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 Lic. Prof. Yehuda Ribco (Jeshvan 23, 5763 - 29/10/02)

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BeShem H' El Olam


 Respuestas a Preguntas
// Bien y Mal // Ética

    Bien y mal, en nosotros

Claves: Torá, Biblia, Pentateuco, Tanaj, bien, mal, mandamiento, precepto, ley, ordenanza, cumplir, actuar, sentimiento, pensamiento, filosofía, amor, odio, ambivalencia, psicología, idolatría

judíos preguntas respuestas mashiaj hamashiaj fiestas jaguim shabat shabbat rezos plegaria Dios Pregunta:  Hola
hay un comentario que me parece que debe ser bien estudiado, dijo que dentro de una persona hay parte de3 satan y parte del cielo y mi opinion es sobre una palabras de Jesus (una fuente no puede brotar agua dulce y agua salada)
me parece que cuando alguien obra mal es influenciado por algo, o tentado por algo y simplemente el dicide si cae o no.
asi que es muy dificil decir que tiene esas dos naturalidades, tenemos una semejanza a Dios y de hay desprenden todas las cosas buenas no malas. Somos hechos a su semejanza.

John R.
Colombia

(Deben incluir en todos sus mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive)

Shalom.
Gracias por participar.

Lo que fue expresado en el texto que usted comenta, es que en la naturaleza de toda persona subyacen dos predisposiciones, el Ietzer HaTov -tendencia a lo positivo-, y el Ietzer HaRá -tendencia a lo negativo-.
Y comentamos que es factible denominar a la tendencia negativa como Satán. Así como a la positiva- Cielo. Aunque ninguno de ambos sean necesariamente los nombres únicos de estas tendencias.
Tampoco dijimos que no existieran tentaciones y oportunidades externas al ser humano para actuar acorde al Bien o no.

Como parece que no quedó claro, le daré evidencias de que esto es lo que la Torá (la Biblia) claramente enseña (además, es también lo que las psicologías científicas evidencian).

Pero antes de los versículos del Tanaj (el erróneamente denominado Antiguo Testamento), permítame unas preguntillas.
¿Es lógico suponer que de la persona no pueden surgir actos positivos y negativos al unísono?
¿Acaso usted nunca amó y aborreció al mismo tiempo a la misma persona?
¿Acaso nunca escuchó del fumador que ansía dejar el vicio, pero no puede apartar la colilla de su boca?
¿Acaso nunca sintió el deseo de hacer caridad, pero retuvo el billete en su mano?
¿Acaso no comió ese trozo de torta de chocolote, o de helado, o la golosina preferida, sabiendo que estaba atentando contra su régimen de alimentación saludable?

Así es la vida de la gente que vive: una maraña de deseos, pensamientos, actos, que no siempre se pueden discernir con claridad si pertenecen al lado de lo constructivo o de lo incorrecto.
Es lo que la psicología conoce como ambivalencia afectiva.
Es decir, la presencia simultánea de dos sentimientos antagónicos.
Y no es un título de algo apenas mencionado, sino que ha sido estudiada en profundidad en el ser humano, y es reconocida como constituyente normal en la persona.
Según afirman los especialistas en salud mental, lo realmente enfermizo es considerar la realidad humana como escindida en lo absolutamente bueno por un lado y lo absolutamente malo por otro, sin posibilidad de conjugarse en el mismo ser.
También es muy enfermizo considerar que todo lo malo es ajeno, y no reconocer lo conflictivo y perverso que anida en el corazón de la persona.
¿No brota agua salada y dulce de la misma fuente? Puede ser que no, pero la persona si actúa al unísono de modo positivo y negativo... ¡así es la vida normal!

Pero, dejemos lo que enseña la psicología y señalemos algunos versículos en la Torá en lo referente al tema: ¿posee el Hombre en su estructura natural las tendencias hacia el Bien y hacia el mal?
Está escrito:

"Ciertamente muy cerca de ti está la Palabra (la Torá, que es la Palabra de Dios), en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas."
(Devarim / Deuteronomio 30:14)

¿Dónde dice Dios que está inscripto el deseo por Sus mandamientos?
No dice en la roca, ni en un templo, ni en el Cielo ni en un santito.
Dice "en tu boca y en tu corazón", es decir, en cada ser humano.
Por lo cual, el deseo humano de actuar conforme al Deseo de Dios es natural, está en el corazón de cada uno.
En resumen: la tendencia a buscar el Bien está inscripto en nuestro corazón, es parte de nuestra condición de humanos.

Ahora, prestemos atención a los versículos que continúan:

"Mira, pues, yo pongo hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal, con el fin de que ames al Eterno tu Elokim, de que andes en Sus caminos y de que guardes Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, que yo te mando hoy. Entonces vivirás y te multiplicarás, y el Eterno tu Elokim te bendecirá en la tierra a la cual entras para tomarla en posesión.
Pero si tu corazón se aparta y no obedeces; si te dejas arrastrar a inclinarte ante dioses ajenos y les rindes culto...
"
(Devarim / Deuteronomio 30:15-17)

Dios pone al ser humano en una disyuntiva, debe elegir entre:

  • hacer lo correcto (cumplir Sus mandamientos = vida y bendición); o

  • hacer lo incorrecto (no cumplir Sus mandamientos = muerte y maldición).

Para que el Hombre esté verdaderamente facultado para elegir entre el Bien y el Mal, su corazón NO puede ansiar solamente el Bien, pues de ser así, ¿qué elección estaría haciendo?
NINGUNA, ya que si mi corazón sólo quiere el Bien, ¿cómo optará por el mal?
Se opta por una u otra opción, cuando se puede dudar, y cuando se está completamente convencido o amarrado a una de las opciones.
Por ejemplo, el vidente puede optar por enceguecerse tapando sus ojos, ya que el que vé está facultado a mirar o a no mirar. Pero, ¿el invidente puede optar? Tristemente está amarrado a su situación y no cuenta con opciones. Sería tonto ofrecer al ciego la posibilidad de que elija entre ver o no, siendo que no existe para él tal posibilidad de elegir.
La Torá, que es obra de Dios, no nos da opciones tontas, pues Dios es totalmente Sabio.
Por lo tanto, cuando Dios nos ofrece la opción de elegir entre lo bueno y lo malo, necesariamente es porque nuestro corazón NO está colmado únicamente de deseo por el Bien. Tal como dice "si tu corazón se aparta y no obedeces", pues el corazón (la persona) también tiene la natural predisposición a apartarse de lo bueno.
Mire las pruebas en el texto sagrado:

"...no os desviéis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, tras los cuales os prostituís."
(Bemidbar / Números 15:39)

¿Quién/qué dice la Torá que hace errar a la persona llevándola a acciones prostituidas (contrarias a los mandamientos de Dios)?
¡El corazón y los ojos!
Expliquemos rápidamente esto.
Los "ojos" significa aquello externo que nos tienta a conducirnos inapropiadamente.
El "corazón" significa aquello interno, propio, nuestro, personal que nos lleva a apartarnos de la senda del Bien y andar por el camino del mal.
No dice que sea un diablito, ni una serpiente, ni Satanás, ni siquiera le da un nombre específico a lo que extravía a la persona, ya que, no tiene un nombre ni una identidad. Lo que extravía es aquello externo e INTERNO que busca asociarse con lo malo.
Ya fue sabiamente dicho que: "no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no peque" (Kohelet / Predicador 7:20). Si el corazón humano solamente guardara y quisiera el Bien, ¿no estaríamos en presencia de un perfecto justo que en nada peca?
Sin dudas que los que somos leales a Dios, y adeptos a Sus Palabras sabemos que en nosotros está la predisposición negativa, tal como Él nos lo dijera: "porque Yo conozco sus predisposiciones" (Devarim / Deuteronomio 31:21, lea el capítulo y verá de qué predisposición se nos está hablando aquí). Y por reconocer este hecho, redoblamos nuestros empeños para mejorarNOS y mejorar nuestra sociedad, y no atribuimos nuestras faltas a otros (cuando no son éstos los culpables). De este modo, y gracias (o a pesar) al mal que anida en nuestro interior (Bereshit / Génesis 8:21) podemos voluntariamente hacer caso a las palabras: "Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela." (Tehilim / Salmos 34:15).

Un resumen hasta aquí.
El humano vive en una constante ocasión de elegir entre hacer lo que es acorde al Bien, o lo que lo aparta del Bien.
Y es necesariamente una libre decisión, pues de lo contrario, ¿cómo ser responsables de las decisiones?
Y para que sea realmente libre, el corazón debe contar con tendencias contrapuestas, que deseen el bien y el mal.
Si prevalece las decisiones acertadas, es decir, conformes a la Torá, entonces el Bien acrecienta su caudal en el ser humano y en el mundo. Si son las decisiones erradas las que triunfan, el Bien se aparta, dejando lugar para un mayor dominio de los deseos rebeldes.
Somos responsables, porque podemos decidir libremente.
Y por ser responsables libres, somos merecedores de las justas retribuciones por nuestros actos, tal como fuera escrito: "También en Ti, oh Señor, hay misericordia; pues Tú pagas a cada uno según su obra." (Tehilim / Salmos 62:13). Dios retribuye con bien (trascendental) al que bien actúa, y con pesar (trascendental) a quien erróneamente obra.
Si no tuviéramos responsabilidad, es decir, libertad real de escoger, ¿cómo creer que Dios nos juzga con justicia y misericordia?
¿No brota agua salada y dulce de la misma fuente? Puede ser que de una fuente así sea, pero la persona indudablemente puede actuar/desear/pensar al unísono de modo positivo y negativo... ¡así es la vida tal como Dios la presenta en Su verídica y eterna Torá!

Ya que hemos demostrado a ciencia cierta la duplicidad de las tendencias naturales en el Hombre (es decir, que tenemos un Satán y un Cielo en nosotros), permítame enseñarle algo respecto a lo que usted menciona: "...de Dios se desprenden todas las cosas buenas no malas."
¿Es cierto esto?
¿De Dios es sólo lo bueno pero lo malo viene de otro lado?
¿Es ésta una posición bíblica o contraria al Tanaj?
¿De Dios se desprende solamente lo bueno?

Está expuesto con claridad:

"¿Acaso de la boca del Altísimo no salen los males y el bien?
¿Por qué se queja el hombre, el varón que vive en el pecado?
Examinemos nuestros caminos; investiguémoslos, y volvamos al Eterno.
"
(Eijá / Lamentaciones 3:38-40)

Es cierto hemos sido creado a imagen y semejanza del Eterno, por eso tenemos la opción de andar tras Sus pasos y cumplir Sus mandamientos (hacer lo que es bueno); o hacer lo que se nos antoja (o lo que nos seduce). Es decir, podemos adherirnos a nuestra tendencia natural buena, o a nuestra tendencia natural adversa.
Es cuestión de examinarnos, a nosotros, nuestros ser, nuestro hacer; y cuando hallamos lo que es incorrecto, es menester desecharlo, o mejorarlo, y así poder estar en armonía con el Eterno.

Para finalizar, si uno busca agua (enseñanzas) en una fuente vacía de bien y llena de vicio, ¿podrá disfrutar de saciedad? ¿Tendrá ventaja sobre las bestias que nada comprenden ni penetran?
Ciertamente que no obtendrá mucha gratificación, y sí bastante descalabro.
Por lo cual, le aconsejo que busque un mejor maestro que aquel que menciona en su misiva, y entonces gozará de los bienes que el Eterno reserva para los que le son fieles.

Si este texto le ha sido de provecho, no olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.

Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco

email: comentario@serjudio.com?subject=Rap1598


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