Shalom.
Gracias por participar.
Verdaderamente es triste tener que explicar lo
que es evidente para cualquier lector promedio que comprende sanamente lo
que está ante sus ojos.
Pero, los rebeldes contra Dios, entre los que se incluyen los anti-judíos,
no son lectores promedio, ni tienen una sana comprensión; generalmente son
personas extremadamente enfermas espiritualmente, poco afectas a la bondad
desinteresada y huérfanas de apego por lo que es consagrado.
Por lo cual, le diré rápidamente qué es toda esta historia de las novias
de David pertenecientes a la familia real de Shaúl, así usted podrá
defenderse del embate agresivo y malicioso de los perversos.
Leamos el texto:
"...Entonces Shaúl [Saúl] alejó de sí a
David, haciéndole jefe de mil; y éste salía y entraba al frente del pueblo.
David tenía éxito en todos sus asuntos, pues el Eterno estaba con él.
Al ver Shaúl [Saúl] que David tenía mucho éxito, le tenía miedo.
Pero todo Israel y Yehudá [Judá] amaban a David, porque él era quien salía y
entraba al frente de ellos.
Entonces Shaúl [Saúl] dijo a David: -He aquí Merab, mi hija mayor. Yo te la
daré por mujer, con tal que me seas un hombre valiente y lleves a cabo las
batallas del Eterno. Pero Shaúl [Saúl] pensaba: ''No será mi mano contra él.
¡La mano de los filisteos será contra él!''
David respondió a Shaúl [Saúl]: -¿Quién soy yo, y qué es mi vida o la
familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey?
Pero sucedió que cuando llegó el tiempo en que Merab, hija de Shaúl [Saúl],
debía ser dada a David, fue dada por mujer a Adriel el mejolatita.
Pero Mijal [Mical], la otra hija de Shaúl [Saúl], amaba a David. Esto le fue
dicho a Shaúl [Saúl], y el asunto le pareció bien. Pues pensó Shaúl [Saúl]:
''Yo se la daré para que le sirva de trampa y para que la mano de los
filisteos sea contra él.'' Y Shaúl [Saúl] dijo a David por segunda vez: -Hoy
serás mi yerno.
Entonces Shaúl [Saúl] dio órdenes a sus servidores: -Hablad en secreto a
David, diciéndole: ''He aquí, el rey te aprecia, y todos sus servidores te
quieren bien; sé, pues, yerno del rey.''
Los servidores de Shaúl [Saúl] dijeron estas palabras a oídos de David, y
éste preguntó: -¿Os parece poca cosa ser yerno del rey, siendo yo un hombre
pobre e insignificante?
Los servidores de Shaúl [Saúl] dieron a éste la respuesta diciendo: -Estas
palabras ha dicho David.
Y Shaúl [Saúl] dijo: -Decid esto a David: ''El rey no tiene interés en el
precio matrimonial, sino en 100 prepucios de filisteos, para vengarse de los
enemigos del rey.'' Pues Shaúl [Saúl] pensaba hacer caer a David en mano de
los filisteos.
Y cuando los servidores de Shaúl [Saúl] declararon a David estas palabras,
agradó a David el asunto de ser yerno del rey. Antes que se cumpliera el
plazo, David se levantó y partió con su gente. Mató a 200 hombres de los
filisteos, llevó sus prepucios y los entregó todos al rey, para llegar a ser
yerno del rey. Y Shaúl [Saúl] le dio por mujer a su hija Mijal [Mical].
Pero al ver y reconocer que el Eterno estaba con David y que Mijal [Mical]
hija de Shaúl [Saúl] le amaba, Shaúl [Saúl] temió aun más a David. Y Shaúl
[Saúl] fue hostil a David todos los días."
(1 Shemuel / I Samuel 18:13-29)
Resumamos y expliquemos esta sección que
podríamos titular: Los fracasos de Shaúl son los éxitos de David.
Como
recientemente hemos estudiado, Shaúl a pesar de su locura
(o gracias a ella) reconoció el potencial de David para convertirse
en el futuro monarca de los israelitas.
Y trató por todos los medios de opacar su estrella.
Sin embargo, la fama de David, al haber vencido a Goliat, corría como
reguero de pólvora.
Además, su porte y belleza lo hacían sumamente atractivo para las jóvenes de
Israel, que caían enamoradas a la mención de su nombre, tal como hoy las
adolescentes desfallecen ante los posters sus astros de Hollywood o de los
rockeros (valga la comparación).
Y a todo esto debemos sumar los errores de Shaúl, que con sus órdenes y
actos quería deslucir a David, y terminaba por aumentar su renombre y
aprobación popular.
Y, por si no fuera suficiente con lo anterior, el Eterno favorecía a su
nuevo ungido, bendiciéndole con bien y victorias.
El rey sufría por su locura, y por la lejanía del profeta Shemuel, y por el
silencio ominoso de parte de Dios, y ahora también por el ascenso brillante
de un joven David que con sus méritos demostraba las falencias de Shaúl, y
hacía peligrar el futuro de su reinado y de su incipiente dinastía.
Y para colmo de torturas, Shaúl se había comprometido a dar en matrimonio a
una de sus hijas al héroe que venciera a Goliat (1 Shemuel /
I Samuel 17:25); por lo cual, David estaba a las puertas de
convertirse en familia directa del rey, y potencialmente elegible para
ocupar el trono.
La loca paranoia del rey era una señal de su enfermedad, pero, en este caso
tenía fundamentos de los cuales asirse en la realidad.
Sabía que debía entregar como esposa a alguna de sus hijas a David, y sabía
que no quería hacerlo.
¿Qué podía hacer?
Sin dudas, la solución que su enferma cordura recetó fue la de eliminar a
David.
Sin embargo, el tiempo de asesinarlo directamente ya había pasado
(1 Shemuel / I Samuel 18:11), ahora el asesinato de
David por parte del rey solamente le procuraría mayores desgracias y no el
triunfo que él esperaba sobre el joven.
Estaba enfermo, pero no era tonto, supo que debía mandarlo matar de un modo
indirecto, pues de lo contrario el pueblo se sublevaría y lo derrocaría.
¿Cuál sería ese método para acabar eficientemente con David?
Pues, que lo mataran los enemigos de Israel, los filisteos; aquellos que le
tenían jurada la venganza a David.
Por lo cual, con la excusa de casarlo con su hija mayor lo envió a David a
bizarras incursiones a tierras de filisteos, esperando que fuera atrapado y
matado.
Pero, Dios estaba con David, y éste con cada trampa que sorteaba, crecía más
y más a ojos de los judíos.
Procuró Shaúl entonces un plan B tambaleante: casar a su hija mayor con otro
hombre, de modo tal de apartar a David de su familia. Pensó: sin hija David
no es yerno...
Pero, tampoco esto sirvió, pues entre las jóvenes enamoradas del hermoso
héroe se encontraba Mijal, otra de las hijas de Shaúl. Ésta exigió de su
padre que la entregara como esposa de David, para así cumplir con su
promesa, a la par de satisfacer el deseo de la princesa.
Y Shaúl, pobre Shaúl, no tuvo más remedio que aceptar el ruego-pedido.
¡Ah!, pero nuevamente el plan de hacer matar a David cobró impulso, pues,
como pago por su hija exigiría que David cumpliera con una misión
suicida en tierra de los filisteos.
Es más, esta vez intrigó de modo tal de que el campechano David no
desconfiara, y fuera ciegamente a la trampa que el rey le estaba tendiendo.
Pero, nuevamente David triunfó y el rey no tuvo otro remedio que desposarlo
con Mijal su hija.
Y ahora sus temores se multiplicaron: sabía que Dios estaba con David, sabía
que su hija amaba a David y lo protegería de las intrigas del padre, y para
peor... ¡sabía que David estaba inocentemente en camino de convertirse
realmente en su peor pesadilla!
Verdaderamente no encuentro ninguna
inconsistencia en la historia, sino que veo la mano del Eterno, la
bondad ingenua del valeroso David y la enfermedad de Shaúl.
¿Ven ustedes otra cosa?
Si este texto le ha sido de provecho, no
olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración
económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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