Shalom.
Gracias por participar.
Joven querido, es complicado poder comprender
aquello que cae por fuera de lo que son las leyes de la naturaleza tal como
las conocemos y/o experimentamos.
Si yo le dijera,
reiterando algo que ya enseñé, que un día de los seis de la creación
realmente tenía 24 horas y que simultáneamente tenía miles de millones de
años, usted estaría en su sano derecho para pensar que le estoy mintiendo, o
que estoy loco, o que algo está fallando en nuestra comunicación.
Entonces yo le pediría que recurriera a un experto en física relativista
para que le iluminara acerca de ciertos aspectos fascinantes y casi
fantásticos que encierra esta visión científica del mundo. Y usted sería
instruido acerca de la relatividad del tiempo, de que la fijeza rítmica del
paso de los segundos es en realidad una verdad relativa a otras
coordenadas físicas. Y el experto en esta materia le podría explicar los
cómos y porqués al mismo tiempo ocurren diversos tiempos.
Búsquese por favor alguien que se lo pueda explicar con más precisión que un
servidor, que humildemente reconoce ser un lego en estas materias de
conocimiento científico.
Muchísimos siglos antes que Einstein
(y que los investigadores que sostienen el Big Bang)
introdujera al mundo la idea científica de una naturaleza de leyes alternas,
otro judío genial escribió estas palabras: "...en cada uno de los seis de
la creación se desarrollaron sucesos fuera del orden natural hoy existente
en el conjunto el Cosmos, pero en el séptimo día se consolidó y estableció
tal como ahora aparece." (Maimónides, Guía de los
Descarriados, Libro I, Capítulo 67).
Como sea, por ahora lo que nos debe quedar
claro es que el tiempo no es una entidad que existe en sí misma, y de
imperturbable ritmo fijo.
También es bueno que nos quede claro que el orden de la naturaleza actual,
no es el mismo que existía durante el proceso denominado "Creación", en el
cual otras leyes, otros acontecimientos, otras ritmos se desplegaban.
Ahora bien, pasando a Adam, ¿de dónde sacó
usted que esta criatura no fue el primer y único ser humano?
Sin lugar a ninguna duda la Torá claramente expresa que Adam era uno,
primero y único en su especie, fue el primero de lo que somos nosotros.
Si bien algunos pueden correctamente enunciar la hipótesis que Adam tuvo
padres (como hicimos nosotros en algún texto anterior),
esto no quita el hecho de la singularidad y características únicas de Adam
con respecto a los otros seres creados (por ejemplo su
capacidad de lenguaje con sentido, su inteligencia creadora, su potencial
libre albedrío, su condición primigenia de hermafrodita, su anhelo de
trascendencia, su facultad para la crítica, etc.; en resumen, casi todas las
peculiaridades emanan de un mismo punto: la dimensión espiritual única, la
neshamá, del ser humano que no integra a los otros animales de
la tierra, ni siquiera a los proto-humanos de las mitologías
evolucionistas ateas).
Adam fue el primero y único ser humano, y de él/ella derivamos todos los
humanos de todas las épocas.
¿Por qué el calendario cuenta años desde la
aparición del Adam terrenal?
Pues, porque es con la aparición terrena del espíritu humano que el tiempo
cobra valor.
¿Acaso usted conoce perros, elefantes o incluso monos que hagan del tiempo
un motivo de santidad (como Shabbat, por ejemplo), o
del inexorable fluir del tiempo un motivo de angustia vital?
¿Acaso los terremotos, tornados o flores cuentan el paso del tiempo para
emerger en su plenitud?
¿Acaso los ritmos de la naturaleza son conscientes del tiempo, o simplemente
son en total inconsciencia?
Por lo cual, el conteo del tiempo es solamente un valor para aquel que su
espíritu se lo reclama.
Así, la cuenta de los años que nosotros llevamos toma como comienzo, el
comienzo de la conciencia del tiempo, es decir, Adam.
Quizás fue Adam el primero en decir: estamos en el año 0, desde la Creación.
Eso no lo sé. Lo que sí sé es que Adam fuera del Paraíso fue el primero en
percatarse de que su vida terrena tenía un límite, y que cada puesta del sol
estaba anunciando un día más en su haber, o un día menos para vivir.
Y sus descendientes probaron la dulce miel del morir, y entonces,
irremisiblemente el conteo de los años tomó una dimensión que no ha sido
trastocada hasta ahora.
¿Y desde cuando contaron los hijos de Adam?
Evidentemente, pusieron el mojón en el momento más crucial para la historia
de la humanidad, desde el momento en que el tiempo tuvo algún valor para
alguien, es decir, desde el día que Adam se miró, miró a su prójimo
(Java/Eva), miró al mundo, y supo que tenía los días contados...
Éste es el único principio verdadero de la cuenta del tiempo, el del inicio
de la percepción de lo trascendente para el humano.
El segundo inicio, se da con la Salida de Egipto, pero este comienzo es
particular para la nación de Israel, por lo cual nuestro calendario se nutre
de ambas vertientes, de lo universal y de lo particular. Lo universal al
contar los años desde la Creación; en tanto que lo nacional se recuerda en
la cuenta de los meses comenzando (de acuerdo a la Torá)
desde que nacimos como nación.
Ningún otro hecho en la Historia de la humanidad ha tenido mayor relevancia
que el de la Creación, el de la máxima Revelación de la Bondad del Eterno.
Por lo cual, es dudoso que esta cuenta sea modificada alguna vez por
aquellos que desean permanecer fieles al Eterno.
Mi joven alumno, espero que esta respuesta lo
deje en paz consigo mismo, y con una moraleja: aproveche cada instante de su
vida, pues, ¿cuándo recuperará el minuto que desperdicia?
Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de
bendición, no
olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte
canaliza Su bondad a través
de la colaboración económica de
los lectores.
No cierre su mano, y abra
su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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