplo)?
Creo que nadie en sus cabales lo haría...
Volviendo al tema, es importante que sea
mantenido aquello que debe ser mantenido.
El título de rabino, que se inauguró con la ordenación de Moshé en
Sinai, es sinónimo de persona de bien, de servicio constante a Dios, tal
como Él lo manda en Su Torá, y de dedicación incansable al mejoramiento de
la sociedad.
Cuando algo en esto falla, se desdibuja el título, y se opaca la inmensa
responsabilidad que el rabino tiene para con Dios y la sociedad.
No debe ser tema de opiniones o de intereses, sino de hechos concretos y
apegados a la norma.
Será para mí una inmensa oportunidad de
aprender, si alguien con correcto lenguaje y actitud, me indica las razones
por la cual es correcto denominar rabino a personas de la Reforma.
Para finalizar, una frase de nuestros Sabios:
gadol merabanan shemo - "el grande entre los rabinos, no precisa de
etiqueta".
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Iebarejejá H' - Dios te bendiga,
y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |