Claves: Torá, Pentateuco,
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estudio, Adam, Eva, ángel, espada, infierno, Paraíso, eternidad
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El estudioso de Torá debe saber discernir con
precisión entre el lenguaje metafórico y el literal. Es un grave error, e
incluso un terrible pecado, confundir cuando la Torá usa uno u otro sentido.
En este caso en particular, empecemos por acentuar su sentido
figurado.
Nos dice la Torá que el camino al Árbol de Vidas (¡y no el
camino a Edén!) está resguardado de la percepción humana por una
espada deslumbrante y giratoria. ¿Qué quiere decir la Torá en este pasaje?
Para saberlo debemos hallar pistas, evidencias, convergencias en el resto de
la Torá; para lo cual es menester preguntar: ¿En algún otro lugar son
mencionados querubines al oriente (es decir, guardando lo que está al
occidente) que custodian el Árbol de Vidas?
La respuesta es: sí.
Los dos querubines sobre la tapa del Arca de la Alianza
(Shemot / Éxodo 25:19), que era ubicada al occidente del Santuario
(con su entrada al oriente), y
que contenía la Torá, también conocida como "Árbol de Vidas"
(Mishlei / Proverbios 3:18).
Por lo cual, lo que la Torá nos quiere enseñar en este pasaje es que: la
persona que quiere
encontrar el Árbol de Vidas (Torá) y gozar de sus
bienes, lo que debe hacer es dejar de lado lo pasajero,
materialista, egoísta, desobediencia, lo que gira incesantemente llamando la
atención y termina por lastimar al descuidado (como una espada fulgurante rotatoria), y
embarcarse en el estudio de Torá, y su fiel cumplimiento.
Entonces, la respuesta a la pregunta de su misiva es: puede mirar dentro del
Árbol de Vidas, en tanto sepa sortear los peligros que representa la espada
rotatoria y refulgente; que traducido sería: puede estudiar Torá y
enriquecer su espíritu, si elude las atracciones sensuales del materialismo.
Hasta aquí una interpretación del sentido figurado y moralizante del
versículo.
Pero, también hay un sentido literal para el
pasaje, que es el siguiente.
Los querubines como entidades espirituales no son perceptibles por ojo o
instrumento, sino tan sólo y a veces por medio de visión profética.
Cuando se dice que los querubines están custodiando el camino, se nos quiere
enseñar que el camino está ahí, pero impenetrable para el humano
(tal como el ángel con la espada desenvainada era invisible
para el brujo Bileam, hasta que Dios le abrió sus ojos y pudo verlo
(Bemidbar / Números 22:31)).
El Eterno revela el acceso solamente a aquellos que han alcanzado un
altísimo nivel de desarrollo espiritual, y/o a los que Él escoge para
recibir tal revelación.
Por otro lado, la espada rotatoria está
escrito en hebreo: jerev hamithapejet.
Si buscamos en hebreo asociaciones etimológicas con mithapejet
-rotatoria-, encontramos palabras tales como "dar vuelta", "volverse",
"destruir", "demoler", "arruinar", "cambiar", "modificar".
¿Qué aprendemos de esto?
Que los que se enfrentan con la jerev hamithapejet se encuentran
desorientados, sin-sentido, intelectualmente arruinados, con sus
percepciones modificadas.
En una palabra, la espada giratoria puede ser descrita como una moledora o
licuadora, que todo lo que se introduce en su rango de acción pierde su
integridad y se desmenuza para metamorfosearse.
Entonces, aquel que sin preparación se enfrenta a la jerev hamithapejet
seguramente que no contará con los recursos mentales como para disfrutar lo
que se halla detrás, ni para compartir con los otros los secretos al
occidente de la espada.
Y aquel que cuenta con la suficiente preparación, y osa a penetrar, luego
sabe que lo que halle no es compartible.
Sea como fuere, pasada la espada giratoria no hay retorno.
Por eso, agradezca que no puede encontrar a los querubines y a la espada,
pues de hacerlo...
Para finalizar, ambas interpretaciones
convergen en un hecho: la Torá, la eternidad, el Edén todo lo que es
positivo está al alcance de la mano, pero se precisan tres importantes
basamentos para alcanzarlos a resguardo y sin contratiempos:
-
Pureza de corazón (sin
dobleces, ni bajas apetencias, ni ambición materialista).
-
Constancia en el esfuerzo por mejorar.
-
No ser atraído irremisiblemente por la
sensualidad dinámica y llamativa de la
jerev
hamithapejet.
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Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
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y que
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Yehuda Ribco
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